Opinión - Bloomberg

Fabricantes de vacunas deben ayudar al mundo a prepararse para la próxima pandemia

Hong Kong se prepara para endurecer las restricciones de distanciamiento social, ya que las infecciones por Covid-19 se duplican cada tres días.
Por Lisa Jarvis
14 de febrero, 2022 | 10:54 AM
Tiempo de lectura: 5 minutos

Bloomberg Opinión — Una empresa de biotecnología sudafricana ha recreado pequeñas cantidades de la vacuna contra el Covid-19 de Moderna (MRNA). Su logro, realizado en asociación con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es parte de un plan más amplio para ayudar a los países de bajos y medianos ingresos a volverse menos dependientes de los fabricantes de medicamentos de Estados Unidos y Europa, que han tardado en enviar sus vacunas.

La OMS está invirtiendo US$100 millones a lo largo de cinco años para desarrollar un centro de ARNm en Sudáfrica, con la experiencia de Afrigen Biologics and Vaccines. Se espera que Afrigen comparta los conocimientos que desarrolle con otros países deseosos de establecer su propia infraestructura de vacunas. Brasil y Argentina son los siguientes en la lista.

Este ambicioso plan podría ayudar a los países a responder mejor a futuras pandemias, así como a flagelos en curso como la malaria y la tuberculosis. También es exactamente el tipo de programa que podría perder fuerza una vez que la amenaza de Covid-19 se vuelva menos aguda y la atención global se desplace a otra parte.

Para asegurarse de que este impulso no se desvanezca, empresas como Moderna, Pfizer (PFE) y BioNTech (BNTX) deberían colaborar ahora compartiendo su experiencia en la fabricación de vacunas.

PUBLICIDAD

El objetivo de Afrigen es diseñar y, con el Instituto Biovac (otro socio de la red de la OMS), fabricar una nueva vacuna. Se ha hablado mucho de la copia de Moderna, pero los científicos sudafricanos quieren, en última instancia, crear su propia propiedad intelectual.

Su intención original era obtener una licencia de propiedad intelectual de Moderna o de Pfizer/BioNTech. En octubre, cuando la OMS dijo que había contratado a Afrigen para preparar la receta de la vacuna Moderna, la agencia mundial de salud parecía confiar en que las empresas concederían acceso a sus tecnologías. Solo después de que los intentos de involucrarlos fracasaran el grupo cambió su estrategia para desarrollar una vacuna separada.

Lo ideal es que la vacuna que Afrigen cree finalmente sea una vacuna de ARNm que sea relativamente fácil y barata de producir, y que sea estable a temperatura ambiente (o al menos en el frigorífico) para que sea práctica en lugares con una distribución irregular de la cadena de frío.

PUBLICIDAD

Afrigen ha podido fabricar la vacuna de Moderna en cantidades de microlitros gracias a los documentos disponibles públicamente que detallan sus diversos componentes. Una hazaña impresionante, pero “microlitros es la palabra clave”, dijo Patrick Arbuthnot, un experto en terapia génica de la Universidad de Witwatersrand que está ayudando en el proyecto. Eso es suficiente para vacunar a un ratón. Fabricar una cantidad suficiente para todo un país o continente es un tema diferente.

Conseguir todos los componentes para fabricar una vacuna no será fácil. En particular, se necesitan grandes cantidades de bases modificadas (bloques de construcción del ARNm que se han adaptado para sobrevivir al entorno inhóspito de las células vivas) y las enzimas utilizadas para unirlas. Otra necesidad es la de los lípidos que forman una burbuja protectora alrededor del ARNm en su viaje a las células. Estos componentes lipídicos de las nanopartículas han escaseado durante la pandemia. Las empresas de fabricación por contrato han aumentado su capacidad en el último año, pero la cola de clientes es muy larga.

Petro Terblanche, CEO de Afrigen, me dijo que el hito de la vacuna de su empresa se habría alcanzado hace tres meses si no fuera por la larga espera de estas materias primas clave, y eso sólo para fabricar una dosis de la vacuna del tamaño de un ratón.

Los obstáculos técnicos se interponen en el camino para pasar del ratón a millones de humanos. Las empresas de vacunas deben documentar para las autoridades reguladoras cada paso de su proceso de fabricación, y Terblanche dice que la vacuna de Moderna tiene 900 pasos.

PUBLICIDAD

Para que este esfuerzo tenga éxito, es necesario que muchas cosas salgan bien.

La ayuda de Moderna y Pfizer/BioNTech podría mejorar significativamente sus posibilidades. Afrigen y la OMS también estarían felices de ver a cualquiera de las otras empresas que tienen vacunas contra el Covid-19 basadas en ARNm todavía en desarrollo ofrecer su ayuda.

Hasta ahora, las empresas sólo han intervenido en el tema de las patentes. Moderna ha dicho que no hará valer sus patentes de vacunas mientras la pandemia esté en marcha. Pfizer se ha mostrado más reticente. La primavera boreal pasada, cuando el presidente de EE.UU. Joe Biden apoyó la renuncia a los derechos de patente de las vacunas contra el Covid-19, CEO de Pfizer, Albert Bourla, argumentó que perjudicaría la capacidad de la empresa para acceder a las materias primas y desincentivaría a las empresas a realizar inversiones arriesgadas en futuras pandemias. BioNTech, por su parte, ha trabajado activamente para socavar los esfuerzos de Afrigen, según un reciente informe del BMJ, alegando que se basaba en la infracción de patentes.

PUBLICIDAD

Sin embargo, las patentes, aunque útiles, no son el problema principal. Afrigen puede crear su propia vacuna. Pero eso puede no llevar a ninguna parte durante años a menos que los grandes fabricantes de vacunas compartan sus conocimientos para producir inyecciones a gran escala.

Al resistirse a los pedidos de ayuda de la OMS, las empresas insinúan que el negocio de las vacunas es demasiado complicado para cualquier país sin un ecosistema biofarmacéutico próspero, así que hay que dejar que las empresas estadounidenses y europeas se encarguen. Tanto Moderna como BioNTech están construyendo instalaciones en África para suministrar al continente sus propias vacunas Covid-19. Y Pfizer se ha asociado con Biovac para poner su vacuna en viales y distribuirla.

Todos estos esfuerzos para distribuir las vacunas contra el Covid-19 en todo el mundo son necesarios y bienvenidos.

Pero también es esencial que los países de ingresos bajos y medianos puedan desarrollar la capacidad de crear sus propias vacunas. Es de interés de los gobiernos de EE.UU. y Europa invertir para garantizar que el impulso del esfuerzo de Afrigen continúe a medida que disminuye el aumento ómicron de Covid-19, para que todos los países puedan enfrentar mejor el próximo aumento de Covid-19 y la próxima pandemia. Moderna y Pfizer/BioNTech solo necesitan prestar su experiencia.

PUBLICIDAD

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.

Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.