El BCRA revela que aún tiene reservas netas negativas y anticipa horizonte sin cepo

Una presentación de Vladimir Werning en Washington reveló los objetivos del plan de estabilización y señaló que la entidad tiene reservas negativas por más de US$4.000 millones

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Buenos Aires — El Banco Central argentino reveló que todavía tiene reservas netas negativas y anticipó un horizonte sin cepo, política cambiaria flexible y competencia de monedas. La autoridad monetaria argentina dio a conocer estos pormenores de su hoja de balance y los objetivos finales del programa de estabilización que puso en marcha el Gobierno de Javier Milei al publicar una presentación que dio el vicepresidente de la entidad Vladimir Werning en Washington.

La presentación, titulada “Programa de estabilización de Argentina: avances y perspectivas”, puede encontrarse en la página web del Banco Central y fue exhibida por Werning en encuentros con inversores internacionales la semana pasada en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial.

Reservas netas negativas y objetivo de política cambiaria flexible

A pesar de que acumula compras por más de US$14.000 millones desde el cambio de gestión, el Banco Central argentino reconoció que al cierre de la semana pasada aún tenía reservas netas negativas por US$4.181 millones.

Para arribar a esa cifra, el cálculo contempla tanto los depósitos del Gobierno para próximos vencimientos de deuda, por US$2.990 millones, como los Bopreal con vencimientos menores a un año, por US$1.743 millones. En caso de excluir dichos compromisos en la medición, refleja el documento, las reservas netas serían positivas en US$552 millones.

Otro de los puntos salientes de la presentación es que la misma revela que las autoridades del Central vislumbran un horizonte sin cepo, con competencia de monedas y política cambiaria flexible. Así lo refleja el octavo punto de la séptima página de la presentación, donde se manifiesta el end-goal (objetivo final) del programa de estabilización puesto en marcha por el equipo económico.

En cambio, el documento publicado por el propio Banco Central sí reconoce como “tarea pendiente” la necesidad de desenredar progresivamente las distorsiones cambiarias y monetarias.

En los puntos previos, la presentación se centra en el complicado punto de partida, sin reservas líquidas, acceso al mercado ni credibilidad; manifiesta que el país estaba ante una opción de último recurso para evitar la crisis, lo que “hizo necesaria la terapia de shock en todos los frentes”; y señala la lección aprendida de 2015 que llevó a invertir la secuencia, estableciendo primero el anclaje fiscal, para después levantar los controles de divisas.

Respecto de la herencia recibida, la presentación también marca que por los desequilibrios acumulados debieron estabilizar la economía alejándola de la hiperinflación y de un default de dólares.

Por otra parte, el trabajo reconoce que la consistencia del programa requería diseño, mientras que la recuperación de la credibilidad política requería ejecución.

Respecto del primer punto, señala como un desafío de diseño construir simultáneamente cuatro pilares para restablecer el equilibrio de la economía: reajuste del tipo de cambio, consolidación fiscal, restricción monetaria e inversión de la balanza de pagos. Sobre ese punto, la presentación agrega que “el mandato cueste lo que cueste del presidente Milei sobre la política fiscal representa un compromiso político sin precedente en la Argentina”.

Además, subraya que el objetivo de déficit fiscal cero del ministro Luis Caputo para Argentina se ubica en el percentil 90% de la la historia de los ajustes fiscales en las últimas tres décadas.

En cuanto a los retos de ejecución, apunta a evitar perturbaciones reduciendo los desequilibrios de stocks transformándolos en flujos, aumentar las reservas del BCRA, controlar los pasivos financieros del BCRA y diferir los reclamos por exceso de importaciones en las reservas.