Crece la interferencia GPS en Venezuela en medio de la actividad militar de EE.UU.

Las perturbaciones están aumentando en medio de una mayor presencia militar de EE.UU. en el Caribe, que ha incluido ataques contra presuntos barcos dedicados al tráfico de drogas, en que han muerto más de 80 personas.

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Bloomberg — Una pared invisible de ruido electromagnético se ha extendido sobre el Caribe, lo que ha obligado a los vuelos comerciales a desviarse y cancelar rutas sobre Venezuela desde finales de la semana pasada. Para un usuario de smartphone en tierra en Caracas, esta interferencia puede significar simplemente una carga lenta de un mapa o puntos suspensivos de espera. Para un avión que vuela a 30.000 pies, las consecuencias son mucho más graves.

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Las perturbaciones están aumentando en medio de una mayor presencia militar estadounidense en el Caribe, que ha incluido ataques contra presuntos barcos dedicados al tráfico de drogas, en los que han muerto más de 80 personas. La llegada este mes del portaaviones más grande del mundo ha magnificado la incertidumbre sobre el objetivo final del presidente estadounidense, Donald Trump. Y la amenaza de posibles ataques terrestres ha llevado al líder socialista Nicolás Maduro a poner al Ejército venezolano en estado de máxima alerta.

Como resultado, los cielos del país se han convertido cada vez más en una zona prohibida para los aviones comerciales. La Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA) emitió una advertencia crucial a los pilotos el 20 de noviembre, mencionando una “mayor interferencia”. Pero los datos analizados por Bloomberg muestran que las perturbaciones electrónicas comenzaron a aumentar semanas antes, coincidiendo con una mayor presencia naval ordenada por Trump. La interferencia ha hecho que el espacio aéreo sea prácticamente intransitable para la navegación por satélite estándar en la que se basan innumerables sistemas.

La mayor parte de la navegación se basa en el Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), conocido informalmente como el sistema de posicionamiento global. Este término general abarca el GPS estadounidense, el Galileo europeo y el GLONASS ruso, los cables invisibles que guían todo, desde los aviones modernos hasta el smartphone que llevas en el bolsillo.

El alcance de la interrupción es visible desde el espacio. Los datos de la constelación CYGNSS de la NASA, que mide los reflejos de las señales GNSS que rebotan en la superficie de la Tierra, capturan el patrón de interferencias de los últimos meses en comparación con el mismo periodo de 2024.

Desde la advertencia de la FAA, compañías aéreas internacionales como Avianca de Colombia, Iberia de España y Gol de Brasil han suspendido sus vuelos a Venezuela. Sin embargo, las aerolíneas locales, que están bajo un control gubernamental más estricto, han seguido volando, mientras que la autoridad de aviación civil nacional presiona a las empresas extranjeras para que restablezcan el servicio o se arriesguen a perder los derechos de aterrizaje.

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Según el mapa en vivo de FlightAware, los aviones comerciales han estado evitando en su mayoría la zona sobre Venezuela desde el viernes.

“Los altos niveles de interferencia de GPS suelen estar asociados a zonas de conflicto militar”, dijo Dana Goward, presidenta de la Resilient Navigation and Timing Foundation, una organización sin ánimo de lucro que aboga por la protección de las infraestructuras cruciales mediante la promoción de la seguridad de las señales GPS.

Los informes sobre interferencias han proliferado en Europa del Este desde la invasión de Rusia a Ucrania en 2022. Aviones que transportaban a altos cargos han sufrido interrupciones en la navegación, entre ellos el jefe de Defensa del Reino Unido el año pasado y la presidenta de la Comisión Europea a finales de agosto.

El impacto en los cielos sobre la costa de Venezuela en este momento es cuantificable. Los datos de Spire Global muestran un fuerte aumento en el número de aviones que informan de una “degradación” o un “deterioro” de la integridad de la navegación en un protocolo conocido como ADS-B. Este sistema es el estándar moderno para el monitoreo del tráfico aéreo, que transmite automáticamente una posición derivada de satélite a los controladores terrestres y a otros pilotos para garantizar una distancia segura entre las aeronaves.

Los datos indican que, antes de la advertencia de la FAA, más del 10% de todo el tráfico aéreo del sector volaba con sistemas de navegación comprometidos.

La mayoría de los receptores de aviación comercial siguen dependiendo de la señal GPS L1, que tiene décadas de antigüedad, es relativamente débil y muy fácil de interferir. Aunque las señales L5 más recientes son más potentes y están diseñadas teniendo en cuenta la seguridad aérea, la gran mayoría de la flota mundial aún no se ha actualizado.

“Los receptores de aviación suelen tener 20 años”, comenta Todd Humphreys, profesor del laboratorio de radionavegación de la Universidad de Texas en Austin. “La L5 sería de gran ayuda en este caso, dado su mayor ancho de banda”. La señal más antigua deja a los vuelos más expuestos al ruido, tanto accidental como intencionado, añade.

Además de interrumpir el tráfico aéreo, las interferencias en el GPS pueden afectar a los satélites en órbita terrestre baja. Esto incluye redes como Starlink y OneWeb, junto con media docena de otras constelaciones, que orbitan a aproximadamente 547 kilómetros sobre la superficie. Por ahora, SpaceX y otros están “capeando la tormenta”, dijo Humphreys.

Aunque es imposible identificar el origen de las interferencias, los expertos las relacionan con actividad militar. Desde principios de septiembre, la administración Trump viene destruyendo pequeñas embarcaciones en el Caribe que, según afirma, transportan narcóticos ilícitos a EE.UU. y a mediados de noviembre, el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford llegó a la región, un despliegue visible en los patrones de interferencia en alta mar cerca de Trinidad y Tobago.

Las flotas navales modernas suelen emplear el bloqueo del GPS como cúpula protectora. Y tanto el Ejército estadounidense como el venezolano tienen motivos para interrumpir las comunicaciones de esta manera.

“Un grupo de ofensiva de portaaviones es susceptible de sufrir ataques de grandes enjambres de drones”, afirmó Humphrey.

Del mismo modo, se conoce que el Ejército venezolano considera hace mucho la interferencia del GNSS como un escudo necesario. Tras un intento de asesinato con un dron contra Maduro en 2018, el país reforzó sus capacidades de guerra electrónica, supuestamente con la ayuda de asesores rusos que llevan mucho tiempo empleando tácticas de suplantación similares para proteger el Kremlin en Moscú.

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“Históricamente, existe una alta correlación entre este nivel de ruido y la actividad militar”, afirmó Margaux García, analista sénior de C4ADS, una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington que se centra en la seguridad.

Mientras tanto, desde ejecutivos de aerolíneas hasta los venezolanos de a pie, pasando por Maduro y sus lugartenientes, todos permanecen atentos al próximo movimiento de Trump. Dado que las señales en la región se ven interferidas con regularidad, actividades tan sencillas como viajar en avión con fiabilidad y, potencialmente, la posibilidad de conectarse a internet, se están volviendo cada vez más precarias.

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