Halcones y palomas debaten si es hora de subir tasas en Colombia: expertos difieren sobre cuándo hacerlo

La de este viernes será una dura batalla ente halcones y palomas dentro de la Junta del Banco de la República, mientras el presidente Gustavo Petro advierte que habrá un aumento salarial superior al recomendado.

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Bloomberg Línea — La Carrera Séptima con calle 14, en el centro de Bogotá, será el epicentro de la última batalla del año entre los halcones y las palomas de la Junta Directiva del Banco de la República, y será quizá, la más difícil pues el debate sobre bajar las tasas podría perder relevancia y en su lugar cobraría peso la idea de pensar en elevar los tipos de intervención.

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“La discusión yo creo que ya está sobre la mesa”, dice Camilo Pérez, director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá. Recuerda que fue el propio Mauricio Villamizar, codirector de la autoridad monetaria colombiana el que habló de la posibilidad creciente de que las tasas tengan que subir.

Dice Pérez que los argumentos para subir las tasas hoy son contundentes. “La economía sorprendió al alza, la inflación también y las expectativas van subiendo”.

Dos posturas en Junta

En el lenguaje de los bancos centrales, una postura dovish —o acomodaticia— se asocia con quienes priorizan el crecimiento económico y el empleo, incluso si ello implica tolerar niveles de inflación más elevados por un tiempo.

En contraste, una postura hawkish —o restrictiva— refleja una mayor preocupación por la inflación y la estabilidad de precios, lo que suele traducirse en tasas de interés más altas o en un endurecimiento de las condiciones financieras, aun cuando ello implique un menor crecimiento en el corto plazo.

Esa es precisamente la discusión en el banco central colombiano. Un grupo, por ahora mayoritario, aboga por que la inflación converja a la meta del 3%, o al menos, que regrese al rango de tolerancia de 2% a 4%, un nivel que no pisa desde hace 6 años.

Del otro lado, un grupo afín al ministro de Hacienda, Germán Ávila, y al presidente Gustavo Petro, quiere priorizar el crecimiento económico a pesar de que hoy no se está cumpliendo con el objetivo inflacionario.

Una señal más que una decisión

Para David Cubides, economista jefe de Banco de Occidente, el debate que se dará en la Junta Directiva no necesariamente se traducirá en una decisión inmediata de aumento de tasas, pero sí podría enviar una señal relevante al mercado. “De repente, puede haber un voto por subida de tasas, pero yo creo que es un tema un poco más de la señal”, afirma.

Cubides considera que, por ahora, la opción más probable sigue siendo la estabilidad en los tipos de interés.

“Creo que la mayoría, la gran mayoría, me imagino yo, seguirá votando por estabilidad”, señala. Sin embargo, advierte que el tono de la discusión ha cambiado y que una Junta más inclinada hacia una postura restrictiva buscaría anclar las expectativas inflacionarias.

Esta intención de esta junta un poco más hawkish sería para intentar contener las expectativas de inflación en medio de las negociaciones del salario mínimo”, explica.

En ese contexto, el economista subraya que la discusión sobre el salario mínimo se ha convertido en un elemento central del análisis monetario, por su impacto directo sobre costos, precios y expectativas.

Argumentos que ganan peso

Pérez, del Banco de Bogotá, sostiene que el balance macroeconómico es hoy más complejo que meses atrás. “Los argumentos hoy en día son más contundentes, la economía sorprendió al alza, la inflación también, las expectativas subiendo”, dice, al explicar por qué la opción de aumentar las tasas de interés ha ganado espacio dentro del debate.

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No obstante, el director de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá considera que diciembre podría no ser el momento definitivo para tomar una decisión de este calibre.

“Nosotros creemos que todavía no va a ser el desenlace definitivo en diciembre por cuenta del salario mínimo”, señala, al advertir que esa negociación aún introduce un alto nivel de incertidumbre.

Enero como punto de definición

En el escenario central de Pérez, la discusión no se cerrará en la última reunión del año. “Creemos que no se va a definir el salario mínimo en los próximos días, sino ya después de la reunión”, afirma.

Una vez se conozca el resultado del incremento y se incorporen sus efectos en las proyecciones económicas, la Junta contaría con más elementos para actuar.

Ya para enero sí estamos convencidos de que el Banco de la República aumentaría la tasa de interés”, dice Pérez, teniendo en cuenta “las presiones inflacionarias que se derivan de este factor y la lenta convergencia de esta hacia la meta”.

En su análisis, el regreso de la inflación al objetivo no se lograría en 2026. “No creemos que lo logre, pero pues hacia 2027 tal vez”, añade.

Votos que anticipan un giro

Wilson Tovar, director de Investigaciones Económicas de Acciones y Valores, considera que incluso esta misma reunión ya podría reflejar un cambio en la composición de los votos dentro de la Junta.

“Creo que esta misma reunión ya tiene chances de subidas”, afirma.

Aunque reconoce que un aumento efectivo podría no alcanzar la mayoría necesaria, Tovar anticipa una señal clara de división. “De no alcanzar la votación creo que tendremos al menos dos votos”, señala, lo que confirmaría que la postura hawkish empieza a ganar terreno.

Un ajuste que se vería en 2026

Desde Skandia, Catalina Tobón, directora de Investigaciones Económicas, coincide en que el giro hacia una política más restrictiva no sería inmediato. “Creo que los votos por subir deberían aparecer el próximo año”, afirma.

Para la reunión de este viernes, Tobón espera que aún predominen las posiciones cautelosas. “Creería que en esta reunión aún va a haber votos por bajar y los demás votos por mantener estables, que, en principio, pueden ganar”, explica.

Debate abierto

Así, la última reunión del año encuentra a la Junta del Banco de la República en un punto de inflexión.

Aunque la estabilidad en las tasas sigue siendo el escenario base, la discusión ha cambiado de tono.

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La posibilidad de subir los tipos de interés dejó de ser remota y empezó a instalarse con mayor fuerza entre los codirectores, impulsada por una economía que sorprendió al alza, una inflación persistente y expectativas en ascenso.

Halcones y palomas medirán fuerzas en una decisión que, más allá del resultado inmediato, podría anticipar el rumbo de la política monetaria colombiana en 2026.