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Caracas — Alrededor de US$4.200 millones han sido enviados a Venezuela durante 2022, como parte del fuerte crecimiento de las remesas en los últimos cuatro años hacia la nación suramericana, según un estudio de la organización Diálogo Interamericano (DIA, por sus siglas en inglés), desglosado por Bloomberg.
En un gráfico de Paulina Munita, con datos de DIA y el FMI, se registra el incremento de hasta 75% entre 2018 y 2022 en cuanto a la cifra de dinero recibido por hogares venezolanos, con más de siete millones de migrantes en el exterior.
Las cifras aunque resultan escandalosas, evidenciando la alta dependencia del país caribeño a las remesas, también muestran un ritmo desacelerado en el último año pese al aumento en el número de venezolanos huyendo de la crisis económica que se mantiene latente, incluso luego de la reciente salida del cuadro hiperinflacionario.
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En datos presentados por la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2022, impulsada por la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas (UCAB), se registró una disminución en el número de migrantes venezolanos que enviaron remesas a sus familiares en Venezuela, con una caída de 59% a 49% en el último año.
El informe que fue presentado en noviembre además reveló que más de la mitad de quienes continuaban enviando el dinero de apoyo económico, había reducido la frecuencia así como la cantidad.
En estimaciones recientes de Zoom, casa de cambio, se conoció sobre el ingreso de US$120 millones en remesas al mes, que en su mayoría no entra por los canales formales, lo que a juicio de la compañía con Estados Unidos como su corredor principal, deja un vacío en el registro final y real.
La consultora Anova Policy Research identificó en 2021 un total de 24,3%, de los hogares venezolanos recibiendo remesas, lo que se tradujo en aproximadamente 2,1 millones de hogares en el país, con un promedio de remesas recibidas en US$65,8 mensuales.
Ese mismo año, las remesas para Venezuela representaron 5% de su Producto Interno Bruto (PIB). Economistas aseguraron que luego de la pandemia, existían altas probabilidades de que se aplicara una “economía remesera” en el país, sin embargo, el contexto mundial y la grave amenaza de recesión ha cambiado los planes.
Los migrantes, con salarios ajustados, se han visto obligados a modificar sus prioridades, aunque siempre contemplando el envío de dinero a sus familias, pero a menor a escala.