Bloomberg — El exceso de lluvia en Colombia podría deteriorar las perspectivas de producción del segundo mayor proveedor mundial de granos de arábica, favorecido por minoristas y marcas de café de alta gama, como Nespresso de Nestlé SA.
“Ha estado muy húmedo en las principales áreas de cultivo”, dijo en una entrevista telefónica Donald Keeney, meteorólogo sénior de Maxar Technologies Inc. “Ha llovido más de lo necesario y la situación será la misma en los próximos 10 días y probablemente semanas”.
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La condición provocada por el fenómeno metereológico La niña “no ayuda” a las perspectivas de los rendimientos de 2021-22 para la cosecha colombiana que generalmente aumenta el próximo mes, dijo Roberto Vélez, titular de la Federación Nacional de Cafeteros del país.
Los problemas en Colombia amenazan con exacerbar un déficit mundial previsto para la próxima temporada, consecuencia de una caída en la producción brasileña y complicado por los costos y los vientos en contra de las cadenas de suministro. Esos factores hacen que los costos para las empresas se incrementen, incluidas Peet’s Coffee & Tea Inc. y Starbucks Corp., la cadena de café más grande del mundo, lo que también podría resultar en precios más altos para los bebedores de café en todo el mundo.
La Niña está creando condiciones inusualmente húmedas en Colombia y, por el contrario, la sequía en Brasil, el principal exportador. La oferta mundial de granos arábica ya está tensa por la falta de agua y las heladas que perjudicaron los rendimientos de los cultivos brasileños en 2021, al tiempo que el Gobierno del país considera que tendrán un ”gran impacto” para 2022.
En 2021, la producción brasileña se desplomó en alrededor de 18 millones de sacos con respecto al año anterior, lo que representa alrededor de 40% de la producción de arábica del país. Esa disminución es mayor que la producción anual de Colombia de aproximadamente 14 millones de sacos de 60 kilogramos. Los dos países representan alrededor de dos tercios del suministro mundial de arábica. Los futuros en Nueva York se dispararon más de un 50% este año.