Ómicron está convirtiendo a Londres en una ciudad fantasma

El sector de la hostelería británico, que ya estaba intentando recuperarse de los meses de cierre que sufrió a principios de año, vuelve a recibir un golpe con la nueva variante.

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Bloomberg — El propietario de Parlez, un pub y restaurante del sur de Londres, esperaba que las ventas de estas Navidades se hubieran recuperado totalmente tras el cierre de Covid-19 del pasado invierno. En cambio, todas las reservas de grupos de esta semana cancelaron sus reservas.

Reino Unido se enfrenta a una ola récord de infecciones, y Chris Whitty, director médico de Inglaterra, advirtió el miércoles que el “fenomenal” número de casos significa que los médicos y las enfermeras enfermarán inevitablemente. Esto hace que empresas como Parlez sean pesimistas respecto a lo que viene.

Las restricciones que ya se han puesto en marcha, incluida la recomendación de trabajar desde casa, hacen que aquellos que podrían haberse sentido cómodos reuniéndose para tomar una copa lo piensen dos veces, dijo el propietario Matt Ward. El negocio de otro de los pubs de Ward, el White Horse, en el barrio de Brixton, al sur de Londres, también se ha visto afectado.

De todas formas, el pub no ha vuelto a tener el volumen de negocio que tenía antes de la llegada del Covid-19, pero ahora ha vuelto la inestabilidad”, dijo Ward. “Tuvimos un buen sábado pero un mal domingo, luego un buen lunes con la trivia pero un martes muy tranquilo”.

El sector de la hostelería británico, que ya estaba intentando recuperarse de los meses de cierre que sufrió a principios de año, vuelve a recibir un golpe económico cuando la pandemia vuelve a acelerar. Esta vez no hay (todavía) ninguna red de seguridad gubernamental, a pesar de que esta semana se registraron sucesivos récords de casos.

Aunque los locales siguen abiertos, el comercio se está ralentizando en vísperas del periodo festivo clave, al tiempo que la gente se queda en casa y evita socializar en pubs, clubes y restaurantes.

En el distrito financiero de la City de Londres, el miércoles se pudo ver a menos de 30 personas bebiendo fuera de los pubs de Watling Street. El negocio también estuvo lento en Leadenhall Market, donde los pubs suelen estar llenos en diciembre con cientos de corredores de seguros.

“La caída de los ingresos es terrible para los restaurantes, especialmente en el centro de las grandes ciudades como Londres”, dijo Des Gunewardena, CEO y presidente de D&D London, que está detrás de 43 restaurantes, bares y hoteles situados en su mayoría en la capital británica.

La semana pasada, D&D perdió el 15% de sus reservas, y esta semana se perfila como mucho peor, dijo Gunewardena a Bloomberg. “El gobierno tiene que dar un paso adelante y compensarnos plenamente por el enorme golpe a los beneficios que han causado sus anuncios y las guías relacionadas al Covid-19”.

El restaurador Tom Kerridge acudió a las redes sociales el martes para revelar que 654 clientes habían cancelado sus reservas en los últimos seis días y advertir que muchos locales se “desmoronarían” sin ayuda.

El transporte también se está vaciando. El número de personas que utilizaron el metro de Londres se redujo en casi una quinta parte en la hora pico el lunes de esta semana, según cifras oficiales.

Las transacciones en los cafés de Pret A Manger Ltd. en los distritos financieros de Londres están ahora en su nivel más bajo desde octubre, según el índice Pret de Bloomberg.

La cautela de Johnson

En Downing Street, el Primer Ministro, Boris Johnson, intenta hacer equilibrio entre los científicos que ya creen que es necesario endurecer las medidas por Covid-19 para contrarrestar la variante ómicron, y muchos de sus colegas del Partido Conservador, que han expresado su preocupación por la erosión de las libertades civiles.

Johnson sufrió la mayor rebelión de su mandato a última hora del martes, cuando 100 legisladores conservadores se opusieron a partes de su estrategia del “Plan B”. Ya presionado por una serie de pasos en falso, y con su valoración en las encuestas a la baja, el primer ministro aprovechó una rueda de prensa el miércoles para pedir a las personas que sean “prudentes” antes de Navidad.

Los principales grupos de cabildeo pidieron a Johnson que no dejara a las empresas sin protección y que al mismo tiempo tratara de salvaguardar la salud pública. Ruby McGregor-Smith, presidenta de las Cámaras de Comercio Británicas, dijo que el llamamiento de Whitty para que los británicos reduzcan sus contactos sociales antes de Navidad tendría “un enorme impacto” en las empresas y lamentó la “desconcertante” falta de ayuda del gobierno.

“Las empresas se enfrentan ahora a la combinación de dos golpes: los graves problemas de ausencia del personal y la caída en picado de la confianza de los consumidores”, dijo McGregor-Smith.

La Confederación de la Industria Británica calificó el Plan B de “pragmático y sensato”, pero advirtió de las futuras “consecuencias imprevistas” para la economía.

La industria hotelera británica ya está teniendo que lidiar con la interrupción de la cadena de trabajo y de suministro y el impacto del Brexit. Con el virus resurgiendo, el organismo comercial UKHospitality pronosticó que los ingresos de los pubs y restaurantes bajarán hasta un 40% en diciembre debido a las cancelaciones.

El temor de algunas figuras destacadas de la hostelería es que, si se establecen nuevas restricciones, los pubs y restaurantes que tengan dificultades en diciembre puedan encontrar enero (un mes tradicionalmente duro para la hostelería) aún más difícil.

Tim Martin, presidente de JD Wetherspoon Plc, dijo a principios de esta semana que el enfoque “radical” del gobierno equivalía a un “confinamiento furtivo”. Luke Johnson, presidente de la empresa de inversión Risk Capital Partners y expresidente de la cadena Pizza Express, dijo en Twitter que incluso los actuales frenos “son incoherentes, arbitrarios y probablemente sean totalmente ineficaces” contra el Covid-19

Problemas en el comercio minorista

No sólo la hostelería se enfrenta a tiempos difíciles. El sector minorista británico -el mayor empleador privado del país- depende en gran medida de la afluencia de público a los centros comerciales y las galerías en la recta final de las Navidades, que es cuando las empresas obtienen la mayor parte de sus beneficios.

Alex Baldock, CEO de Currys Plc, el minorista de electrónica, dijo que el mercado se estaba ralentizando en el período previo a la Navidad, y advirtió que más restricciones serían muy perjudiciales.

“Tendría que haber un caso muy claro de salud pública para volver a cerrar el comercio minorista”, dijo en una llamada con periodistas. “Hay 3 millones de empleos y 17.000 millones de libras (US$22.500 millones) de impuestos en juego. Estamos en una buena posición para impulsar la recuperación: no pedimos limosnas, sólo queremos comerciar”.

Incluso el futbol de la Premier League está amenazado. El aumento de las infecciones ha obligado a aplazar varios partidos.

Junto a Johnson en Downing Street, Nikki Kanani, directora médica de atención primaria del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, dijo que los aficionados al deporte deberían poner su granito de arena.

Si van a ir a un estadio el fin de semana, que sea uno en el que puedan vacunarse o ayudar a administrar una vacuna, en lugar de ir a ver un partido”, dijo Kanani.

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Con la asistencia de Emily Ashton, Philip Aldrick, Joe Mayes y Neil Callanan.

Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha