Colombia se separa de Latam que busca equilibrio entre petróleo, gas y transición energética

La industria petrolera en América Latina busca equilibrar seguridad energética y transición verde. Colombia enfrenta caída en producción de gas, mientras inversiones regionales muestran cautela e incertidumbre a largo plazo.

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Bloomberg Línea — América Latina se consolida como un actor central en el sector de petróleo y gas, pero enfrenta desafíos de inversión, transición energética y exploración de nuevas reservas.

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Así lo revela el informe “El sector del petróleo y gas en América Latina” (2025), elaborado por Aggreko con la visión de 312 expertos de siete países. El documento expone la tensión que vive la región: garantizar seguridad energética mientras avanza hacia modelos de menor huella de carbono.

“El suministro confiable de energía es el eslabón decisivo entre la eficiencia operativa y la transición hacia bajas emisiones de carbono. Al adoptar soluciones híbridas y renovables con respaldo de almacenamiento, las empresas protegen activos críticos, reducen costos y fortalecen su competitividad”, señaló Daniel Rossi, gerente de O&G para América Latina de Aggreko.

Colombia: entre la seguridad energética y la transición

Colombia es un caso representativo. Con los Llanos Orientales como epicentro productivo y Ecopetrol, Reficar y Cenit como protagonistas, el país depende en un 77% de combustibles fósiles.

El gas natural se mantiene como recurso clave, aunque sus reservas se encuentran en riesgo de agotarse en los próximos años.

Durante el gobierno de Gustavo Petro se intensificaron las discusiones sobre la transición con la firma del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles y la oposición al fracking.

El país enfrenta además el declive natural de la producción, la presión regulatoria y la necesidad de reducir importaciones.

Según la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP), la caída en la producción de gas y la lentitud en la expedición de licencias amenazan la autosuficiencia a corto y mediano plazo.

Las cifras de Campetrol ilustran la magnitud del ajuste: el número de taladros activos pasó de 55 en 2023 a 24 en diciembre de 2024, una contracción del 56,4%. A esto se suma la disminución de exportaciones de crudo y una crisis en la producción de gas natural, esencial para millones de hogares.

América Latina: dependencia y avances parciales

El informe de Aggreko indica que el 50% de las empresas de oil & gas en la región depende de combustibles fósiles y apenas el 14% ha incorporado modelos híbridos.

El 45% genera su propia energía, aunque solo un 13% alcanza autosuficiencia. Las prioridades siguen centradas en garantizar la continuidad: 32% busca evitar interrupciones, 23% apunta a seguridad operativa y 22% a productividad.

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Algunas soluciones ya muestran impacto. El gas natural comprimido, por ejemplo, puede reducir costos hasta en 40%, disminuir la huella de carbono y triplicar la producción en zonas remotas.

Sin embargo, la transición energética avanza de forma desigual. El 91% de los profesionales encuestados cree que el sector puede ser más sostenible, pero solo el 53% asegura tener programas en marcha.

Las principales iniciativas son la adopción de energías renovables (59%) y equipos eficientes (43%). Entre los obstáculos destacan los altos costos (50%), la falta de incentivos (37%) y la escasez de proveedores y talento especializado (31%).

Perspectivas y planes de inversión

De cara a los próximos cinco años, el 68% de los encuestados prevé que el mercado regional se mantendrá sólido, con un crecimiento de hasta 5%.

En contraste, apenas un 6% anticipa un declive de igual magnitud. Entre las prioridades estratégicas destacan la exploración de nuevas reservas (28%), el aumento de la producción (23%) y la inversión en infraestructura (13%).

Los planes de inversión muestran cautela: solo un 12% destinará hasta el 2% de sus ingresos a CAPEX, un 13% invertirá entre 3% y 5%, y apenas un 6% más del 10%. Más de la mitad (51%) aún no define su estrategia de capital, lo que refleja incertidumbre frente a un entorno global volátil.

En Colombia, aunque no hay una ruta clara a cinco años, el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 fija la meta de neutralidad en carbono a 2050. No obstante, persisten dudas sobre la velocidad de transformación del sector.

Retos estructurales

La región enfrenta un panorama con avances, pero también con limitaciones recurrentes: falta de infraestructura, presión ambiental, trabas regulatorias y dependencia de importaciones.

Casos como México, Perú, Chile o Ecuador muestran que cada país enfrenta un equilibrio distinto entre seguridad energética y transición.

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La conclusión del informe es clara: la transición energética en petróleo y gas en América Latina dependerá de la flexibilidad, la innovación y la capacidad de adaptación local. Mientras tanto, la región seguirá debatiéndose entre la urgencia de garantizar suministro y la presión global por acelerar la descarbonización.