Bogotá — La cadena de supermercados de descuento Justo & Bueno fracasó en su intento de capitalización en Colombia y entró a liquidación, pero una figura que surgió en la pandemia para empresas en crisis le permitirá tener unos cuantos días de vida y alcanzar su salvamente si recibe la inyección de capital antes del 12 de junio.
Los últimos días de este plazo han transcurrido con un completo hermetismo en la organización, que desde la fallida inversión del colocador de fondos hongkonés JF Capital no se ha pronunciado.
Pero este martes se conoció una carta de Alfonso Giraldo Castro, gerente de la firma Lobbying & Consulting, que estaría interesado en capitalizar a Justo & Bueno y habría contratado a Deloitte para adelantar el negocio.
“El objetivo de esta potencial transacción busca continuar con el desarrollo del canal y la compañía, así como retornar la confianza del mercado en cabeza de Lobbying & Consulting, como representante de los proveedores de la canasta básica”, señala el documento.
La situación de Justo & Bueno en Colombia difiere notablemente con su realidad en Panamá, en donde también entró en proceso de reorganización ante el Centro de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de ese país.
En Panamá la compañía es propiedad de Inversiones Encanto S.A, por lo que la operación en ese país no guarda relación con la actividad de la empresa en Colombia e incluso los accionistas son distintos.
Se espera que en Panamá el proceso de reorganización se termine en seis meses y en la actualidad el plan de continuidad está siendo presentado a consideración y aprobación de los acreedores, tal y como informó Bloomberg Línea en días pasados.
Desde el bufete Katz & López, que está a cargo del caso, indicaron en un comunicado que en la organización están “enfocados en viabilizar una solución favorable” y que esto se refleja “en el hecho que la mayoría de las tiendas han reiniciado sus operaciones”.
Esteban López, de Katz & López, explicó en una entrevista con Bloomberg Línea que lo único en común que tiene la cadena de supermercados Justo & Bueno en Panamá con la empresa en Colombia es el nombre, pero “son totalmente diferentes”.
“Y el inversionista que está tratando de rescatar Justo & Bueno en Panamá no lo está haciendo en Colombia, son dos cosas totalmente diferentes. Mucha gente se ha confundido y piensa que como se llaman igual (el nombre comercial) son lo mismo, pero tanto la operación de Panamá como la operación de Colombia la habían separado”, explicó.
El inversionista que está detrás del proceso de rescate de Justo & Bueno en Panamá es el millonario del petróleo y la metalurgia venezolano Jorge Plaza, quien no está participando en la operación en Colombia.
El abogado Esteban López detalló que Jorge Plaza, afincado en Costa Rica, es quien está poniendo el capital para hacerse de las acciones de Inversiones Encanto S.A, pero tiene que pasar el filtro del proceso de reorganización en Panamá.
“Él ya ha inyectado el dinero para que la operación pueda seguir funcionando como está funcionando hasta el momento. El proceso de reorganización conciliada tiene que terminar el 16 de septiembre porque eso lo establece la ley”, añadió.
De momento, según indicó Esteban López, los compromisos con los trabajadores están al día y ellos han cobrado todas sus prestaciones en Panamá.
En Colombia, en cambio, la empresa le incumplió a sus trabajadores y se juega su última opción respaldada por el artículo 6 de la Ley 560 de 2020, al cual puede aplicar luego de que el juez resolviera favorablemente esa solicitud en una audiencia.
Dicho artículo hace referencia al salvamento de empresas en estado de liquidación inminente y abre la opción para que Justo & Bueno sea rescatada.
“Cualquier acreedor podrá evitar la liquidación judicial de un deudor afectado por las causas que motivaron la declaratoria del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica de que trata el Decreto 417 del 17 de marzo de 2020, manifestando su interés en aportar nuevo capital, en los términos que se indican a continuación, siempre y cuando se evidencie con la información que reposa en el expediente que el patrimonio de la concursada es negativo”, indica.
Luego de que la empresa anunciara el cierre preventivo de sus tiendas y centros de distribución, reabrió algunos puntos y llamó a los empleados que deseen retomar sus labores antes de que se cumpla el plazo límite el próximo 12 de junio, fecha en la cual la compañía debe resolver cuál sería el mecanismo de salvamento.
Fuentes cercanas al asunto y consultadas por Bloomberg Línea sobre los factores que habrían influido en el avance del proceso en Centroamérica, indicaron que la magnitud de la operación en Panamá es aproximadamente un 10% del tamaño de la de Colombia.
Destacaron además que el proceso de reorganización ha avanzado de manera positiva guiado por el inversionista que ha asumido el liderazgo en la reactivación en ese país, mientras que en Colombia fracasaron varias opciones de inyección de capital.
En Colombia, de acuerdo a personas con conocimiento del asunto, el requerimiento de inversión era mayor y tuvo las dificultades ya conocidas, a pesar de lo cual la compañía seguiría estudiando propuestas de salvamento.
En la actualidad, la sociedad presenta un déficit de caja de al menos $135.000 millones en Colombia solo por gastos de administración de la reorganización.