Bloomberg — Steve Bannon, quien fuera durante un largo tiempo asesor del expresidente Donald Trump, fue declarado culpable de desacato por un jurado de Washington por no atender una citación del comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio de los Estados Unidos el 6 de enero de 2021.
El jurado emitió su veredicto después de deliberar tres horas el viernes. El juicio se cerró rápidamente luego de que sólo dos testigos del gobierno declararan y los abogados de Bannon decidieran no presentar una defensa.
Bannon, de 68 años, una figura prominente de los medios de comunicación de derecha a la que se le atribuye haber ayudado a Trump a ganar la presidencia, no tuvo una reacción visible mientras se leía el veredicto de culpabilidad. Durante el juicio, el exasesor permaneció básicamente en silencio en la sala, pero no perdió la oportunidad de atender a la prensa en la escalinata del tribunal.
“Solo tengo una decepción”, dijo Bannon a periodistas en los escalones después del veredicto. Bannon se quejó de que los miembros del comité del 6 de enero “no tuvieron las agallas para venir aquí y testificar en audiencia pública”. El juez del caso rechazó los intentos de sus abogados de llamar como testigos al presidente del comité, Bennie Thompson, y a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Bannon fue condenado bajos dos cargos de desacato al Congreso. Se trata de la primera persona procesada por ese cargo en décadas.
Aunque el estratega político fue hallado culpable de dos cargos que conllevan cada uno hasta un año de prisión y una multa de hasta US$100.000, es probable que reciba una condena menor determinada por un juez que podría sentenciarlo a cumplir de forma concurrente.
La sentencia será fijada el 21 de octubre.
Bannon fue citado por el comité del 6 de enero el pasado otoño boreal para que proporcionara documentos y pruebas en los plazos previstos en octubre. Es la primera persona del círculo íntimo de Trump que se enfrenta a consecuencias por no cooperar. Peter Navarro, ex asesor comercial de Trump, se enfrenta a cargos similares.
Durante el juicio, los fiscales presentaron pruebas para demostrar que Bannon pensaba que estaba por encima de la ley al elegir deliberadamente ignorar los plazos establecidos en la citación. El equipo de defensa de Bannon argumentó que las fechas eran ambiguas e implicaban que la citación por desacato tenía una motivación política.
El juez Carl J. Nichols, nombrado por Trump, trató de evitar que el juicio se convirtiera en un “circo político” y limitó a la defensa a hacer preguntas sobre la parcialidad de un testigo. En ocasiones, tuvo que frenar al abogado defensor Evan Corcoran.
El jueves, el equipo de la defensa hizo un último esfuerzo para persuadir a Nichols de que absolviera a Bannon argumentando que las pruebas presentadas por los fiscales eran demasiado escasas. Corcoran calificó el juicio como un “caso de un solo testigo”.
Nichols dijo que se pronunciaría sobre la moción después del veredicto.
La testigo estrella del gobierno fue Kristin Amerling, asesora principal del comité del 6 de enero, quien testificó que Bannon ignoró múltiples solicitudes y advertencias para cumplir con la citación. El comité exigió que Bannon enviara los documentos antes del 7 de octubre y se presentara a declarar el 14 de octubre, pero nunca lo hizo, dijo Amerling al jurado el miércoles.
También dijo que él no siguió los procedimientos adjuntos a la citación si requería solicitar más tiempo.
Durante el contrainterrogatorio, Corcoran interrogó a Amerling sobre su política y le preguntó quién era específicamente el responsable de fijar las fechas de la citación. En un esfuerzo por conseguir la absolución de Bannon, Corcoran dijo al juez que el testimonio de Amerling era débil porque “no fue capaz de identificar por qué esas fechas estaban en la citación en absoluto”, o identificar “quién puso esas fechas en la citación”.
La fiscalía llamó a un segundo testigo, Stephen Hart, un agente del FBI que investigó el incumplimiento de la citación por parte de Bannon. Hart testificó que el antiguo abogado de Bannon, Robert Costello, no ofreció ninguna otra razón aparte de la reclamación de Bannon del privilegio ejecutivo de Trump para su negativa a cooperar a pesar de que dejó la Casa Blanca en 2017.
En la víspera del juicio, Bannon se ofreció a declarar ante el comité, nueve meses después de que el comité buscara inicialmente su testimonio. La oferta de Bannon vino acompañada de una carta de Trump, quien dijo que renunciaba al privilegio ejecutivo para liberar a Bannon de testificar.
Nichols cuestionó previamente si Trump invocó alguna vez el privilegio ejecutivo y dijo que no estaba claro si la protección se aplicaba a Bannon, ya que era un ciudadano privado cuando ofrecía asesoramiento.