Bloomberg — Los expertos en salud pública de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han comenzado a debatir cómo y cuándo declarar el fin de la crisis mundial del Covid-19, explorando lo que sería un hito más de dos años después de la aparición del virus.
La OMS dijo que actualmente no está considerando tal declaración. Mientras que los casos han disminuido en muchos lugares, las muertes han aumentado en Hong Kong, y esta semana China informó de más de 1.000 nuevos casos diarios por primera vez en dos años.
En cambio, las discusiones en la agencia con sede en Ginebra se centran en qué condiciones señalarían finalmente que la emergencia de salud pública, declarada el 30 de enero de 2020, ha terminado. Tal declaración no sería sólo un paso simbólico significativo, y daría un impulso al retroceso de muchas políticas de salud pública de la época de la pandemia.
“El Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional sobre Covid-19 está estudiando los criterios necesarios para declarar terminada la emergencia de salud pública de interés internacional”, dijo la agencia en un correo electrónico. “Por el momento, todavía no hemos llegado a ese punto”.
Muchas naciones de todo el mundo ya han relajado las directrices de enmascaramiento y cuarentena, y abriendo las fronteras a los viajes. Aun así, muchos países de Asia están informando de niveles récord de transmisión, y en Alemania los casos volvieron a acercarse recientemente a niveles récord. En la última semana se han registrado más de 10 millones de casos de Covid-19 y 52.000 muertes, según la OMS.
Los investigadores también han advertido que, aunque los casos de Covid-19 desciendan a niveles más bajos, es probable que la enfermedad siga causando miles de muertes al año, al igual que otras enfermedades endémicas como la malaria y la tuberculosis. Y el potencial de nuevas y peligrosas variantes es imprevisible.
Las discusiones de la OMS podrían tener implicaciones para fabricantes de medicamentos como Pfizer Inc. (PFE) y Merck & Co. (MRK), que han acordado permitir la competencia genérica de sus tratamientos contra el Covid-19 hasta que la pandemia termine. Los fabricantes de vacunas, como AstraZeneca Plc (AZN), han dicho que mantendrán los precios de sus productos bajos hasta que termine la pandemia, sin especificar cuál será el punto de referencia para ello.
Cautela
La OMS ha sido prudente en el pasado a la hora de declarar el fin de las emergencias sanitarias mundiales y los brotes de enfermedades. Al igual que la declaración de la emergencia, la decisión la tomará en última instancia el Director General Tedros Adhanom Ghebreyesus tras consultar con los expertos.
Muchos países ya no se basan únicamente en las orientaciones de la OMS, dijo David Heymann, antiguo epidemiólogo de la OMS y de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de EE.UU. que asesora a la OMS en materia de brotes.
“No están ignorando a la OMS, pero dependen más de los grupos de asesoramiento científico nacionales y regionales”, dijo Heymann en una entrevista. El papel de estos grupos ha evolucionado desde los días del brote de SARS, cuando se atendían estrictamente los pronunciamientos de la OMS sobre viajes y comercio. Hoy en día, los países disponen de información y vigilancia más actualizadas.
Según Heymann, una medida clave para los países que se plantean salir del estado de emergencia es la inmunidad de la población, es decir, la proporción de personas que tienen algunos anticuerpos contra el virus, ya sea por inmunización, por infección o por ambas cosas. Los investigadores estiman que alrededor del 98% de la población del Reino Unido tiene cierta inmunidad al coronavirus que puede prevenir la enfermedad grave, dijo.
No es el mismo nivel de protección de anticuerpos necesario para lograr la inmunidad de rebaño, que impide la propagación del virus, dijo. La inmunidad de grupo parece muy poco probable en el caso del coronavirus porque las vacunas actuales no previenen las infecciones y éstas no evitan que se repitan los brotes del virus, dijo.
En EE.UU., cerca del 98% de la población vive en condados en los que no son necesarios los requisitos de usar mascarillas para los espacios públicos interiores, según los CDC. Sin embargo, está aumentando la preocupación por la variante BA.2, una versión de ómicron que ya se ha extendido ampliamente en algunos otros países de Europa.
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Este artículo fue traducido por Andrea González