A lo largo de 2023 el Gobierno boliviano debió afrontar algunas turbulencias financieras: el malestar del mercado por la caída de Reservas Internacionales Netas del Banco Central (RIN), la disparada del riesgo país y la quiebra del banco Fassil fueron algunos de los puntos más álgidos. En un contexto un tanto más relajado que lo que se observaba en abril, las autoridades aprovecharon esta semana para destacar la “solidez” del sistema financiero y fustigar a los críticos.
“Ante versiones vertidas en algunos medios de comunicación y al supuesto cambio significativo en la dinámica de los depósitos y la cartera de créditos del sistema financiero nacional y un presunto corralito de depósitos en dólares, desmentimos categóricamente estas apreciaciones”, comienza un comunicado publicado por la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
Según ASFI, los datos presentados con relación a los depósitos y la cartera de créditos en el primer semestre de 2023 no consideran dentro del cálculo el fideicomiso constituido por depósitos por cerca de 21.000 millones de bolivianos (US$3.041 millones hoy) y similar monto en créditos (a diciembre de 2022) del Banco Fassil, que está intervenido.
Por otro lado, el organismo sostiene que la comparación entre diciembre y junio deja de lado el comportamiento estacional de los depósitos, que “son menos dinámicos hasta el tercer trimestre de cada gestión y se recuperan a fin de año”.
¿Qué dijo ASFI de un supuesto corralito?
“Con relación al supuesto corralito para los depósitos en dólares es importante aclarar que el proceso de bolivianización de la economía nacional fue avanzando sostenidamente desde la gestión 2005 y que su éxito se manifiesta en la clara preferencia de los bolivianos por la moneda local para efectuar sus transacciones día a día”, reseña el comunicado de la entidad gubermanental”.
Aún así, ASFI afirmó que, pese a la situación adversa generada por la “sobredemanda inusual de dólares”, “en el primer trimestre de la gestión, las operaciones de las entidades financieras se mantuvieron sin interrupción”.
Por último, las autoridades bolivianas atacaron a las voces críticas del mercado al señalar: “ASFI descarta las aseveraciones vertidas por supuestos analistas y medios de comunicación que demuestran un desconocimiento absoluto del sistema financiero local y su dinámica”.
¿Ya no hay riesgo?
Si bien es cierto que el Gobierno boliviano logró aplacar la situación a partir de la sanción de la Ley del Oro, las reservas netas se ubicaron al finalizar abril en 3.158 millones de dólares, es decir, unos US$380 millones menos US$3.538 millones registrados a febrero.
Precisamente, el dato de febrero fue el que alertó al mercado de la caída dramática de las tenencias del ente emisor, que en 2014 contaba con más de US$15.000 millones.
El riesgo país también se moderó: actualmente se ubica en 1.092 puntos, cuando en los momentos más difíciles de este año llegó a moverse en el rango de los 2.000 puntos. No obstante, al empezar el año estaba en 563.
