Ciudad de México — Los estados del país navegan las elecciones en México a la expectativa de la consolidación fiscal que traerá recortes al gasto, menos guardadito para contingencias y con miedo a contratar deuda porque adoptaron el dogma del sexenio de que endeudarse va en contra de la austeridad.
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Ricardo Gallegos, director general Adjunto de Análisis Económico de HR Ratings, dijo a Bloomberg Línea que durante esta administración hubo una tendencia a la centralización en la toma de decisiones, por lo que la elección presidencial puede tener un impacto directo en las 32 entidades en el desarrollo de políticas públicas.
Tras la elección, probablemente uno de los principales temas a desarrollar en las finanzas públicas locales será qué tipo de inversión pública se va a desarrollar y si el endeudamiento es una opción, sostuvo en entrevista con La Estrategia del Día, en su edición especial Sorbo Electoral.
“Sería ideal dejar atrás la centralización de la toma de decisiones (…) En realidad muchas de las decisiones de política pública surgían de una gira del presidente”
Ricardo Gallegos, director general Adjunto de Análisis Económico de HR Ratings
Actualmente, Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, y sus aliados, el Partido Verde y el Partido Encuentro Social, gobiernan en 23 entidades, entre ellas Ciudad de México, la capital del país. Hace seis años, en 2018, Morena solo gobernaba en cuatro entidades.
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En conjunto, los 23 estados suman 91 millones de personas gobernadas bajo administraciones morenistas, de acuerdo con cifras del partido político. Al cierre de 2023, el país contó con una población total de casi 130 millones de mexicanos y mexicanas, de acuerdo con datos del Inegi.
El próximo 2 de junio, además del cargo de presidente, también habrá elecciones en nueve estados: Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
El efecto de la consolidación fiscal en los estados
El poco espacio fiscal que tiene el Gobierno de México se verá reflejado en los estados, lo que abrirá los cuestionamientos sobre qué harán las entidades para fortalecer sus ingresos.
Gallegos señaló que, a nivel de calidad crediticia, el mercado subnacional “se ha visto bien” debido al crecimiento de los ingresos federales, ya que después de la pandemia las transferencias a los estados y municipios vía las participaciones y aportaciones aumentaron en dígitos positivos.
La recuperación económica y las megaobras de AMLO, como se le conoce al presidente, también han ayudado a los ingresos de las entidades.
Sin embargo, hacia 2025 y quizá 2026, los ingresos de los estados estarán apretados.
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La consolidación fiscal se resume en que el déficit fiscal de 5,9% del PIB que registrarán las finanzas públicas al cierre de 2024, baje a 3% del PIB en el 2025, lo que necesitará de un recorte en el gasto público.
Gallegos dijo que en HR Ratings estiman que el déficit fiscal bajará a un nivel de 4% del PIB, lo que aun así pondría en una situación complicada a los estados y de búsqueda de nuevas fuentes de ingresos para compensar las transferencias que dejen de recibir del Gobierno federal.
Para 2024, se prevé que los estados reciban MXN$1.2 billones por concepto de participaciones, y para 2025 se aprobaron transferencias por MXN$1.3 billones, un aumento de 2,7% real.
Las entidades se quedan sin guardadito para contingencias
Si bien será importante aumentar la recaudación local, a nivel contingente lo que le preocupa más a HR Ratings es el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF), mejor conocido como el guardadito de los estados.
El FEIEF fue utilizado de 2019 a 2021 para compensar la menor recaudación durante la pandemia, sin embargo, desde entonces no se ha vuelto a fondear. Al primer trimestre de 2024, el saldo del Fondo se ubicó en MXN$12.175 millones.
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“Este fondo no se está reconstituyendo. Ante una situación de volatilidad que pudiera presentarse, los estados sí van a empezar a sufrir y sufrir bastante”
Ricardo Gallegos, director general Adjunto de Análisis Económico de HR Ratings
Gallegos apuntó que la agencia calificadora estima que entre 2025 y 2026 todavía habría fondos para compensar “piquitos” de participaciones que quede a deber el Gobierno, pero “más allá de 2026 ya se complica bastante la situación”.
El miedo a contratar deuda en el sexenio de AMLO
Al presidente López Obrador no le gusta la deuda, desde el inicio de su Gobierno prometió que no endeudaría al país y los estados del país le compraron la idea de no endeudarse.
Pese a que la calidad crediticia de las entidades ha evolucionado positivamente, los gobiernos locales dejaron ir en estos seis años una oportunidad de contratar deuda para financiar proyectos de infraestructura que, por ejemplo, hoy serían un factor a favor de la relocalización de empresas.
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“Los estados un poco compraron la idea de que la deuda es mala y de que había que ser muy eficiente con los ingresos y evitar el financiamiento porque políticamente se volvió algo muy poco rentable”
Ricardo Gallegos, director general Adjunto de Análisis Económico de HR Ratings
Añadió que la obra pública productiva es un detonante de la economía, sin embargo, la mayor parte de las entidades dejaron de tomar financiamiento.
“Se empezaron a borrar los registros de deuda fresca, hubo mucho refinanciamiento, pero deuda nueva que se utilizara para inversión pública productiva prácticamente se frenó”, indicó Gallegos.