Precuela de Game of Thrones sopla fuego y enciende HBO: Reseña de House of the Dragon

Vuelve toda la sangre, el sexo, la violencia, las tramas y los dragones que hicieron de su predecesora un fenómeno de la cultura popular

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Bloomberg — Después de tres años del divisivo final de Game of Thrones (Juegos del Trono en español), el mundo fantástico épico de George R.R. Martin regresa a HBO con House of the Dragon (La casa del Dragón en español).

Vuelve toda la sangre, el sexo, la violencia, las tramas y los dragones que hicieron de su predecesora un fenómeno de la cultura popular. Bloomberg Pursuits accedió a un avance de los seis primeros episodios y estos dejaron en claro que los fans no quedarán decepcionados. De hecho, mi propia desazón por el final de Juego de Tronos se ha borrado de la memoria, y pronostico que la nueva serie hará que el domingo por la noche en HBO vuelva a ser una cita obligada.

La serie ocurre unos 200 años previo a los hechos de Game of Thrones, en una época en la que la dinastía de los Targaryen tiene el control total del Trono de Hierro debido a sus dragones. El mundo parece un poco más pequeño que en Games of Thrones, ya que la trama sigue exclusivamente los sangrientos disturbios de la familia Targaryen en lugar de saltar entre todas las Grandes Casas y las localizaciones a las que los espectadores se acostumbraron en los créditos iniciales de la serie original. No obstante, el colorido y el vestuario son más brillantes y opulentos. Es una época en la que los Targaryen hacen alarde de su riqueza, poder y estatus. No hay tiempo para los colores y personas monótonas que se pueden encontrar en Winterfell, por ejemplo.

Es lo opuesto a un slow burn (trama de desarrollo inicial lento para luego dar paso a acción). Desde el principio, la serie prepara la intriga y la violencia dentro de Dragonlord house (la casa de los Señores del Dragón). En los primeros minutos, el moribundo rey Jaehaerys Targaryen convoca al Gran Consejo para decidir su sucesor. La elección se reduce a dos de sus nietos: Rhaenys (Eve Best) o su primo menor Viserys (Paddy Considine, en plena forma).

La elección pone a Viserys en el Trono de Hierro y convierte a Rhaenys en la “Reina que nunca fue”. Pero el difícil problema de la sucesión vuelve a surgir para Viserys: No está especialmente sano, y hay muchas conspiraciones sobre a quién debe pasar la corona tras su muerte.

Una de las primeras opciones es la primogénita de Viserys, la princesa Rhaenyra. Milly Alcock la interpreta como una adolescente traviesa y Emma D’Arcy lo hace con frialdad como adulta, en lo que seguramente serán las actuaciones más destacadas de ambas actrices. Rhaenyra es inteligente, capaz y una excelente jinete de dragón. Sin embargo, Rhaenyra es una mujer. Como le recuerda su prima Rhaenys, “los hombres prefieren quemar el reino antes que ver a una mujer ascender al Trono de Hierro”. La misoginia es real en Desembarco del Rey, aunque los showrunners han prometido que esta iteración no mostrará violencia sexual gráfica en pantalla.

Otros aspirantes al trono son Daemon, el hermano de Viserys, interpretado con alegría malévola por un Matt Smith de Doctor Who que roba escenas. Tiene mucho carisma, pero carece de temperamento para gobernar. Otro es su sobrino Aegon, el hijo de Viserys con su segunda esposa, mucho más joven. ¡Eso es un montón de pelucas de platino!

Alicent Hightower (Emily Carey de adolescente y Olivia Cooke de adulta) no está en la carrera por el Trono de Hierro, pero es increíblemente importante para la trama. Alicent es a la vez una víctima de la conspiración de su padre (Rhys Ifans como la Mano del Rey) y una conductora de la narrativa, pasando de ser amiga a enemiga de Rhaenyra.

El showrunner Ryan Condal ha llamado a la serie “Succession (Sucesión) pero con dragones”, como si los miembros de la familia Roy fueran todos rubios y estuvieran más dispuestos a las puñaladas por la espalda literales que a las metafóricas. Las delicias violentas tienen finales violentos: Hay algunas muertes increíblemente perturbadoras en la serie, que los espectadores han llegado a esperar, incluyendo una en el primer episodio que seguramente encenderá Twitter (TWTR).

En el fondo, la serie ofrece más de lo mismo. Pero cuando Game of Thrones era bueno, era genial. Los directores de la serie no parecen estar interesados hasta ahora en desviarse mucho de la fórmula que la convirtió en un programa tan popular.

Una de las principales diferencias es el enfoque principal en la perspectiva femenina en Poniente. La serie examina el papel de sus protagonistas como madres y esposas, reinas o peones. Por ejemplo, hay una escena incómoda cuando al rey se le ofrece una joven como nueva esposa para cimentar alianzas; ella le dice que su madre dice que no tiene que tener sexo con él hasta que tenga 14 años. Más de una vez en la serie, los maridos se ven obligados a elegir si quieren o no sacar a un niño del vientre de sus esposas durante un parto difícil, sabiendo que la pérdida de sangre resultante mataría a las mujeres. Se trata de una visión difícil, ya que los personajes luchan y aceptan los papeles que les han tocado en la vida.

House of the Dragon capta la magia de las primeras temporadas de Game of Thrones al centrarse en la política y las disputas a través de cautivadoras conversaciones en la sala del trono y el consejo del rey. Estos personajes son nuevos, pero el mundo de Poniente no lo es. Es estupendo estar de vuelta.

En el fondo, House of the Dragon es un drama familiar shakesperiano sobre la crueldad que padres e hijas y hermanos se infligen mutuamente en la búsqueda del poder. La vida en Poniente es desagradable, brutal y corta, como sugirió Thomas Hobbes que es el estado natural, y la serie es adecuadamente oscura. En esta serie, hay muy poca luz en la sombra, y echo de menos un personaje con chispa de comedia, como Tyrion Lannister. Todos los personajes, salvo Daemon, parecen tomarse a sí mismos y a sus legados muy en serio.

Un montaje en el primer episodio lo dice todo para mí. Es una metáfora poco sutil en la que se intercalan imágenes de caballeros ensangrentados en una justa con escenas de una mujer dando a luz. Muestra cómo, para los hombres y las mujeres, la sangre y la muerte son el resultado final, incluso si se puede ordenar a los dragones con una sola palabra.

House of the Dragon se estrenará el 21 de agosto.

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