Bloomberg — Senadores de EE.UU. interrogarán esta semana al almirante Frank Bradley por su rol en ordenar un segundo ataque contra una embarcación sospechada de traficar drogas en el mar Caribe, supuestamente para matar a sobrevivientes que se aferraban a los restos del bote.
Jack Reed, el demócrata de mayor rango del Comité de Servicios Armados del Senado, dijo que él y el presidente republicano del panel, Roger Wicker, se reunirán con Bradley el jueves como parte de la investigación sobre los ataques de septiembre.
La interrogación al comandante de la operación refleja la inquietud en el Congreso ante las acusaciones de que se podría haber cometido un crimen de guerra con el segundo ataque.
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The Washington Post informó el viernes que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, exigió que la operación matara a todos los ocupantes, lo que llevó a Bradley a lanzar el segundo ataque. Ese reporte intensificó las acusaciones de que EE.UU. estaba usando ilegalmente a sus fuerzas armadas para apuntar contra presuntos narcotraficantes frente a la costa de Sudamérica.
Los legisladores, afirmó Reed, buscan determinar si los ataques al bote “se ajustan al derecho de la guerra”, al código de justicia militar y al derecho internacional. También pidió la publicación de los videos del ataque.
La Casa Blanca confirmó el lunes que el ejército de EE.UU. ordenó un segundo ataque contra una embarcación sospechosa de traficar drogas, y dijo que la orden para ese segundo golpe provino de Bradley y no de Hegseth. La portavoz Karoline Leavitt insistió en que se trató de un uso legítimo de la fuerza.
Wicker dijo que esperaba que Hegseth testificara ante el Congreso sobre los ataques, y que la solicitud para que el secretario comparezca fue “transmitida a través de otros”. El republicano de Mississippi no respondió cuando se le preguntó si había obtenido una respuesta de Hegseth.
El senador Thom Tillis, un republicano cuyo voto fue clave para la ajustada confirmación de Hegseth en enero, calificó el segundo ataque como “una violación del código ético, moral y legal”.
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“Si los hechos resultan ser como se están reportando, entonces alguien debe largarse de Washington, quien sea, la persona que tomó la decisión”, añadió Tillis.
Otro republicano, el senador Rand Paul, calificó el segundo ataque como “claramente ilegal”.
A pesar del rechazo de miembros del propio partido del presidente Donald Trump, Hegseth, al hablar en una reunión del gabinete el martes, defendió los ataques y dijo que respaldaba a los comandantes militares.
“Recién comenzamos a atacar narcolanchas y a enviar narco-terroristas al fondo del océano porque han estado envenenando al pueblo estadounidense”, afirmó Hegseth.
Bradley formó parte del reconocido y secreto SEAL Team Six antes de liderar todas las fuerzas de operaciones especiales de EE.UU. Bradley, a quien el presidente Donald Trump eligió para dirigir el Comando de Operaciones Especiales, ascendió en el Naval Special Warfare Development Group, conocido coloquialmente como SEAL Team Six, entre 1999 y 2015.
Se convirtió en comandante del grupo en 2013. Bradley estaba al frente del Joint Special Operations Command en Fort Bragg, Carolina del Norte, durante el ataque del 2 de septiembre contra una presunta narcolancha frente a la costa de Venezuela. Asumió la jefatura del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU. el 3 de octubre.
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