Canadá coquetea con Trump mientras México mantiene su distancia

Ambos países se encuentran en la línea de fuego inmediata, con la diferencia de que Trudeau es un veterano del primer mandato de Trump

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Por Brian Platt - Maya Averbuch
04 de diciembre, 2024 | 07:18 PM

Bloomberg — Una semana antes de que Donald Trump lanzara otra amenaza arancelaria a sus vecinos, Justin Trudeau y Claudia Sheinbaum tuvieron la oportunidad de hablar en persona sobre cómo abordar ese mismo escenario. ¿Unirían fuerzas contra su errante socio comercial o cada uno se las arreglaría por sí solo?

La apunta evidencia a lo segundo.

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Donald Trump, presidente electo de EE.UU. y la presidenta de Méxcio, Claudia Sheinbaum sostuvieron una llamada telefónica.

Los dos líderes se reunieron en la cumbre del G20 en Brasil, y lo visto fue que el primer ministro de Canadá estaba inquieto por sondear a su homóloga sobre la inversión de China, por ejemplo, si BYD estaría fabricando vehículos en México, mientras que la recién elegida presidenta al sur de la frontera buscaba garantías de que Trudeau no sucumbiría a las presiones para expulsar a su país de su pacto comercial tripartita con EE.UU.

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“El primer ministro no está de acuerdo en sacar a México del Tratado, me lo comentó muy claramente”, se esforzó por decir Sheinbaum a los periodistas después de su encuentro. “Me preguntó de una marca de vehiculos de fabricación china, que si había una planta en México”. Señaló que la única planta norteamericana de BYD estaba en California.

La real prueba de si el dúo manejaría las duras tácticas de Trump como aliados, o si se volverían unos contra otros para ganarse su favor, llegó poco después.

A su regreso de Río de Janeiro, Trump recurrió a su plataforma de redes sociales, Truth Social, para anunciar que impondría aranceles del 25% a todos los productos procedentes de México y Canadá.

En poco menos de dos horas, Trudeau ya estaba hablando por teléfono con él. Unos cuatro días después, estaba volando hacia Palm Beach para cenar con Trump en su complejo de Mar-a-Lago.

El cuerpo diploático y los responsables de las políticas en el resto del mundo están tomando nota de lo que un funcionario del G20 en Río describió como una forma de guerra psicológica que se desarrolla en tiempo real. Por un lado, está la cuestión económica de los aranceles. Por otro, está la cuestión retórica, y si ésta por sí sola es capaz de cambiar el comportamiento.

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Canadá y México están en la línea de fuego inmediata, pero a nivel mundial todos saben que pronto Trump buscará atacarlos. De hecho, no tardó mucho en enviar otra advertencia: esta vez a los BRICS, diciéndoles que enfrentarán aranceles del 100% si se atreven a crear una moneda que rivalice con el dólar en el comercio global.

Decidir cómo reaccionar ante las provocaciones de Trump y lidiar con su hábito de tratar de dividir y conquistar a sus oponentes es algo que los veteranos de su primer mandato, como Trudeau, experimentaron de primera mano. Todavía lleva las cicatrices de la cumbre del G7 de 2018 que él organizó, donde Trump se marchó enfadado y retiró su respaldo del documento final.

Para la cena del viernes en Florida, los canadienses acudieron con la misión de establecer conexiones personales con Trump y su nuevo círculo íntimo.

Un funcionario con conocimiento de la cena dijo que era importante que algunos de los principales nominados de Trump, Mike Waltz para asesor de Seguridad Nacional, Howard Lutnick para Comercio, Doug Burgum para Interior, estuvieron presentes, al igual que el ministro de Seguridad Pública de Trudeau, Dominic Leblanc. Se intercambiaron números de teléfono.

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a velada con Trump no garantiza que vaya a dar marcha atrás y, de hecho, no se hizo ninguna promesa. Pero Trudeau y su equipo creen que entienden mejor el terreno de juego, dijo el funcionario. Trudeau prometió reforzar la seguridad fronteriza con más helicópteros y policías.

