Santiago — En pocas semanas, el presidente Gabriel Boric inició un abrupto descenso en su popularidad. El último sondeo de Plaza Pública de la empresa Cadem, publicado ayer, indicó que el nuevo mandatario había aumentado 21 puntos de desaprobación en su primer mes de Gobierno. “Prácticamente no hubo luna de miel. Esto fue como un matrimonio que entra en crisis en la noche de bodas. Es un gobierno que entró rápidamente en tensión interna, y eso le generó una caída del respaldo y de la confianza por parte de la ciudadanía”, dijo el sociólogo y doctor en Ciencias Políticas Octavio Avendaño, en entrevista con Bloomberg Línea.
El mismo sondeo ubicaba su aprobación en un 44% versus 41% de desaprobación para la primera semana de abril. Se trata de la caída de popularidad más abrupta en el arranque de un mandato de la que se tenga registro en el país desde el retorno a la democracia, en 1990. De acuerdo con Criteria, otra encuestadora, obtuvo un 42% de aprobación ciudadana, mientras que la desaprobación llegó a 34% durante el primer mes de gestión. Esto supone 4 puntos porcentuales menos de aprobación que Sebastián Piñera en su primer mes de gobierno y 4 puntos más de desaprobación, según esta firma.
El analista político y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, explica que el deterioro de popularidad es el más rápido: “Los gobiernos anteriores, al menos los de Michelle Bachelet y de Piñera demoraron cerca de 8 o 9 meses en mostrar que la desaprobación fuese superior a la aprobación”.
Con el nuevo Jefe de Estado, si bien la aprobación ha descendido, todavía no ha sido superada por la desaprobación. “Quedan algunas semanas para saber si esto fue un destello de opinión pública o si se va a transformar en una tendencia”, aclara Morales.
Boric, de 36 años, venció al candidato de ultraderecha José Antonio Kast en el balotaje de diciembre de 2021 con la mayor cantidad de votos que ningún presidenciable había obtenido en esa nación: más de 4,6 millones de sufragios. “Sabemos que el cumplimiento de nuestras metas no será fácil, que enfrentaremos crisis internas y externas, que cometeremos errores. Y esos errores los deberemos enmendar con humildad, escuchando siempre, y apoyándonos en el pueblo de Chile. Vamos a vivir tiempos desafiantes y tremendamente complejos”, dijo después de juramentarse como Presidente. Y un mes después, el domingo, admitió que el despliegue de su gobierno fue “turbulento”.
El país que heredó está sofocado por una alta inflación, crisis migratoria en el norte chileno y otra de violencia en el sur, aumento de la inseguridad ciudadana. Con una minoría en el Congreso, el Jefe de Estado comienza a lidiar con un nuevo proyecto para el retiro de fondos de pensiones, lo que llevaría a un aumento de los precios y la descapitalización de los ahorros previsionales. Es un mandatario que gobierna con su coalición Apruebo Dignidad (Frente Amplio y Partido Comunista) y además sumó a otro sector, que finalmente ocupa los cargos más relevantes: la centroizquierda.
Algunas controversias, especialmente protagonizadas por su ministra del Interior, Izkia Siches, y otras situaciones también suponen factores en contra para el nuevo Presidente.
Pero Boric sigue atrayendo porque representa un cambio. También por su carisma, cercanía y conocer las necesidades de las personas, reveló el sondeo. Pero está registrando caídas importantes en otros atributos personales como su capacidad dialogante y de generar acuerdos (65%, -6pts), autoridad y liderazgo (51%, -7pts) y solidez, consistencia, comunicar con claridad (50%, -7pts), según el sondeo hecho por Cadem.
El riesgo detrás de la caída de popularidad
La precipitada caída en la aprobación supone algunos riesgos, según Avendaño. “Lo que está viviendo el presidente Boric es lo que han vivido otros presidentes latinoamericanos que llegan siendo minoría. Está la tensión, que es normal, porque no cuenta con una mayoría ciudadana, no cuenta con un respaldo a nivel parlamentario y eso va a contar en el inicio de su gestión”.
Lo considera un escenario “bastante complicado” por ser un régimen presidencialista, donde el liderazgo del Jefe de Estado es fundamental. ”Precisamente, parte de los problemas emergen desde el poder Ejecutivo; y desde los ministerios más importantes, los que están relacionados con la función del Presidente de la República como Interior”.
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