Un ensayo de carga inalámbrica en carretera pretende transformar el transporte terrestre

Esta tecnología también podría permitir a los fabricantes de VE reducir el tamaño de las baterías, lo que reduciría sustancialmente el costo de los vehículos

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Bloomberg — A causa de su vasto territorio, el proceso de electrificación de su flota de camiones pesados plantea a Australia retos excepcionales. Una solución podría ser una nueva tecnología de vanguardia: carreteras que puedan recargar de manera inalámbrica la batería de los camiones durante su trayecto.

En un ensayo pionero en Australia, un equipo de investigación de la Universidad Swinburne con sede en Melbourne incorporará esta tecnología de carga inalámbrica dinámica a un trayecto de carretera de 1,5 km, con el objetivo de acelerar la incorporación de los VE en el país. Se trata de una iniciativa de 8,2 millones de dólares australianos (US$5,4 millones de dólares) financiada en parte con una subvención del gobierno de 3 millones de dólares australianos (US$1,96 millones).

“Preparamos el escenario para una profunda transformación del sector de los vehículos pesados”, afirmó el director del proyecto, Medhi Seyedmahmoudian, catedrático de investigación de tecnologías de nuevas energías en Swinburne. Entre los asociados al proyecto se encuentran el gigante alemán de la ingeniería Siemens AG, el Royal Melbourne Institute of Technology (Instituto Real de Tecnología de Melbourne) y la compañía australiana Sea Electric, fabricante de camiones eléctricos.

Ensayos parecidos ya han dado resultados esperanzadores en otros países. En Suecia, tras el éxito de un ensayo en 2019 sobre una carretera de carga inalámbrica, se prevé construir la primera autopista eléctrica definitiva del mundo para 2025. Un proyecto llevado a cabo en Italia y denominado Arena del Futuro ha conseguido que un autobús eléctrico circule durante 3 días consecutivos sin pérdida de energía por una carretera de carga inalámbrica.

Si tiene éxito, el proyecto Swinburne podría generar grandes beneficios.

“La electrificación de los vehículos pesados podría ahorrarle a Australia 325.000 millones de dólares australianos (US$212.000 millones) para 2050, al tiempo que contribuiría a un sector de transporte más ecológico, seguro y eficiente”, afirmó Seyedmahmoudian.

La tecnología propuesta funciona con dos bobinas: una incrustada debajo de la carretera y otra adherida al vehículo. Se puede adaptar a vehículos eléctricos existentes.

La capacidad de cargar sobre la marcha cambiaría las reglas del juego para los vehículos pesados eléctricos en Australia, permitiéndoles recorrer largas distancias entre las principales ciudades y áreas regionales escasamente pobladas.

Por ejemplo, el viaje entre las capitales estatales de Adelaida y Perth es de unos 2.700 kilómetros, incluido el tramo de carretera recta más largo del mundo que cruza la árida llanura de Nullarbor, más largo que conducir de Nueva York a Dallas. Incluso el viaje entre Brisbane y Melbourne, en la densamente poblada costa este, es de unos 1.800 kilómetros, lo que requeriría varias paradas para recargar energías.

Australia depende en gran medida de la industria del transporte por carretera. Según el National Freight Data Hub (Centro Nacional de Datos sobre el Transporte de Mercancías), se transportaron por carretera unos 241.800 millones de toneladas de carga en los 12 meses hasta junio de 2023. Se prevé que el volumen de transporte por carretera crecerá un 77% entre 2020 y 2050, superando con creces el aumento del 6% previsto para el transporte ferroviario.

Y reducir la contaminación de los camiones es clave para cumplir los objetivos de emisiones del gobierno para 2030 . Los vehículos de carretera representaron el 84% de las emisiones de gases de efecto invernadero del ciclo completo del combustible de todos los modos de transporte nacionales en 2022-23, en comparación con el 9% de la aviación.

Fundamentalmente, la tecnología también podría permitir a los fabricantes reducir el tamaño de las baterías de los vehículos eléctricos, reduciendo sustancialmente el costo de los vehículos. “Esto es realmente importante para los vehículos pesados”, afirmó Seyedmahmoudian.

Su equipo también se centra en encontrar formas de integrar perfectamente los vehículos eléctricos con la red.

“La única forma en que podemos adaptar nuestras comunidades a estas nuevas tecnologías es revolucionar todos nuestros sistemas eléctricos”, dijo, advirtiendo que una fuerte adopción de los vehículos eléctricos podría sobrecargar los sistemas energéticos existentes.

La tecnología de carga inalámbrica podría permitir una distribución de energía más flexible y eficiente, ya que los vehículos equipados con la bobina pueden descargar energía a la red o entre sí, dijo Seyedmahmoudian.

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