Bloomberg Línea — A ocho meses del cierre del primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia, encabezado por Gustavo Petro, los principales indicadores macroeconómicos permiten contrastar el punto de partida de 2022 con la situación observada en 2025. La comparación muestra una economía que corrigió algunos desequilibrios clave, aunque con menor dinamismo y un deterioro en el frente fiscal.
La evolución de la inflación, el crecimiento, el empleo, el comercio exterior, la política monetaria y las cuentas públicas refleja ajustes relevantes frente a los niveles registrados al inicio del mandato.
Los datos sugieren un cambio de régimen macroeconómico respecto del escenario pospandemia que recibió la administración Petro.
Inflación: desaceleración tras el pico de 2023
Uno de los cambios más visibles se observa en la inflación. En 2022, el país cerró con una inflación de 10,84%, un nivel elevado que marcó el inicio del periodo de gobierno. Durante 2023, las presiones inflacionarias se intensificaron y en marzo de ese año la inflación alcanzó 13,34%, el punto más alto del ciclo.
Para 2025, la inflación se ubica en 5,31% gracias a la política monetaria restrictiva del Banco de la República que ha permitido un ajuste significativo, aunque aún insuficiente.
La corrección de los precios representa una reducción frente a los niveles observados tanto en 2022 como en el pico de 2023.
Crecimiento económico: menor impulso que al inicio del mandato
El crecimiento económico también refleja una trayectoria distinta entre ambos momentos. En el tercer trimestre de 2022, cuando asumió Gustavo Petro, el Producto Interno Bruto registró un crecimiento de 7%, en un contexto de fuerte dinamismo tras la recuperación posterior a la pandemia.
En contraste, en el tercer trimestre de 2025 el crecimiento fue de 3,6%, siendo este el más alto que se ha registrado durante el mandato Petro.
La diferencia entre ambos registros evidencia una desaceleración del ritmo de expansión de la economía frente a los niveles observados al inicio del periodo.
Empleo: baja del desempleo y aumento de la ocupación
En el mercado laboral, las cifras muestran variaciones tanto en el desempleo como en el número de ocupados.
En agosto de 2022, la tasa de desempleo era de 10,6%. Para octubre de 2025, el desempleo se ubica en 8,2%. En términos de ocupación, en 2022 el número de personas ocupadas era de 22,16, mientras que en 2025 asciende a 23,3.
El segmento de trabajadores por cuenta propia se mantiene sin cambios en ambos momentos, con un registro de 9,4 tanto en 2022 como en 2025.
Comercio exterior: exportaciones e importaciones por debajo de los máximos de 2022
El comercio exterior presenta diferencias frente a los niveles observados al inicio del gobierno. Las exportaciones sumaron US$39.137 en agosto de 2022 y alcanzaron US$48.041 en octubre de ese mismo año.
Para octubre de 2025, las exportaciones se ubicaron en US$41.639. En el caso de las importaciones, en agosto de 2022 fueron US$52.694, con un registro de US$59.390 en septiembre de ese año.
Para septiembre de 2025, las importaciones alcanzaron US$51.978. Las cifras muestran cambios tanto en las ventas externas como en las compras al exterior frente a los máximos registrados en 2022.
Tasas de interés: normalización tras el ciclo restrictivo
La política monetaria del Banco de la República también muestra un contraste entre ambos periodos. En 2022, la tasa de interés de referencia se encontraba en 9%. Posteriormente, el ciclo de ajuste monetario llevó la tasa a un máximo de 13,25% en marzo de 2023.
En 2025, la tasa se sitúa en 9,25%, un nivel inferior al máximo alcanzado durante el endurecimiento monetario, pero cercano al nivel observado al inicio del gobierno.
Tipo de cambio: un dólar más bajo que en los primeros meses del gobierno
El comportamiento del tipo de cambio es otro de los indicadores que permite observar diferencias entre 2022 y 2025.
En agosto de 2022, el dólar se ubicaba en COP$4.337. Para diciembre de 2025, la tasa de cambio se sitúa en COP$3.788. La comparación refleja un nivel más bajo del dólar frente a los valores registrados en los primeros meses del gobierno.
Cuentas fiscales: déficit en niveles históricamente elevados
En 2022, el déficit fiscal de Colombia —es decir, la brecha entre lo que el Estado gastó y lo que recaudó— fue relativamente alto a nivel histórico fuera del periodo de la pandemia, situándose alrededor del 6,2 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Este nivel fue superior al promedio de América Latina y reflejó aún los efectos del gasto público elevado y la caída de ingresos tributarios tras la emergencia sanitaria.
La deuda pública también se mantuvo elevada tras la pandemia, aunque por debajo de promedios regionales comparables.
A finales de 2025, la situación fiscal se ha deteriorado aún más. Durante este año el déficit fiscal ha seguido ampliándose y, según diversas proyecciones y reportes, podría alcanzar o superar el 7 % del PIB, niveles que rondan máximos históricos fuera del periodo pandémico (algunos estiman hasta 7,5 % o incluso cerca del 8 % si se consideran ciertos escenarios de gasto e ingresos).
Este desbalance ha sido impulsado por un mayor gasto público, ingresos tributarios por debajo de lo esperado y la suspensión de la regla fiscal, lo que ha generado preocupación entre analistas y agencias internacionales sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.