Advierten que la inflación tardaría dos meses en devorar el efecto de la devaluación

El 14 de agosto, el ministro Sergio Massa debió convalidar un salto cambiario del 22%. Sin embargo, los efectos en el tipo de cambio real durarían poco

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Buenos Aires — El 14 de agosto, minutos después de que el Gobierno argentino convalidara un salto del dólar en el mercado oficial, la directora de Comunicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julie Kozack aseguró: “Valoramos las acciones de políticas recientes de las autoridades y el compromiso de salvaguardar la estabilidad, reconstruir las reservas y fortalecer el orden fiscal”.

Pero menos de 10 días después, estos objetivos corren serio riesgo de cumplirse, producto de que la inflación desatada por esta decisión le quitaría competitividad al peso más rápido de lo que se esperaba. A ello debe agregarse, además, la decisión del equipo económico del Gobierno de planchar el precio del dólar oficial en $350 hasta después de las las elecciones generales del 22 de octubre.

Esto se debe que el fenómeno económico conocido como pass through (traslado a precios frente a una devaluación) es cada vez más acelerado en Argentina, producto de la sensibilidad de los agentes ante la inflación.

El economista Luciano Cohen, de Alphacast, escribió en redes sociales que en las cinco devaluaciones previas que sufrió Argentina en la última década (enero de 2014, diciembre de 2015, junio de 2018, septiembre de 2018, agosto de 2019) el pass through tardaba una o dos semanas en llegar a las góndolas. Sin embargo, ahora alertó: “En ninguna el pasaje a precios fue tan fuerte y rápido como en la de esta semana”.

La inflación podría devorarse la devaluación en solo dos meses

En caso de que el dólar oficial se mantenga en $350 hasta octubre, el tipo de cambio real se ubicaría en los mismos niveles que en la previa de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), pero con una inflación mensual superando el dígito”, destacó un informe de la consultora Equilibra.

El documento añade: “Sin un plan económico detrás y con pérdida de caudal electoral del oficialismo, el salto del tipo de cambio oficial terminó convirtiéndose en un acelerador de las variables nominales. Estimamos que el traspaso a precios fue mucho más rápido que en episodios devaluatorios anteriores”.

En tanto, un informe de la consultora LCG destacó que con la inercia que venía la economía y asumiendo un pasaje a precios del 50%, la inflación irá a un rango de 20-25% acumulado entre agosto y septiembre, con un piso de 13% en agosto. En ese contexto, la firma de análisis macroeconómico indicó: “En dos meses el tipo de cambio real posiblemente estará en el mismo nivel que hace unas semanas”.

De hecho, LCG plantea que la dificultad de hacer esta corrección cambiaria sin solucionar cuestiones de fondo podría instalar la inflación inercial en dos dígitos para el resto del semestre.

La devaluación permitió que el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que lleva el Banco Central salte de 97,33 a 117,79 en un día. El ITCRM lo que hace es comparar la competitividad cambiaria del peso frente a otras monedas de con las que comercia argentina.

Cuando asumió Alberto Fernández la Presidencia, el ITCRM era del 123,99. La fuerte inflación de Argentina en estos años y la decisión del Gobierno de atrasar el tipo de cambio, hicieron que en gran parte de la gestión de Fernández el tipo de cambio real estuviera un 25% apreciado respecto del punto de inicio. Con la devaluación del 14 de agosto, el FMI pretende encarecer el dólar y cuidar las reservas netas del Central, que ya de por sí son negativas en cerca de US$10.000 millones.

“La competitividad va a ser cada día más baja”

En línea con Equilibra y LCG, la consultora Econviews, que dirige Miguel Kiguel, sostuvo: “Esta devaluación el BCRA generó una mejora en el tipo de cambio real que va a durar poco. Al fijarse el valor nominal del dólar y con la inflación in crescendo, la competitividad va a ser más baja día tras día. Entonces lo que le conviene a los exportadores es liquidar lo antes posible”.

Según un informe de Estudio Eco Go, el problema es que el timón que le queda al Gobierno luce “insuficiente” para controlar la nominalidad que generan las expectativas surgidas posteriormente a las elecciones y, sobre todo, “para intentar dejar un tipo de cambio fijo hasta fin de octubre. “De hecho, con la inflación esperada ya a fines de septiembre el tipo de cambio real volvería al mismo valor previo a las PASO y en la elección estaría por 7,5% por debajo en términos reales”.