Por qué 2022 podría ser el año de los criptoactivos

Sin importar el exceso de liquidez, los cripto atraerán nuevos inversores y se llevarán una parte de los recursos que ahora se ponen en acciones, renta fija o fondos de inversión

Por

Bloomberg Línea Ideas — La economía digital ha adquirido una enorme relevancia en los dos últimos años. En cierto modo, la pandemia de Covid-19 aceleró un proceso que llevaba tiempo produciéndose. Bitcoin, Ethereum, NFTs, fan tokens o tokens respaldados por activos reales han captado la atención de los inversores institucionales y minoristas.

En 2021, vimos los récords de precios de bitcoin, la explosión de los NFTs —los llamados tokens no fungibles— y la creciente discusión sobre las posibilidades de usar criptomonedas en el llamado metaverso. Mientras los reguladores de todo el mundo intentan comprender este mercado, los desarrolladores de juegos o de aplicaciones vinculadas a las finanzas descentralizadas crean nuevos activos y tecnologías.

Este movimiento ha terminado por llamar la atención de los fondos de capital de riesgo. Según datos de PitchBook Data Inc, como reportó Bloomberg Línea, estos inversores han inyectado más de US$30.000 millones en empresas de criptomonedas en 2021. Esta cifra supera la suma de lo invertido en esta industria en todos los años anteriores y es casi cuatro veces más que el anterior récord, en 2018, cuando los fondos de capital riesgo destinaron US$8.000 millones a empresas cripto.

A pesar de este inmenso avance en 2021, la economía digital tiene aún más espacio para crecer en 2022. En septiembre, el analista de Bloomberg Mike McGlone dijo que bitcoin podría alcanzar los US$100.000 en la segunda mitad de este año porque la demanda seguirá creciendo, mientras que la oferta de bitcoin es limitada.

¿Y de dónde vendrá esa demanda? De todos los segmentos del mercado. Los criptoactivos son ya una realidad al formar parte de la cartera de varias empresas y particulares. Por lo tanto, los inversores institucionales de todo el mundo tienen el deber fiduciario de evaluar una exposición a estos activos. Eso es lo que harán en 2022.

En Brasil, los fondos de pensiones, por ejemplo, tienen dificultades para cumplir sus objetivos actuariales debido a la elevada inflación y al mal comportamiento de la renta variable. En otras palabras, hay un fuerte argumento para pensar que estos fondos comenzarán a asignar recursos en cripto. La demanda de instrumentos de financiación más ligeros y menos costosos, con menos intermediarios, es también una antigua demanda del mercado institucional.

En el sector minorista, los inversores minoristas de todo el mundo también buscarán protección contra la inflación. En países como México, debido a la gran cantidad de migrantes, las criptomonedas ya sirven para agilizar y abaratar el costo de las remesas; en Argentina, para protegerse de un peso extremadamente devaluado. ¿Y las empresas? Muchas, como Tesla y MicroStrategy, ya están destinando recursos de su tesorería en criptomonedas. Las empresas brasileñas seguirán su ejemplo. Es una cuestión de tiempo. Tal vez, esta decisión se tome en 2022.

Este proceso demuestra que la economía digital ha entrado en un círculo virtuoso. En 2022, independientemente del exceso de liquidez en el mundo, los criptoactivos atraerán a nuevos inversores y se llevarán una parte importante de los recursos actualmente invertidos en activos de otros segmentos del mercado, como acciones, renta fija, fondos de inversión, etc.

La regulación del mercado forma parte de este círculo. En Brasil, los movimientos en el Senado y la Cámara de Diputados han llevado al país a estar cerca de tener una legislación específica para el segmento, con sus principales agentes, las bolsas, supervisadas por un organismo regulador. Aunque este mercado ya funciona de forma regulada, ya que paga impuestos y reporta datos a Hacienda y al COAF (Consejo de Control de Actividades Financieras), en el caso brasileño, una ley específica para el sector es saludable y ayudará a atraer aún más inversores.

En este contexto, las empresas no nativas de criptomonedas tratarán de ganar una cuota, actuando en varios segmentos, como la tokenización o el comercio de criptoactivos. La competencia siempre es bienvenida. Sin embargo, las entidades entrantes no podrán competir en igualdad de condiciones con los criptonativos. Desde los primeros días de la nueva economía digital, estas empresas se han estado preparando para este momento: han invertido mucho en innovación, en seguridad, en equipos especializados, en la creación de infraestructuras de mercado. Además, como hemos visto anteriormente, las criptomonedas están muy capitalizadas tras recibir miles de millones de dólares de fondos de capital riesgo.

Durante aproximadamente una década, el mundo de las criptomonedas estuvo acompañado por la siguiente pregunta: “¿invertirías en criptoactivos?” La pregunta que nos acompañará en 2022 será: “¿cuándo invertirás en criptoactivos?”.

Este texto no refleja necesariamente las opiniones de los consejos editoriales de Bloomberg Línea, Falic Media o Bloomberg LP y sus propietarios.