Sheinbaum, por su parte, no tiene antecedentes personales con Trump que le sirvan de referencia. Es nueva en el panorama político, pero llega con un mandato fuerte, en contraste con Trudeau, que es políticamente débil en su país. Tras nueve años en el cargo, sus cifras en las encuestas son brutales y se prevé que pierda las elecciones que se celebrarán en algún momento de 2025.

AMLO y Trump

La líder mexicana sigue una línea muy cautelosa.

Apenas dos meses después de asumir el cargo, su estilo es claramente diferente al de su mentor y predecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), un populista carismático que se llevó bien con Trump cuando finalmente se conocieron, a pesar de los años en que intercambiaron insultos sobre los migrantes sin control y el tráfico de drogas.

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Sheinbaum intenta demostrar que no es una persona pusilánime. Si bien se muestra más dura cuando se dirige a su público local en español, no adopta un tono confrontativo con el propio Trump.

Sheinbaum no ha recurrido a la adulación, que es una forma de congraciarse con Trump, y ha sido más directa que Trudeau. Sheinbaum decidió publicar una carta a Trump en la que refutaba sus afirmaciones y ha insinuado públicamente que México respondería con aranceles en represalia.

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“Colaboramos. Nunca nos subordinamos”, dijo Sheinbaum a los periodistas sobre su enfoque. Las dos hablaron por teléfono el 27 de noviembre y Sheinbaum destacó todo lo que México ya ha estado haciendo para trabajar con Estados Unidos. “Si logramos coordinarnos en esto, no habrá aranceles”.

Trudeau y Trump

Todo lo que le dijo a Trump en privado parece haber funcionado.

En una publicación en las redes sociales después de su charla, Trump describió la llamada como una “conversación maravillosa” y afirmó que la líder mexicana acordó detener la migración a través de su país hacia Estados Unidos, “cerrando efectivamente nuestra frontera sur”.

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Sheinbaum no compartió esa interpretación, por lo que lo aclaró con cuidado, pero de manera inequívoca, sin corregirlo explícitamente. “Queremos reiterar que la posición de México no es cerrar fronteras, sino construir puentes entre gobiernos y entre pueblos”, escribió en una publicación en X.

En cifras , la situación en las fronteras con México y Canadá es tremendamente desigual.

Las estadísticas estadounidenses muestran que los agentes fronterizos incautaron un promedio de 1.810 libras de fentanilo al mes en la frontera entre Estados Unidos y México desde enero de 2022 hasta octubre de 2024. Durante ese período, se incautaron un promedio de 1,8 libras al mes en la frontera norte.

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En los 12 meses hasta el 30 de septiembre, el número de personas encontradas por la patrulla fronteriza de Estados Unidos que intentaban ingresar al país desde Canadá fuera de los puertos de entrada regulares fue de 24.000, frente a 1,5 millones en la frontera sur.

Trudeau ha enfatizado repetidamente estas cifras ante Trump, argumentando que es un error meter en el mismo saco a Canadá y México, una señal de que cuando llega el momento decisivo, está dispuesto a echar a México a un lado.

Por su parte, Sheinbaum ha atribuido algunas de las estadísticas a información errónea, señalando que México ya había aplicado aranceles al acero chino a principios de este año y que las importaciones canadienses de vehículos fabricados en China superaron a las de México.

“Canadá también tiene un grave problema con el consumo de fentanilo”, añadió.

En última instancia, ambos enfrentan el mismo desafío: ¿qué nivel de acción será necesario para satisfacer mínimamente a Trump hasta el punto de que pueda declarar la victoria y dar marcha atrás en sus amenazas?

Por su parte, Trump parece estar disfrutando, e incluso divirtiéndose a costa de Trudeau.

Según Fox News , bromeó con Trudeau diciendo que si no podía cumplir con su lista de exigencias, Canadá siempre podría convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos, y él en su gobernador.

Un ministro canadiense que estaba presente cuando tuvo lugar la conversación dijo que los comentarios de Trump fueron una broma durante una conversación distendida durante la cena de Acción de Gracias.

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