EXCLUSIVA: El camarón ecuatoriano arrasa en el mundo de la mano de Santa Priscila

En 2021, la empresa se convirtió en la principal exportadora mundial de camarón hacia EE.UU. En exclusiva con Bloomberg Línea explican los detalles de su sostenido éxito

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QUITO — Ser la primera empresa privada del Ecuador en superar la barrera de los US$ 1.000 millones en exportaciones en un solo año, la primera compañía no petrolera generadora de divisas para el Estado y la mayor exportadora de camarón hacia EEUU es el resultado de toda una vida de trabajo. Industrial Pesquera Santa Priscila alcanzó estos tres hitos en 2021 y va por más. Su objetivo es “pasar de ser grande a gigante”.

En una entrevista exclusiva con Bloomberg Línea, los directivos de una de las empresas más grandes del país contaron cuáles han sido las claves del éxito alcanzado y cómo hicieron que la crisis por el coronavirus se convirtiera en una oportunidad que no desaprovecharon.

Actualmente, el camarón es el principal rubro de exportación no petrolero del país, con US$ 5.058, 82 millones vendidos en 2021 (1.855,63 millones de libras), es decir, un crecimiento en valor de 29% en comparación con el 2020, pero lo más llamativo es que de ese monto, el 20% (US$ 1004 millones) fue vendido por Santa Priscila.

Para Raúl Estrada, asesor y vocero de la empresa, aquello “es la consecuencia de una cadena de factores basados en el esfuerzo, el respeto a la naturaleza, la eficiencia y el trabajo en familia”, pues Santa Priscila nació hace 46 años como una compañía familiar y así se ha mantenido hasta hoy. Estrada afirma que la visión estratégica que tuvo el principal de la empresa, Santiago Salem, cuando la actividad de camarón era casi inexistente en el país fue lo que determinó el éxito de la compañía.

“Es la consecuencia de una cadena de factores basados en el esfuerzo, el respeto a la naturaleza, la eficiencia y el trabajo en familia”

Raúl Estrada, asesor y vocero de Santa Priscila.

Desde 1976, su enfoque ha sido trabajar con tecnologías eficientes y amigables con el ambiente y hacerlo como un negocio circular, no extractivo. La empresa integra toda la cadena productiva: programas genéticos, laboratorios de larvas, investigación y desarrollo, fincas, participación en una planta de alimento balanceado, maquinaria de construcción, plantas empacadoras, comercialización y exportación.

Todo esto ha hecho que en apenas diez años sus ventas pasen de US$ 125,4 millones en 2012 a US$ 1.009 millones en 2021 (incluidos los US$ 5 millones por venta de tilapia).

Pero además ha tenido un aporte al fisco significativo. Primero, como fuente de empleo, pues Santa Priscila da trabajo a más de 12.000 personas y entre 2017 y noviembre de 2021 ha pagado los siguientes rubros:

  • CAPEX / reinversiones: US$ 261 millones
  • IVA: US$ 80 millones
  • Seguridad Social: US$ 53 millones en aportes patronales al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social
  • Impuesto a la Renta: US$ 18 millones
  • Otros impuestos y contribuciones: US$ 8 millones (Impuesto a la Salida de Divisas, temporales, etc.)
  • Sueldos: US$ 287 millones
  • Jubilaciones, desahucio y beneficios: US$ 67 millones
  • Utilidades a trabajadores: US$ 31 millones

Asimismo, aunque el 95% de sus ventas son exportaciones, su mercado local también ha crecido en los últimos años. “Nunca antes el Ecuador había consumido tanto producto interno. Hace cinco años Santa Priscila no llegaba a vender US$ 5 millones de dólares en el mercado local, hoy vende US$ 38 millones”, asegura Estrada.

El objetivo para 2022 es seguir creciendo:

“Es muy difícil decir una cifra, la idea sería llegar a los US$ 1.200 millones en ventas, pero quién sabe y el año nos da una sorpresa mayor”.

Raúl Estrada, asesor y vocero de Santa Priscila.

HICIERON DEL COVID UNA OPORTUNIDAD

En julio de 2020, cuando la pandemia del COVID estaba en uno de sus picos, China vetó las exportaciones de tres camaroneras ecuatorianas aduciendo que se hallaron rastros de coronavirus en seis muestras tomadas en las paredes internas de un contenedor y en las cajas de cartón. Una de ellas fue Santa Priscila.

Apenas se anunció la restricción, el expresidente Lenín Moreno visitó la planta empacadora de la empresa en Guayaquil desde donde señaló que había enviado una comunicación a su homólogo chino, Xi Jinping, detallando las condiciones en las que se produce el camarón ecuatoriano. Allí dijo, además, que “el camarón ecuatoriano es el mejor del mundo”.

En agosto, la restricción se levantó y el país asiático reabrió sus puertas. Estrada afirma que la mediación de Moreno tuvo mucho que ver. “La intervención del expresidente fue fundamental, políticamente pueden decir lo que sea, pero la defensa que hizo del sector camaronero fue crucial”. Aunque las operaciones se reanudaron, Santa Priscila tuvo que reaccionar con rapidez para no perder su mercado. Estrada explica a Bloomberg Línea que como consecuencia del castigo de China, “los precios del camarón ecuatoriano cayeron” y “esa cantidad enorme de producto empezó a buscar otro destino”.

