Bloomberg — El repunte del 4% en las acciones estadounidenses durante los últimos cuatro días ha calmado a los bajistas que advertían que se avecinaba una corrección, y ahora los alcistas del mercado de valores están pavoneándose nuevamente.
El JPMorgan Private Bank (JPM) afirma que el índice S&P 500 está preparado para continuar su racha plurianual de sólidos rendimientos en 2026. Ha subido un 16% en lo que va de año tras ganancias de al menos un 23% en los dos anteriores.
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La previsión base de la firma es que una nueva aceleración del crecimiento económico, sólidas ganancias y el desarrollo constante de la tecnología de inteligencia artificial impulsarán el indicador hasta 7.400 el próximo año, lo que representa un aumento de aproximadamente el 9% con respecto a los niveles actuales. Si estos factores son lo suficientemente fuertes, el índice podría dispararse hasta 8.200, lo que implica un aumento del 20% desde ahora hasta finales del próximo año.
El optimismo se afianzó en un momento en que Wall Street estaba tenso por la preocupación en torno a la narrativa de la IA y las señales de desaceleración económica. Para Jacob Manoukian, director de estrategia de inversión en EE.UU., y Stephen Parker, codirector de estrategia de inversión global, la reciente turbulencia del mercado, que desplazó al S&P 500 hasta un 5% de su récord de octubre, confirma que los mercados no experimentan la euforia que suele asociarse con las burbujas.
“Muchos de nuestros clientes tienen mucho efectivo ahora mismo, y para ellos, las conversaciones que mantenemos con la vista puesta en los próximos 12 a 18 meses es que esta es una oportunidad”, dijo Parker en una entrevista el martes. “Lo vemos como una oportunidad de compra, aunque también reconocemos que no es necesariamente el punto más bajo”.
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El banco se inclina por la tecnología y los servicios públicos como principales áreas a las que dirigirse en 2026, ya que ambas se beneficiarán de la IA. Además, los sectores sanitario, industrial y financiero están preparados para obtener buenos resultados gracias a una serie de catalizadores que incluyen la ampliación del mercado, la desregulación y la negociación de acuerdos.
La firma también aconseja a sus clientes que incorporen “diversificadores y amortiguadores” como infraestructuras, activos reales y oro para ayudar a protegerse de la inflación. Afirma que los mercados privados seguirán ofreciendo oportunidades para generar rendimientos.
“Simplemente creemos que estamos en un cambio más estructural en el que la diferencia entre lo público y lo privado está empezando a estrecharse cada vez más”, afirmó Manoukian. “Y si se quiere pensar en invertir de forma temática, al no tener exposición a los mercados privados, en cierto modo se está cortando el acceso a algunos de los sectores más dinámicos e innovadores del ecosistema de la IA”.
La perspectiva positiva del banco privado coincide con la opinión del equipo de investigación de renta variable de su banco de inversión. El estratega Dubravko Lakos-Bujas ve al S&P 500 subiendo alrededor de un 10% desde su nivel actual hasta los 7.500 puntos a finales de 2026, impulsado por el sólido crecimiento de los beneficios y los recortes de las tasas de interés de la Reserva Federal - y potencialmente alcanzando los 8.000 si el enfriamiento de la inflación permite a los funcionarios relajar la política monetaria más de dos veces.
Las primeras previsiones de los establecimientos financieros muestran que los analistas son optimistas de cara a 2026. Binky Chadha, de Deutsche Bank (DB), ve al S&P 500 subiendo alrededor de un 18% hasta los 8.000 a finales de 2026. Los estrategas de Morgan Stanley (MS), dirigidos por Michael Wilson, esperan que el índice suba hasta los 7.800 dentro de un año.
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A pesar de la rotunda positividad del banco privado de JPMorgan de cara al nuevo año, los estrategas consideran un escenario bajista en el que el S&P 500 podría caer hasta 4.600, una caída de aproximadamente el 32%, si el tema de la IA y la economía flaquean.
Para Manoukian, por muchas oportunidades que ofrezca la tecnología, también existe un “riesgo tremendo” si los modelos empiezan a estancarse o no se monetiza el gasto. Para Parker, la independencia de la Reserva Federal es una preocupación potencial en el frente macroeconómico si la inflación vuelve a acelerarse y los funcionarios sienten la presión política para mantener la relajación. Pero por ahora, los beneficios y una economía resistente mantienen sus expectativas optimistas.
“Este año, los mercados presentan una historia muy simple y convincente: las empresas estadounidenses simplemente superaron las expectativas cada trimestre y generaron una rentabilidad del 15% para el S&P sin una gran expansión de múltiplos”, afirmó Manoukian. “Esperamos el mismo perfil de rentabilidad impulsado por las ganancias para el próximo año”.
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