Buenos Aires — El crédito otorgado por la entidades financieras en Argentina finalizó el tercer trimestre del año con una expansión de 6,6% en términos reales. Pero de la mano de ese incremento creció también el nivel de irregularidad en los pagos de las familias hasta alcanzar el nivel más elevado desde 2006, de acuerdo con datos del sector privado.
Un reporte de IES Investigaciones Económicas Sectoriales analizó que en el sector productivo, que incluye empresas, autónomos y monotributistas, avanzó 6,1% real en el trimestre y recuperó el volumen de crédito vigente en 2018.
La expansión del crédito durante el tercer trimestre de 2025 fue liderada por los bancos extranjeros con un alza de 9,1% en términos reales a partir del aumento del financiamiento al sector productivo (+10,8%).
Mientras tanto, los bancos públicos y privados sostuvieron una dinámica positiva términos de crecimiento del saldo de crédito otorgado, aunque evidenciaron una desaceleración significativa frente a una situación de mayor exposición a la morosidad.
“Las entidades no bancarias sobresalieron nuevamente en el financiamiento destinado a las familias (+15,1% real en el tercer trimestre)“, evaluó.
Empresas: más demanda y un giro hacia líneas en dólares
El crédito productivo alcanzó los ARS$79,8 billones al cierre de septiembre, lo que implica un crecimiento interanual del 66,4% real (119,3% nominal). Según los datos del sistema financiero, la expansión fue transversal: ningún sector mostró caídas en la demanda, y todos los rubros incluidos en el análisis registraron crecimiento en su nivel de financiamiento.
El cambio estructural del trimestre fue la profundización de la dolarización del crédito. Los préstamos en dólares ya explican el 32,1% del total otorgado a empresas, niveles que no se observaban desde principios de la década pasada. La tendencia estuvo impulsada por sectores con ingresos dolarizados o parcialmente dolarizados —automotriz, petróleo, gas, combustibles, minería, energía eléctrica, alimentos y bebidas y agro—, que incrementaron su exposición a líneas en moneda extranjera para financiar inversiones, capital de trabajo y proyectos de expansión.
“La capacidad de generar ingresos en dólares a través de exportaciones o de tarifas asociadas al tipo de cambio oficial de estos sectores habilitan las líneas de crédito en la moneda estadounidense. Su participación aumentó en 12 p.p. entre el tercer trimestre de 2024 y 2025 en el saldo de crédito otorgado al sector productivo”, sostuvo el informe.
VER MÁS: Industria argentina está 10% por debajo de niveles previos a Milei: qué pasó en octubre
Aun así, la morosidad del sector productivo subió a 5,2%, 1,5 puntos porcentuales más que un año atrás. Se trata de una cifra que se ubica por encima del promedio histórico de la última década (sin contar la pandemia), de 4,1%.
También se observó una leve mejora en la diversificación del crédito: los 15 sectores más relevantes explican hoy el 61,3% del total, lo cual equivale a 0,7 puntos menor que la de un año atrás. El financiamiento dejó de estar tan focalizado, lo que aporta mayor equilibrio dentro del entramado productivo.
Los cinco sectores con mayor participación fueron consumo masivo (14,5% del total), petróleo, gas y combustibles (8,7%), agrícola (8,6%), alimentos y bebidas (6,5%) y construcción (3,9%).
Más crédito y más morosidad en las familias argentinas
El crédito a familias en relación de dependencia también registró un trimestre expansivo: creció 7,8% real entre julio y septiembre. El avance se apoyó en mayor demanda por líneas personales, financiaciones vinculadas al consumo y crecimiento del crédito con garantía, en un contexto de tasas que comenzaron a moderarse.
Sin embargo, la contracara es la irregularidad, con atrasos superiores a 31 días, la cual trepó al 10,1%, la cifra más alta desde 2006. La presión sobre los ingresos reales, la recomposición parcial del salario y el encarecimiento del crédito a comienzos de año explican buena parte de ese deterioro.
La irregularidad total del sistema se ubicó en 6,6%, inferior al promedio de la última década (sin pandemia) y contenida por el buen comportamiento de las empresas, que mantienen un ratio más bajo de atrasos en pagos.
VER MÁS: Reactivación del consumo en Argentina: las claves y estrategias que siguen las empresas