Un tanque de gasolina cuesta el 33% del salario mínimo mensual de los brasileños

Los altos precios de los combustibles son una de las principales quejas contra Bolsonaro a medida que se acercan las elecciones presidenciales

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Bloomberg — Brasil está tomando medidas para aliviar el dolor en el surtidor de gasolina en un país donde cuesta más llenar el tanque que en cualquier otra gran economía latinoamericana.

Los altos precios de los combustibles son una de las principales quejas contra el presidente Jair Bolsonaro a medida que se acercan las elecciones presidenciales de octubre.

Aunque el costo del combustible se ha convertido en un problema en todas partes, no sorprende que el tema esté recibiendo una gran atención en el país latinoamericano, donde el costo promedio de un litro de gasolina es de 7,28 reales (US$1,53). Los brasileños ahora gastan alrededor de un tercio de un salario mínimo para llenar un tanque de capacidad promedio de 55 litros. En Estados Unidos, esa parada en la gasolinera sería aproximadamente el 6% de los ingresos mensuales de un trabajador que gana el salario mínimo por hora.

Bolsonaro ha respondido a la creciente presión lanzando su apoyo a una legislación para reducir los impuestos estatales sobre el combustible y otros artículos, que se aprobó en la cámara baja de Brasil el miércoles con un apoyo abrumador y ahora va al Senado.

También ha despedido a tres CEO de la empresa estatal Petroleo Brasileiro SA por su frustración con los precios de los combustibles al por mayor, que siguen los niveles internacionales. Petrobras ha tenido un rendimiento inferior al de otras grandes petroleras desde que comenzó la guerra en Ucrania, principalmente por la preocupación de que sacrifique beneficios a petición del gobierno para ayudar a contener la inflación de los combustibles.

El estatus de Petrobras, con sede en Río de Janeiro, como empresa controlada por el Estado que también tiene inversionistas privados, la coloca en una posición incómoda cuando los precios del petróleo suben.

Bolsonaro dice que apoya la privatización de la compañía para evitar que el gobierno sea culpado cuando los precios suban, un marcado cambio de su posición hace cuatro años, cuando dijo que la venta total del gigante petrolero estaba fuera de los límites. El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que lidera las encuestas para las elecciones presidenciales, está a favor de que Petrobras subsidie el combustible en lugar de pagar dividendos a los accionistas.

Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.