Bogotá — Después de cuatro años, personas de todos los continentes están esperando con ansias uno de los eventos más impactantes e impresionantes en el mundo: El mundial de Qatar 2022.
El acontecimiento reunirá a los 32 mejores equipos de fútbol que se enfrentarán en diferentes contiendas, entre los ocho estadios que fueron dispuestos, con el único objetivo de demostrar quién merece ser llamado como uno de los mejores y alzar en brazos el tan anhelado trofeo de oro.
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Y si bien, para los más de 1,2 millones de turistas que prevé la FIFA asistirán a Qatar, este evento significa pasión, euforia o alegría, no es lo mismo para los jugadores que deben asumir un gran reto personal y con su nación que los enfrenta a un estado constante de presión, estrés, ansiedad o pánico, sentimientos los cuales deben ser trabajados y manejados para mantener una estabilidad emocional y física en el campo.
Por lo menos, así también lo considera Sergio Díaz, el entrenador mental de deportistas de alto rendimiento de Colombia y el mundo, que viajará en esta ocasión a Qatar para acompañar a varios jugadores de selecciones nacionales, entre los que se encuentran Angelo Preciado, un jugador ecuatoriano, centrocampista del K. R. C. Genk de la Primera División de Bélgica o Alan Franco del Club Atlético Talleres de Córdoba, Argentina.
“Lo cierto es que el deporte de élite tiene una exigencia mental muy elevada y somete a las personas a una continua exigencia que les obliga en parte a enfrentarse a la adversidad y adaptarse continuamente a los nuevos escenarios que el alto rendimiento presenta”, resalta este bumangués que se formó en escuelas de desarrollo humano y liderazgo como la de Tonny Robbins y Richard Blander, y lleva más de una década explorando técnicas de desarrollo humano que permitan la promoción y gestión de habilidades blandas y con las que logró desarrollar algunos de los programas de mayor impacto de gestión en el deporte profesional y de alto rendimiento corporativo.
Este trabajo mental y físico, lo realiza por etapas y con diferentes procesos con cada uno de los jugadores a los que acompaña desde muy jóvenes, como, por ejemplo, en el caso de los dos jugadores ecuatorianos a los que empezó a acompañar desde que tenían 18 años de edad, momento, en el que se encontraban iniciando sus carreras en las inferiores.
“Durante todos estos años, tenemos un proceso pedagógico de autoconocimiento y de dominio de herramientas de gestión emocional y gestión mental. Sin embargo, cada competencia va manejando un nivel de tensión específico y en este caso el Mundial es el evento élite de todas, por lo que trabajamos de una forma más personalizada, buscando aumentar la capacidad de enfoque y de rendimiento que se requieren para esta competencia, e incluso, sincronizamos nuestro trabajo con la selección nacional de tal forma que tanto el cuerpo técnico como el jugador y su familia conozcan el plan de trabajo que tenemos”, resaltó Díaz.
Su programa de alto rendimiento se soporta en tres ejes: físico, mental y espiritual, que le permiten manejar una práctica holística con el deportista y abarcar todo lo que requieren para fortalecerse como seres humanos. Al final, la idea es construir un deportista integral que logre generar resultados tanto en su vida deportiva como personal.
Las herramientas o técnicas de autoconocimiento y liderazgo se desarrollan a través de diferentes prácticas de habilidades emocionales, habilidades sociales, proyecto de vida e inteligencia financiera, e incluso, algunas tan innovadoras como lo puede ser la ventana de Johari; técnicas de aprendizaje acelerado y alto rendimiento mental; sabiduría Kung Fu; alimentación consciente, terapia de familia, entre otras.
“Cuando inicié hacia el 2017, decidí poner en práctica la teoría de este programa para apoyar a los deportistas al desarrollo de sus habilidades mentales, emocionales y físicas a largo plazo, para presentar un determinado resultado a la hora de competir, de jugar un partido, de tener una maratón e incluso de luchar en un ring”, dice Díaz, quien agrega que también apoyó a jugadores de la talla de Juan Fernando Quintero, Nicolás Benedetti, Camilo Zúñiga y Abel Aguilar.
El trabajar con estos grandes atletas le ha permitido acompañar a gran parte de ellos en la construcción de su mayor potencial tanto de forma física como mental en competencias de élite o campeonatos mundiales como el Mundial de Rusia 2018, Copa Libertadores, Copa América y UEFA Champion League.
Este entrenador mental además reconoce que su gran virtud es llevar adelante prácticas que para muchos pueden ser consideradas como algo “extremas”, puesto que llevan a las personas a caminatas sobre brasas ardientes o inmersiones en hielo que tienen el fin de retar a la mente, las emociones, el espíritu y el cuerpo a situaciones complejas.
Entre otras figuras que se han sometido a sus prácticas están nombres como el de Jorge Carrascal, Yoreli Rincón, Wilmar Barrios o, deportistas del ciclo olímpico como la atleta del salto triple, medallista y campeona mundial, Caterine Ibargüen o Jossimar Calvo.
Mientras que del ámbito internacional se encuentran otros jugadores como el mexicano Heriberto Jurado, quien se desempeña como centrocampista en el Club Necaxa y el cual ha sido valorado como uno de los mejores jugadores del mundo en su categoría, según el listado Football Observatory y el medio británico The Guardian.
El bienestar emocional y el entrenamiento mental cada vez es más importante en el mundo deportivo, ya que según un informe realizado por las empresas Euromericas Sport Marketing y Sport Hub Innovation Center, en donde se entrevistó a más de 4.000 deportistas de América y Europa, cuatro de cada 10 revelaron sufrir ansiedad, mientras que dos de cada 10 señalaron haber tenido depresión en algún momento de su carrera.