Braskem e Idesa analizan opciones para su sociedad en México tras años de presiones por Pemex

La revisión de la estructura de capital de Braskem Idesa se da en medio de las condiciones de la industria petroquímica mundial y a factores externos que han impactado su operación

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Ciudad de México — Braskem, un proveedor brasileño enfocado a la industria del plástico, analiza opciones para la sociedad que tiene en México con Idesa y que controla el complejo de polietileno más grande del país.

La revisión de la estructura de capital se da en medio de las condiciones de la industria petroquímica mundial y a factores externos que han impactado a Braskem Idesa, que controla el Complejo Petroquímico Etileno XXI, señaló la compañía brasileña en un comunicado distribuido en la bolsa de valores de Brasil.

Hemos “estado analizando diversas opciones para abordar los desafíos actuales que enfrenta la estructura de capital de Braskem Idesa”, agregó Braskem.

Braskem, no ofreció detalles sobre los factores globales y externos que han presionado al negocio que controla en 75%.

En su más reciente reporte de resultados, Braskem Idesa señaló una disminución en los diferenciales de la industria, que cayeron aproximadamente US$100/tonelada en comparación con el trimestre anterior.

Además de presiones en el suministro de etanol provisto por Pemex, que promedió 15 kbpd (miles de barriles por día) por debajo de su compromiso durante abril y junio.

La sociedad ha enfrentado los últimos años presiones en el abasto de etano por parte de Petróleos Mexicanos (Pemex), la petrolera estatal de México, que la llevaron incluso a construir obras para importar este insumo.

Recientemente, en mayo, Braskem Idesa inauguró la Terminal Química Puerto México (TQPM), cuya capacidad podría garantizar una cobertura de suministro de etano del 100% y una mayor confiabilidad de la materia prima. La obra representó una inversión de US$586 millones de dólares en sociedad con Advario.

Braskem Idesa reportó en el segundo trimestre un flujo de operación o EBITDA negativo por US$11 millones y una utilidad neta de US$166 millones.

“En este contexto, preservar la liquidez sigue siendo una prioridad clave”, señaló la empresa en su reporte trimestral.

El consorcio formado por Braskem e Idesa, establecido en 2010, fue el vencedor de una subasta promovida por Pemex Gas para la adquisición de gas etano en condiciones competitivas durante 20 años, a cambio de una inversión de US$5.200 millones de dólares para la construcción del complejo petroquímico.

El complejo Etileno XXI comenzó operaciones en 2016 y fue considerado en su momento el proyecto privado más ambicioso en el país en materia de petroquímica, recibiendo el respaldo financiero de 17 instituciones financieras, incluido International Finance Corporation, el brazo privado del Banco Mundial.

El contrato fue considerado desfavorable para Pemex por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, que suspendió temporalmente el suministro de etano a la compañía, lo que activó un conflicto legal.

En ese entonces pesaba sobre Braskem Idesa el nombre de la brasileña Constructora Odebrecht, matriz de Braskem, que a nivel continental fue vinculada a casos de corrupción y fue uno de los focos en las declaraciones del exdirector general de Pemex, Emilio Lozoya.

Braskem ha buscado desvincular su alianza estratégica mexicana de la reputación que pesa sobre Odebrecht, asegurando que sus operaciones en México están regidas por un gobierno corporativo, consejo de administración y gestión de toma de decisión independientes.