El dinero virtual sobrevivirá al criptoinvierno

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Bloomberg Opinión — Cuando la burbuja de las criptomonedas estaba en auge, impulsó a los gobiernos a intensificar el desarrollo de su propia forma de dinero electrónico, conocidas como monedas digitales de los bancos centrales. Ahora que el entusiasmo por las criptomonedas ha decaído, ¿se desvanecerán también las CBDC?

Creo que todavía tienen un amplio potencial para cumplir la promesa de un mundo financiero más eficiente e inclusivo. Pero su impacto será probablemente más evolutivo que revolucionario.

Las CBDC están llegando, porque representan una gran mejora respecto al dinero tal y como lo conocemos. Al igual que los billetes de dólar, son obligaciones directas de una nación soberana, no de instituciones financieras privadas. Al igual que el efectivo electrónico de una aplicación bancaria o de una cuenta de tarjeta de crédito, deberían ser cómodos de tener en la mano y fáciles de intercambiar a larga distancia.

Dicho esto, su uso generalizado no está garantizado. Es posible que no se impongan entre las personas que ya se sienten cómodas con los bancos, que confían en el seguro de depósitos y que disfrutan de las diversas ventajas que ofrecen los emisores de tarjetas de crédito, aunque estos sistemas conlleven mayores costes. Y también deben superar la preocupación de que ayuden a los gobiernos a controlar las transacciones de la gente. El yuan digital chino (o e-CNY), por ejemplo, sigue representando una parte minúscula de los pagos del país, dominado por Ali-Pay y WeChat Pay.

El papel que desempeñen los CBDC dependerá de dos condiciones principales. La primera es el punto de partida de cada país. Es probable que los CBDC no sean transformadores en lugares donde ya existen pagos eficientes y bancos sólidos, y donde los acuerdos existentes son difíciles de romper (a la gente que gasta mucho le encantan las millas aéreas de sus tarjetas de crédito). Sin embargo, podrían marcar más la diferencia en países con sistemas financieros menos sólidos y grandes poblaciones no bancarizadas. Además, los pagos transfronterizos siguen siendo lentos y caros en casi todas partes, y los trabajadores inmigrantes suelen pagar comisiones de más del 5% por enviar dinero a casa. Una red de CBDC interoperables podría hacer estas transferencias mucho más rápidas, seguras y baratas.

En segundo lugar, los CBDC deben diseñarse adecuadamente. Los bancos centrales no están bien equipados para gestionar millones de clientes individuales, por lo que querrán confiar en los bancos tradicionales para gestionar las cuentas y mantener las relaciones con los clientes. Para limitar su papel a un medio de cambio (en contraposición a un activo de inversión), y para evitar socavar el papel de los bancos en la economía, los CBDC no deben pagar intereses. Para garantizar que la gente no huya de los depósitos a los CBDC en tiempos de tensión, hay que poner límites a la rapidez con la que cualquiera puede aumentar sus tenencias. Y para ganar confianza, los emisores deben convencer a la gente de que su información privada estará protegida.

Para ello, el Comité Bretton Woods (del que soy miembro) ha publicado un nuevo informe con dos recomendaciones urgentes. En primer lugar, los reguladores mundiales (bajo los auspicios del Banco de Pagos Internacionales) deberían establecer principios para las CBDC similares a los que crearon para las infraestructuras de mercado tras la crisis financiera de 2008. Estos principios deberían proporcionar directrices sobre la funcionalidad de los CBDC, cómo interactuarán entre sí, cómo equilibrar la privacidad con la aplicación de la ley, y cómo gestionar la protección de datos, la gestión de riesgos y la resolución de disputas, dejando en manos de cada banco central la decisión final sobre cómo lograr estos resultados.

En segundo lugar, el BPI debería proponer condiciones y normas de liquidación para los pagos CBDC transfronterizos. Está bien posicionado para hacerlo, dado su largo papel como banco central de los bancos centrales y la experiencia que ha desarrollado en el diseño y la tecnología de las CBDC.

Sin embargo, la promesa plena de los CBDC no puede hacerse realidad sin el liderazgo del emisor de la moneda dominante en el mundo. Hasta ahora, la Reserva Federal de EE.UU. se ha centrado principalmente en mejorar el sistema de pagos interno del país para una liquidación inmediata 24/7 (a través de FedNow). Por muy valioso que esto sea, la Reserva Federal también debería esforzarse más en desarrollar un CBDC estadounidense. Desarrollados, implantados y gestionados adecuadamente, los CBDC pueden mejorar los regímenes de pago nacionales y hacer que el sistema financiero mundial sea más útil para las personas de todo el mundo.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.