América Latina lideró el camino a era de tasas altas; ahora está atascada allí

La inflación sigue acelerándose en muchos países latinoamericanos, y México y Chile han registrado recientemente máximos de varias décadas

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Bloomberg — Para combatir la inflación pandémica, América Latina lideró el camino a nivel global hacia una nueva era de endurecimiento monetario. Luego de dieciocho meses, no hay muchos indicios de que ser los primeros en llegar sea algo que esté ayudando a la región a que sus países sean los primeros a salir.

Los bancos centrales de México y Perú anunciaron el jueves sus décima y decimotercera subidas consecutivas de las tasas de interés, respectivamente. Los analistas no creen que ninguno de los dos haya terminado todavía con sus ciclos. En Brasil, uno de los primeros en subir las tasas de interés en marzo de 2021, existe la posibilidad de que las autoridades sí se detengan. Aun así, los responsables de formular políticas dijeron esta semana que esperan mantener las tasas en “territorio significativamente contractivo durante un periodo suficientemente prolongado”.

Desde luego, los banqueros centrales de América Latina no son los únicos que no han alcanzado sus objetivos durante la peor crisis de precios de las últimas décadas. Pero, en medio de los indicios de que la ola inflacionaria puede estar llegando a la cresta, tienen una razón especial para mantenerse alerta.

Un historial local de hiperinflación significa que contratos sencillos, como los alquileres, están ligados a subidas de precios anteriores, lo que contribuye a la inflación. Los gobiernos han puesto en marcha planes para aumentar el gasto (para apuntalar la recuperación económica, impulsar sus perspectivas electorales o aliviar la desigualdad) en la dirección opuesta a las políticas de los bancos centrales que intentan frenar la demanda.

‘Hay que esperar’

Además, las divisas de la región, que en su mayoría se han comportado con solidez este año gracias a las altas tasas de interés y a los precios de las materias primas, han vuelto a tambalearse en las últimas semanas.

Lo que dice Bloomberg Economics...

La persistencia de la inflación refleja el retraso entre las subidas de tasas y su efecto en la economía. Esos efectos se ven obstaculizados por otros dos factores: el escenario externo adverso, que debilita las monedas emergentes y empuja al alza los precios de los bienes transables; además, las medidas fiscales adoptadas por algunas economías latinas alimentan la misma inflación cuyos efectos pretenden calmar.

Adriana Dupita, economista para América Latina

El debilitamiento de las divisas, especialmente cuando EE.UU. y otras economías desarrolladas suben sus propias tasas de interés, son un camino clásico hacia precios desbocados en América Latina. Esto da a los bancos centrales otro incentivo para mantener una política restrictiva, y quizás también para utilizar otras herramientas. Chile intervino en los mercados de divisas el mes pasado, y otros podrían seguir su ejemplo.

“Existe la posibilidad de que muchos tengan que esperar hasta 2024 para recortar las tasas”, dice Gabriel Casillas, jefe de economía para América Latina de Barclays Plc. (BCS) Los economistas encuestados por Bloomberg sugieren que la flexibilización podría comenzar un poco antes de eso, pero no antes de la segunda mitad del próximo año.

La inflación sigue acelerándose en muchos países latinoamericanos, y México y Chile han registrado recientemente máximos de varias décadas. En Argentina, que ha soportado dos décadas de fuertes oscilaciones económicas, los precios se han elevado por encima del 70% anual, lo que ha llevado al banco central a subir las tasas de interés en casi 10 puntos porcentuales el jueves. En general, la región tiene el crecimiento de precios más rápido del mundo fuera de la Europa del Este, devastada por la guerra, según datos recopilados por Bloomberg.

Brasil registró una fuerte caída de los precios el mes pasado, aunque se debió en gran medida a los recortes de impuestos a la energía impulsados por el presidente Jair Bolsonaro, que se presenta a la reelección en octubre.

Aun así, los economistas dicen que la medicina monetaria está teniendo algún efecto.

Andre Loes, jefe de economía para América Latina de Morgan Stanley (MS), estima que la inflación probablemente sería hasta tres puntos porcentuales más alta si los responsables de formular políticas monetarias no hubieran actuado tan pronto como lo hicieron. Y aunque las expectativas de inflación están ahora muy por encima de los objetivos del banco central, Loes dice que podrían retroceder rápidamente si se mantiene la reciente caída de los precios de las materias primas.

‘La gente va a presionar’

Sin embargo, eso no sería una buena noticia para el crecimiento económico.

El aumento de los precios de las exportaciones de la región, desde los alimentos hasta los minerales y los metales, ha contribuido a lo que los analistas de Goldman Sachs Group Inc. (GS) llamaron una producción “notablemente resistente” este año. Esto está permitiendo a los gobiernos utilizar sus presupuestos para proteger al público del impacto de la inflación.

En Brasil, el repunte de los ingresos fiscales ha ayudado a Bolsonaro a recortar impuestos e impulsar el gasto social antes de las elecciones. México dice que los mayores ingresos del petróleo financiarán US$28.000 millones en subsidios este año. Chile ha anunciado una nueva ronda de ayudas sociales, y el nuevo gobierno de Colombia se comprometió a aumentar el gasto público.

Estas medidas pueden reducir los precios a corto plazo, como ocurrió en Brasil el mes pasado. Pero, al apoyar la demanda de los consumidores, también significan que las presiones inflacionistas más amplias pueden mantenerse durante más tiempo. Esto hace más difícil que los bancos centrales de línea dura den marcha atrás incluso cuando el crecimiento se estanque, como se prevé que ocurra en toda la región el año que viene.

“En cuanto la economía se ralentice, la gente presionará para obtener ese apoyo, y es muy probable que los políticos lo cumplan”, afirma Mario Castro, estratega de tipos del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA (BBVA) en Nueva York. “Si tienes una política fiscal más expansiva, tu capacidad de recortar tasas disminuye”.

‘Parte del conjunto de herramientas’

Las divisas latinoamericanas también están en peligro por el fin del auge pandémico de las materias primas, así como por las subidas de las tasas de interés en EE.UU., que se prolongarán hasta entrado 2023.

Durante la mayor parte del año han resistido mejor que la mayoría frente a la subida del dólar. El real brasileño y el peso mexicano se encuentran entre un puñado de divisas que registran ganancias frente a la divisa del país norteamericano, aunque han perdido terreno desde los máximos de mediados de año.

Otras han sufrido una caída más pronunciada. El banco central de Chile revirtió la caída del peso a mediados de julio anunciando que gastaría US$25.000 millones en varias semanas para comprarlo.

Dado que las tasas de interés ya son lo suficientemente altos como para amenazar el crecimiento económico, y que muchos países latinoamericanos tienen grandes cantidades de divisas, otros bancos centrales podrían recurrir a estas medidas como parte de la lucha contra la inflación, afirma Daniel Titelman, de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.

“Hemos visto depreciaciones bastante grandes, en una región que en general ha acumulado reservas”, dice. “Eso es parte del conjunto de herramientas que tiene, de la misma manera que lo hizo Chile”.

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