En ese momento, los compradores estadounidenses vieron una oportunidad de adquirir camarón ecuatoriano barato. Aunque aquello podría verse como una desventaja, en realidad fue el gancho para atrapar al consumidor de ese país:

“El paladar del consumidor americano tuvo la oportunidad de tener acceso al mejor sabor del camarón del mundo y después ya no lo quiso cambiar”.

Raúl Estrada, asesor y vocero de Santa Priscila.

Todo ello dio como resultado que, aunque las ventas de 2020 cayeron, al siguiente año la industria se recuperara y en 2021 Santa Priscila se convirtiera en la principal exportadora mundial de camarón hacia Estados Unidos. “Santa Priscila no perdió el tren de su crecimiento, aprovechó la oportunidad y tenía la infraestructura para seguir creciendo, por lo que continuó su tendencia de crecimiento”, apunta Estrada.

Pero también reconoce que no pueden descuidar el mercado asiático, pues el mayor consumidor de camarón del planeta es China “y debe ser atendido con calidad y eficiencia”. “El camarón ecuatoriano, con Santa Priscila como protagonista, es también altamente apetecido en el mercado de China, por su ancestral cultura culinaria, en la cual los productos del mar, y en particular el camarón, han sido una tradición”, reflexiona el ejecutivo.

UN TRABAJO DE GENERACIONES

Otra de las claves de su trabajo, a decir de su vocero, es haber mantenido el negocio dentro de la familia. “Son más de 40 años de trabajo orientados por la mente brillante del presidente de esta empresa, Santiago Salem, y por la preparación profesional extraordinaria de todos sus hijos que trabajan en la empresa y que hacen la nueva generación”.

Estrada cree que la estructura de la compañía podría ser incluso caso de estudio en una escuela de negocios porque rompe los esquemas de verticalidad. “Es totalmente horizontal, cada miembro de la familia es cabeza de serie de una actividad y cada uno es brillante en sus funciones”.

No existen reuniones de directorio, sino reuniones familiares en las que se habla del trabajo y se toman decisiones. “Se reúnen en medio de un ambiente de cariño para hablar de lo que más les apasiona”.

LA SOSTENIBILIDAD, PARTE DE SU ADN

Uno de los lemas de la empresa ha sido: “Nutricionalmente inteligentes, socialmente responsables, ambientalmente conscientes”. Desde el inicio de sus operaciones, Santa Priscila se planteó cumplir con los más altos estándares de conservación y protección ambiental. Primero, crían su producto libre de antibióticos, hormonas y químicos tóxicos en piscinas que replican y mejoran las condiciones del mar en la tierra.

Utilizan energías limpias, clasifican y reciclan sus subproductos, dan tratamiento al agua, no degradan los suelos terrestres y protegen el ecosistema marino. Tienen varias certificaciones ambientales y cumplen con estándares orgánicos.

Asimismo, como parte de su filosofía, en 2012 Santa Priscila asumió el cuidado y protección de 1.400 hectáreas de manglares y de más de 120 hectáreas de bosque protegido. En 2013 inició con su cambio de matriz energética, con el primer sistema de electrificación en 50 hectáreas de camaronera reduciendo el consumo de energía no renovable.

Para Estrada, una de las ventajas del camarón sobre el petróleo es precisamente que no es una actividad extractiva sino que “es permanentemente renovable”, pues “cada camaronera es una mina inacabable”.

“En la historia de Santa Priscila, hay piscinas que han pasado más de 120 cosechas y cuando usted las ve, están impecables. Eso no se puede decir de una mina ni de un campo petrolero”.

Raúl Estrada, asesor y vocero de Santa Priscila.

LO QUE SE VIENE

Al preguntar sobre los planes futuros de la pesquera, Estrada afirma que el objetivo es “seguir produciendo con la misma filosofía” en armonía con los trabajadores, con compromiso social y “conquistando todos los mercados que quieran acceder a un producto como el camarón ecuatoriano que es un delicatesen mundial”.

“Queremos pasar de ser grandes a gigantes, pero desde el punto de vista de la humildad, no por vanidad sino por compromiso”, finaliza.

OTROS DATOS IMPORTANTES

-Capacidad de producción: 43.800 billones de nauplios/año y 31.200 millones de larvas/año sin necesidad de expandir la infraestructura inmobiliaria.

-Fincas: 58 operaciones localizadas en tres zonas geográficas (oceánica 21,9%, estuario 35,6% y delta 43,4%).

-Producción de hielo: se producen hasta tres libras de hielo por cada libra de camarón de producto final procesado en las empacadoras.

Plantas empacadoras: las plantas reciben y tratan el producto para su preservación, clasificación y procesamiento para obtener las variedades de presentación requeridas por los clientes, que son empacadas, congeladas y encartonadas.

-Capacidad de producción de cada planta:

  • Planta 1: 114.000 lbs/día de camarón + 15.000 lbs/día de valor agregado
  • Planta 2: 610.000 lbs/día de camarón
  • La Aldea: 110.000 lbs/día de valor agregado
  • Tropack: 550.000 lbs/día de camarón + 12.000 lbs/día de valor agregado/tilapia
  • Anexo Tropack: inició operaciones en diciembre 2021; 300.000 lbs/día de valor agregado

-Producción propia vs. compras a terceros: oscila entre 80% y 90% de producción propia vs. 10%-20% de terceros, según la época del año.

-Almacenamiento: las plantas empacadoras están equipadas con cámaras de frío con capacidad para conservar producto final congelado por hasta 24 millones de libras.