Los bonos sostenibles llegan a Ecuador para recordar que “sin planeta no hay negocio”

El primer bono sostenible se emitió en el país por US$ 50 millones, de la mano de BID Invest y Produbanco. Su presidente ejecutivo explica a Bloomberg Línea los detalles

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Cada vez son más fuertes las voces partidarias de que el único camino a seguir para recuperarse de la pandemia es el desarrollo sostenible. Y para lograrlo, será necesario catalizar diversos flujos de financiamiento que generen, además de retornos financieros, impactos medibles en el desarrollo social y medioambiental. En este contexto, los mercados de capitales son una fuente vital de estos recursos, específicamente a través de instrumentos como los bonos temáticos.

El BID Invest, el brazo de inversión en el sector privado del Grupo BID, es uno de los organismos que impulsa esta estrategia en la región con fuerza. Los bonos a los que se refiere pueden ser verdes, sociales o sostenibles (los últimos financian una combinación de proyectos verdes y sociales).

Su principal característica es que los fondos recaudados se dirigen a financiar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y de la Agenda de París, y además se alinean a estándares internacionales, como los de la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA), que incluyen requisitos de transparencia con respecto al uso de los fondos.

Precisamente, Ecuador acaba de lanzar el primer bono sostenible de su historia de la mano del BID Invest (comprador del bono) y Produbanco (emisor), el cuarto banco más importante del país que desde hace ocho años desarrolla productos “verdes”, que buscan impactar favorablemente en el ambiente y en la sociedad en su conjunto.

Considerando que Ecuador tiene un modesto mercado bursátil, la emisión de este bono sostenible por US$ 50 millones es un hito importante. De ese monto, US$ 40 millones se destinarán a créditos para pequeñas empresas, especialmente lideradas por mujeres y jóvenes con el fin de impulsar su recuperación post-pandemia, y los US$ 10 millones restantes irán a préstamos para líneas verdes, con enfoque en tecnologías agropecuarias eficientes, energías renovables, eficiencia energética y de recursos, entre otros.

Se espera que esta operación contribuya a ocho ODS: Hambre cero (ODS 2), Igualdad de género (ODS 5), Agua limpia y saneamiento (ODS 6), Energía asequible y no contaminante (ODS 7), Trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), Industria, innovación e infraestructura (ODS 9), Ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11) y Vida de ecosistemas terrestres (ODS 15).

El presidente ejecutivo de Produbanco, Ricardo Cuesta, comentó a Bloomberg Línea que este es el resultado de un proceso continuo en el que la banca debe ser un agente de cambio. En esta entrevista, el ejecutivo insiste en la necesidad de que las empresas entiendan que deben trabajar en pro del ambiente, pues “sin planeta tampoco hay negocio”.

PYMES Y CRÉDITOS VERDES, LA PRIORIDAD

¿Qué les llevó a apostar por la sostenibilidad y emitir este bono, el primero de su categoría en el país?

Este es un proceso continuo que hoy culmina con este hito, pero que no será lo último que hacemos. Primero, el compromiso que tenemos con la sostenibilidad es un compromiso estratégico y transversal que viene desde hace unos ocho años atrás y venimos de menos a más, trabajando primero en los temas internos, lo que significa firmar ciertos compromisos como los Principios de Banca Responsable y a través de eso buscar financiamiento que esté dirigido sobre todo a largo plazo ya que el fondeo ecuatoriano es relativamente de corto plazo. Hay entidades multilaterales que permiten extender ese plazo para que los créditos que otorguemos con esos fondos permitan el desarrollo sustentable. El bono sostenible justamente tiene algo de verde y algo de social, es una mezcla de los dos y por eso es el primero en el mercado ecuatoriano.

Los ingresos del bono se dividirán en dos montos, uno dirigido a las pymes…

Primero llegaremos al segmento pyme, pero al pyme que está dirigido por mujeres, principalmente. También al pyme empresarial pequeño, jóvenes emprendedores menores a los 32 años y, además, a las pymes que geográficamente en el Ecuador son menos favorecidas. Para allá van US$ 40 millones y 10 millones para líneas verdes. De seis a ocho meses habremos colocado toda esa cantidad. Tenemos previsto colocar US$ 500 millones de crédito nuevo este año y US$ 50 millones serán a través de estas líneas, es decir, el 10% de colocación de este año será través de estas líneas.

Entiendo, además, que es el único de Latinoamérica con ciertas características…

Es el primero en Latinoamérica que tiene unas condiciones de mejoramiento de tasa según cumplamos ciertos objetivos.

Lugo del bono, ¿qué viene?

Lo que sigue es seguir buscando financiamiento de este tipo que cada vez se hace más novedoso. Hacerlo en el mercado local tiene un significado muy importante. Si bien hoy el que compra el bono es el BID Invest por su capacidad de comprar los US$ 50 millones, al hacerlo en el mercado local incentivamos a otros emisores y, sobre todo, a los inversionistas para que compren este tipo de bonos para que sean una alternativa más de profundización del mercado de valores del Ecuador.

BANCA Y SOSTENIBILIDAD YA NO SON PALABRAS OPUESTAS

¿Por qué usted piensa que la banca debe seguirse alineando a los principios de sostenibilidad? Hasta hace pocos años eran dos palabras completamente opuestas…

Este es un camino sin retorno. Creo que el que niega que el calentamiento global es un hecho, está atrasado en las noticias. Los bancos tenemos la gran capacidad de ser un agente de cambio porque mediante el crédito bien dirigido podemos controlar de alguna manera a nuestros clientes e incentivarlos hacia el cumplimiento de estos objetivos. La principal meta es evitar que el calentamiento global suba y esas son las metas más grandes de la banca mundial que está involucrada en esto; por eso se firmaron los Principios de Banca Responsable, nosotros somos uno de los 32 firmantes mundiales originales. Si no evitamos que el calentamiento global solamente llegue a 1,5 °C adicionales para el año 2050, las consecuencias para el mundo serán muy graves.

Desde el punto de vista empresarial, lo único que cabe es entender que sin planeta no hay negocio, sin planeta no hay futuro y esa es la realidad, entonces, mientras más pronto actuemos, mejor. Y los que estamos más avanzados en el tema contagiaremos a otros empresarios.

¿Hay una intención también de que esto sirva para la reactivación post pandemia?

Precisamente, todas las pymes que reciban financiamiento son las que se están recuperando post pandemia. Estamos empujando a estas pymes que han sido más golpeadas.

¿Cómo ha ido evolucionando su cartera de créditos verdes?

Hemos colocado US$ 300 millones en créditos exclusivamente verdes. El impacto es una reducción de 250 toneladas de CO2 emitidas en el Ecuador. Parece un número pequeño, pero es un número importante. Todo podemos hacer algo, por ejemplo, un agricultor pequeño que tiene un tractor viejo, nosotros le financiamos un tractor nuevo con menos emisión y lo financiamos a largo plazo. Nosotros esperamos que en el corto plazo, para finales del 2023 probablemente, nuestra cartera en todos los temas sociales esté llegando a los US$ 1.000 millones. Eso sería cerca del 25% de toda la cartera del banco.