Opinión - Bloomberg

El arsenal democrático de Europa necesita una actualización

Volodymyr Zelenskiy, presidente de Ucrania, habla en un acto en Toronto, Ontario, Canadá, el viernes 22 de septiembre de 2023.
Por Editores de Bloomberg Opinion
27 de septiembre, 2023 | 05:12 AM
Tiempo de lectura: 3 minutos

Bloomberg Opinión — A medida que se prolonga la guerra en Ucrania, el reto de satisfacer las necesidades del país en el campo de batalla se ha hecho más acuciante. Las existencias de sistemas de armamento occidentales clave se están agotando, sobre todo en Europa, donde los esfuerzos por reponerlas se ven obstaculizados por una industria de defensa que cruje. No abordar estas vulnerabilidades no sólo pondrá en peligro las perspectivas de Ucrania, sino que socavará la seguridad de Europa en su conjunto.

Dado que Estados Unidos proporcionó inicialmente la mayor parte de la ayuda militar a Ucrania, la UE ha tenido que apresurarse para mantener el ritmo. Asignó 1.000 millones de euros del Fondo Europeo para la Paz para reembolsar a los Estados miembros que donaron a Ucrania de sus arsenales y destinó otros 1.000 millones de euros a apoyar la adquisición conjunta de armamento. También aportó 500 millones de euros de financiación para aumentar la capacidad de fabricación.

Esta ayuda es fundamental para Ucrania, cuya contraofensiva sigue basándose en las herramientas tradicionales de la guerra, incluidos cañones y morteros, pero sobre todo grandes proyectiles de artillería de 155 mm en forma de bala. Al parecer, Rusia tiene previsto producir dos millones de cartuchos al año, y el presidente Vladimir Putin ha pedido a Corea del Norte y a otras naciones rebeldes que contribuyan aún más. Por parte de Ucrania, EE.UU. ha duplicado su producción mensual de proyectiles hasta 28.000 rondas y va camino de alcanzar 100.000 al mes en 2025. Mientras tanto, Europa ha prometido entregar 1 millón de proyectiles a Ucrania antes de marzo de 2024.

El compromiso de la UE de armar a Kiev es bienvenido. Europa ha dado otros pequeños pasos para fomentar las adquisiciones conjuntas. Pero hay que hacer más para abordar su anémica base de defensa, que se extiende más allá de la artillería a la defensa antiaérea, el transporte y otras áreas. La producción europea de defensa está plagada de duplicación de esfuerzos y escasa interoperabilidad entre ejércitos. La infrainversión crónica desde el final de la Guerra Fría tiene parte de culpa, al igual que los altos niveles de fragmentación entre los estados de la UE. (Según un informe del Parlamento Europeo de 2020, la UE dispone de 178 sistemas de armamento distintos, frente a los 30 de EE.UU., a pesar de que su presupuesto de defensa colectiva es la mitad del de EE.UU.). La UE calcula que esta ineficacia cuesta a los gobiernos europeos hasta 100.000 millones de euros al año.

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Algunas medidas de sentido común ayudarían a mejorar el sistema. La UE debería aumentar la coordinación con la OTAN, con el objetivo de normalizar la munición y otras armas para que sean intercambiables en toda la alianza. Una mejor cartografía de las cadenas de suministro y unos informes detallados sobre cómo se gastan los recursos ayudarían a los funcionarios a responder más rápidamente a los problemas de producción y a la escasez de trabajadores.

Los líderes europeos deberían aprovechar los esfuerzos de colaboración existentes; iniciativas como la Fuerza Expedicionaria Conjunta de 10 naciones o la cooperación de los países nórdicos en materia de poder aéreo demuestran las ventajas de que pequeños grupos de países trabajen juntos. Los gobiernos deberían poner en común sus recursos para obtener piezas de repuesto y realizar tareas de mantenimiento periódicas. La UE también debería reducir las barreras legales y normativas en las adquisiciones transfronterizas y ampliar el acceso de las pequeñas y medianas empresas al mercado de defensa.

Si éstos eran lujos “agradables de tener” antes de la invasión rusa de Ucrania, ahora son necesidades. Putin está decidido a esperar el apoyo de Occidente a Ucrania, que se enfrenta a un futuro incierto en Estados Unidos. Construir una base de defensa europea más fuerte y resistente será costoso y llevará tiempo, pero es esencial para salvar a Ucrania, disuadir la agresión y evitar futuras guerras.

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Editores: Therese Raphael, Romesh Ratnesar.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.