Frutas exóticas colombianas, con alto potencial para hacer protectores solares

No solo comerlas es provechoso, sus residuos y componentes le abrirían la puerta al país a nuevos negocios. ¿Cómo y por qué? Le contamos.

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Bogotá — El chontaduro, gulupa, borojó, pitahaya y uchuva son algunas de las frutas exóticas colombianas que deleitan paladares en muchas partes del mundo. Pero no solo como alimento son destacadas, sino que sus residuos y componentes también serían clave para nuevos negocios.

Una investigación de la química farmacéutica July Pauline Londoño Sanabria, magíster en Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira encontró que los residuos de estas frutas pueden contrarrestar la oxidación de la piel causada por el sol, y protegerla.

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Londoño evidenció, por ejemplo, que la cáscara del chontaduro tiene componentes que pueden disminuir la incidencia de ciertas enfermedades generadas por la exposición al sol, “lo mismo el cáliz de la uchuva, que sería el subproducto con mayor contenido y variedad de estas moléculas entre las frutas estudiadas”.

La investigadora también resaltó que las frutas y verduras son los productos que más pérdidas y desperdicios generan en el país. Así las cosas, indicó que algunas frutas propias de la región generan toneladas de residuos al año, “por ejemplo, de la gulupa se producen 16.120 ton/año, de chontaduro 13.732 ton/año, la pitahaya ocasiona 5.870 ton/año y la uchuva 4.832 ton/año”.

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Consciente de dichos desperdicios, Londoño identificó biomoléculas con actividad fotoprotectora en subproductos de estas frutas exóticas y relacionó tecnologías de extracción y condiciones operacionales para proponer biorrefinerías que permitieran obtener estas moléculas fotoprotectoras.

“Gracias a su amplia biodiversidad, Colombia tiene todo el potencial para desarrollar sus propios productos químicos, farmacéuticos o cosméticos a partir de fuentes naturales”,

July Pauline Londoño.

No obstante, la investigadora recalca que una importante cantidad de las frutas que se producen en Colombia no se exportan ni se usan y terminan perdiéndose en diversas etapas de su cadena de abastecimiento, “aunque los mal considerados como residuos se pueden aprovechar en diversos productos”.

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Por último Londoño resaltó que “estos hallazgos teóricos servirían como impulso para llevar a la práctica investigativa estas metodologías de extracción verdes, pues que el uso y desarrollo de técnicas de biorrefinerías en las cadenas de abastecimiento de frutas exóticas podrían diversificar más sus subproductos al punto de utilizarlos tanto en cosmética y biocombustibles como en otros productos”.