¿Por qué vuelan los bonos argentinos? Factores detrás de un rally “contra viento y marea”

A pesar de la difícil situación económica que atraviesa el país, los instrumentos soberanos siguen firmes y el riesgo país sigue cayendo

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Buenos Aires — Mientras la llamada economía real en Argentina sufre un parate, el mercado financiero, al menos en renta fija, ve cómo los precios vienen subiendo en forma sostenida. Si bien los bonos siguen en niveles similares a los de países con conflictos civiles graves, lo cierto es que el riesgo país cayó alrededor de 21% en lo que va del año, debido a que los inversores ven en el Gobierno voluntad de afrontar los compromisos y de hacer el ajuste fiscal necesario para lograrlo.

El miércoles 20 de marzo, de hecho, la especie en dólares del Bonar 2030 (AL30D) cruzó el umbral de los US$52, mientras que su par de legislación extranjera (el GD30D) traspasó los US$54,24. De esta forma, los bonos actuales están muy cerca de los niveles en los que operaba cuando salieron a cotizar, en agosto de 2020 tras la reestructuración de deuda que realizó el exministro de Economía Martín Guzmán.

Aún con esta mejora, la deuda soberana argentina aún tiene margen para seguir subiendo, tomando en cuenta que los bonos se encuentran en precios que están muy por debajo de los que economías similares. Además, el avance de la renta fija local no fue tan fuerte como el de, por ejemplo, Ecuador: allí el riesgo país empezó el año en 2.055 unidades, mientras que ahora se encuentra en 1.275. En Argentina, en cambio, el spread soberano pasó de 1.907 a 1.498.

¿Por qué suben los bonos?

El principal factor detrás de la suba tiene que ver con la voluntad de pago”, estimó Tomás Ambrosetti, director de Guardian Capital, compañía de asesoramiento en finanzas. Ambrosetti argumento que desde diciembre “tenemos al presidente y al ministro de Economía afirmando que el país va a honrar sus compromisos cumpliendo con sus pagos de deuda”.

En segundo lugar, aunque no menos importante, el ejecutivo de Guardian Capital destacó la capacidad de pago. “Venimos en una racha compradora de dólares por parte del Banco Central (BCRA). Desde hace semanas viene acumulando reservas de forma constante y esto es una buena noticia”.

Respecto de esto último, desde el día que asumió Javier Milei hasta el 20 de marzo, la autoridad monetaria acumulaba compras por US$10.831 millones netos.

Por su parte, Juan Carlos Barboza, gerente de Research Mariva, recordó que desde que Milei ganó el balotaje (20 de noviembre de 2023) los bonos soberanos bajo ley extranjera han subido un 41% en promedio, mientras que los bajo ley local han subido un 50%. Bajo este contexto, distinguió: “La primera parte del rally se explicó por el optimismo por un nuevo cambio de régimen, una muestra de pragmatismo de Javier Milei al retirar sus ideas más radicales, la alianza con el PRO y su apuesta por un ajuste fiscal draconiano”.

En segundo término, marcó Barboza, los precios continuaron con su buen desempeño,a medida que la evolución macroeconómica aumentó la probabilidad percibida de pago de los cupones del 24 de julio y del 25 de enero”.

Asimismo, el ejecutivo de Research Mariva atribuyó parte del optimismo a los “sólidos resultados fiscales” registrados en enero y febrero y a la ya mencionada acumulación de reservas.

En cuanto a acontecimientos puntuales de las últimas semanas que apuntalan la mejora de precios, un informe de Portfolio Personal Inversiones subraya: “Entre los factores idiosincráticos que explicaron las subas, el ministro de Economía, Luis Caputo, mencionó que se está conversando con el FMI para firmar un nuevo programa con fondos frescos, lo que fue bien recibido por el mercado, ya que mantiene una perspectiva positiva al menos de corto plazo”.

Un rally “contra viento y marea”

Francisco Mattig, portfolio manager en Consultatio, destacó que buena parte del rally se dio “contra viento y marea”. Y al respecto, explicó: “En el frente externo, no fue un arranque de año muy bueno, de hecho, la tasa libre de riesgo (la del Tesoro estadounidense a 10 años) subió 30 puntos básicos, lo que derivó en que los bonos emergentes apenas logren tener un retorno neutral, muy cercano a cero. Los emergentes de alto rendimiento anduvieron un poco mejor, pero son casos excepcionales los de este universo”.

Respecto de este último grupo, Mattig destacó el caso de Ecuador, (cuyo bono a 2030 subió 40% en lo que va del año) o Egipto (el bono 2029 sube +20%, como el GD30 de Argentina). Ambos países, Ecuador y la Argentina, tienen programas vigentes con el Fondo Monetario Internacional.

Mattig también enmarcó su visión en que “la cosecha terminó siendo mucho más normal que lo extraordinariamente buena que se esperaba el año pasado” y que los precios de la soja se derrumbaron.

Además, añadió: “En el frente interno, la política también puso palos en la rueda al rally, al fracasar el Gobierno en sacar la Ley Ómnibus, la pelea con los gobernadores y obtener un rechazo al DNU en el Senado”.

Incluso, Mattig señaló que hay una cuestión técnica que también podría haberle jugado una mala pasada a los bonos de legislación extranjera (globales): “La emisión de casi US$10.000 millones de Bopreales, que son bonos también denominados en dólares emitidos por el BCRA para saldar deuda con importadores, que por sus características compiten con los soberanos y que los subordina desde un punto de vista del calendario de pagos”.