Bloomberg Línea — En Costa Rica, nuevas iniciativas siguen ampliando las opciones para pagar sin efectivo, en un entorno donde los consumidores ya muestran una marcada preferencia por métodos digitales.
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Un estudio reciente de McKinsey & Company indica que solo el 28% de los usuarios en el país prefiere utilizar dinero en efectivo al momento de pagar, lo que ubica a Costa Rica como el tercer país con menor uso de efectivo en América Latina, detrás de Chile y Argentina.
Uno de los nuevos métodos de pago es la solución que desarrolló la fintech Evertec, Inc (EVTC), basada en Puerto Rico, en alianza con el estatal Banco de Costa Rica (BCR) que permite pagos digitales mediante códigos QR escaneados directamente en datáfonos.
La solución no requiere que los comercios cambien equipos ni asuman costos adicionales, un factor que podría facilitar su adopción, especialmente entre pequeñas y medianas empresas.
La funcionalidad se integra a la aplicación Zunify, desde donde los usuarios pueden seleccionar cualquiera de sus cuentas bancarias asociadas. Evertec estima que más de 25.000 puntos de venta estarán habilitados para este tipo de transacción antes de que finalice 2025.
Este movimiento ocurre en un contexto de inclinación hacia los medios de pago digitales. En Costa Rica, el 73% de los encuestados en 2024 dijo usar tarjetas de débito para compras en persona, superando al efectivo (69%), según datos de Mastercard.
Tendencia en la región
El nuevo servicio para los usuarios costarricenses se suma a un movimiento más amplio en América Latina, donde instituciones públicas están promoviendo pagos digitales.
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En Colombia, el Banco de la República lanzará en octubre la red nacional de pagos interoperables Bre-B, que permitirá transferencias inmediatas entre cuentas sin restricciones de horario. La Asociación Bancaria de ese país (Asobancaria) proyecta que el uso de efectivo podría caer del 75% al 55% una vez que la infraestructura esté completamente operativa.
En Brasil, el Banco Central consolidó su plataforma Pix como el principal canal de pagos digitales desde su pleno funcionamiento en noviembre de 2020. Según una encuesta publicada por Google en julio, el 93% de los adultos brasileños ya utiliza este sistema, que hoy representa más de un tercio de las transacciones electrónicas del país.
¿Adiós al efectivo?
Más allá de la banca y el comercio, Costa Rica también está expandiendo el uso de pagos digitales en el transporte público.
El Sistema Nacional de Pago Electrónico en el Transporte Público (SINPE-TP), que el Banco Central (BCCR) lanzó en septiembre de 2021, ya opera en más de 1.600 autobuses y trenes del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Infofer) en la Gran Área Metropolitana, que abarca las cuatro ciudades más grandes del país: San José, Alajuela, Cartago y Heredia.
Para finales de 2025, se prevé que más de 2.000 unidades estén habilitadas para aceptar pagos con tarjetas bancarias, teléfonos móviles o dispositivos sin contacto.
La expectativa institucional es que el sistema alcance más de 200.000 transacciones diarias en los próximos meses, frente a las 125.000 actuales.
Aunque el sistema ha sido bien recibido por muchos usuarios, no está exento de críticas y desafíos. “No requiero andar efectivo y en ocasiones no tengo del todo. Me da más seguridad ese método de pago, y claro, para los choferes más aún, para evitar robos”, señaló Sylvia Gómez, vecina de San José. Otros, sin embargo, consideran que aún hay espacio para mejorar el sistema. “Debería ser como un ‘quickpass’ que se recargue y sirva en todo el transporte público”, opinó Manuel Vargas, de Cartago.
Además del avance tecnológico, también hay movimientos en el plano legislativo que buscan acelerar el abandono del efectivo en el transporte público.
En julio de 2025, la Comisión de Económicos de la Asamblea Legislativa dictaminó a favor del proyecto 24.580, que plantea eliminar el uso de billetes y monedas en los autobuses regulares. El texto reformaría la ley del Banco Central para exigir pagos electrónicos, salvo en casos de emergencia o fallas técnicas.
En tanto, el giro hacia pagos sin efectivo también se refleja en el comportamiento de los usuarios. Según el Central, los retiros en cajeros automáticos cayeron de 170 millones en 2019 a 90 millones en 2024, un descenso que se atribuye, en parte, al auge del sistema SINPE Móvil y a la bancarización acelerada durante y después de la pandemia.