Ciudad de Panamá — La muerte en un accidente de tránsito de al menos 40 migrantes que la madrugada de este miércoles viajaban en un autobús de 66 pasajeros por la provincia de Chiriquí, ubicada en la frontera de Panamá con Costa Rica, revive el dilema migratorio del que Panamá es testigo como centro de paso.
“Son cosas que pasan, nuestro sentido pésame por las personas fallecidas...el conductor se pasó la entrada del albergue [de la comunidad de Gualaca, provincia de Chiriquí] y al dar la vuelta se accidentó y las causas se investigan”, dijo Samira Gozaine, directora General del Servicio Nacional de Migración.
En estos casos, el Servicio Nacional de Migración acompaña el transporte de los migrantes, que se brinda mediante una empresa privada, con el fin de asegurarse de que estos no sean víctimas de redes de traficantes de personas.
“Cuando las cosas van a suceder, suceden, sea de noche y de día”, dijo por su parte el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, quien recordó que el tránsito de migrantes es continuo.
Solo en 2022 pasaron por la selva de Darién, en la frontera de Panamá con Colombia, unas 248,284 personas principalmente de Venezuela (150,327) Ecuador (29,356), Haití (22,435), Cuba (5,961) y Colombia (5,064), según las cifras más recientes del Servicio Nacional de Migración.
La Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Panamá, Ana Patricia Gaça explicó en una entrevista con Bloomberg Línea que el flujo de migrantes de Venezuela ha bajado desde el 12 de octubre, cuando Estados Unidos prometió expulsar a los venezolanos que llegaran de forma irregular a Panamá o México.
Sin embargo, el flujo de personas migrantes de otros países como Haití o Ecuador aumentó.
“La verdad es que el flujo de migrantes está aún alto” y que la OIM reitera su apoyo al gobierno panameño ante este trágico accidente y también en el asunto de los migrantes que ingresan por la selva del Darién al país canalero, en su periplo a Estados Unidos.
Panamá, que fue el primer Estado en ser condenado por criminalizar la migración, mediante esquemas de detención migratoria en albergue, no cuenta con cifras robustas en materia de protección a migrantes en condición de vulnerabilidad y tampoco contamos con los instrumentos legales correspondientes para proteger a los desplazados internos, resaltó Illueca.
La tragedia generó reacciones nacionales e internacionales. “Esta tragedia nos conmueve y nos alerta de los peligros de la migración irregular que conlleva serios riesgos para la vida y la dignidad humana”, precisó la cancillería de Ecuador, que comunicó que coordina con las autoridades la identidad de las víctimas.
La embajadora de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, también extendió sus condolencias a las familias afectadas por el trágico accidente: “nuestra embajada está en comunicación con el Gobierno de Panamá y organizaciones internacionales para brindar apoyo a las víctimas”.
El mandatario panameño, Laurentino Cortizo, lamentó el hecho y comentó que el gobierno brinda todas las atenciones médicas a los heridos.
“Tragedias como las del accidente en Gualaca estremecen la conciencia colectiva nacional, pero también ponen de relieve el abordaje securitizado y fragmentado de la migración y la movilidad humana en y la falta de transparencia en su tratamiento” quien enfatizó que el discurso de que el Estado panameño “hace su parte” con compagina con la realidad, expuso el abogado experto en derecho internacional, Alonso Illueca.
Recientemente la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos recogió denuncias sobre abusos físicos, psicológicos y sexuales de los cuales supuestamente están siendo víctimas migrantes que llegan a las Estaciones de Recepción de Migrantes (ERM) en Darién
El accidente fatal en el que el bus cae en un precipicio se registró la madrugada siguiente de una reunión que sostuvieron las autoridades de Estados Unidos, Panamá y Colombia en Apartadó, Colombia, para coordinar esfuerzos para atender la migración irregular en la zona del Darién.
