Bogotá — Durante 10 meses en el centro comercial Unilago, ubicado en el norte de Bogotá, se presentó un silencioso desfalco. De manera irregular, mediante un token bancario y haciendo pasar los recursos como pagos a un proveedor, se apropiaron de al menos 150 millones pesos. El caso fue descubierto hace dos meses y la Fiscalía está investigando este robo continuado en uno de los comercios más tradicionales de la ciudad.
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Si bien se hizo la denuncia formal ante la Fiscalía en julio pasado, hasta el pasado martes el tema se ventiló abiertamente a los copropietarios del centro comercial en una asamblea extraordinaria, en donde el gerente del establecimiento -reconocido en el país por vender artículos de tecnología- señaló a una auxiliar contable, quien renunció recientemente mediante una carta que envió en un correo electrónico, como la aparente culpable del robo, acusación que deberán confirmar o descartar las autoridades.
En dicha asamblea también renunciaron el revisor fiscal y miembros del consejo directivo, quienes afirmaron que si bien tenían acceso al token bancario, no tuvieron nada que ver con el robo de los recursos.
“En junio de este año detectamos que una persona que se retiró, que llevaba cinco años en la empresa, a quien apoyamos durante todo ese tiempo para hacer su carrera de contaduría, renunció de un día para otro. A mí se me hizo muy extraño y, a partir de ahí, enfilé baterías para que el contador y la revisora fiscal hicieran una revisión de todo”, explicó el gerente del centro comercial, Javier Barragán, al ser preguntado por Bloomberg Línea sobre las acusaciones.
Tras ello, según dijo, detectaron unos asientos contables que no coincidían con los pagos de un proveedor y además “que quien estaba haciendo eso lo hacía a través de un token de pagos, que lo tenía una persona responsable del mismo, no era yo. Desde que yo entré acá, la Junta Directiva asignó a una persona para que lo manejara. A partir de ahí acudimos a todos los bancos para que nos informaran si era que la señora había hecho falsificación de alguna firma, pero no había nada así. Entonces nos dimos cuenta que todo se hacía a través del token y se dirigía la plata a la cuenta de esta persona”.
Barragán aseguró que a comienzos de julio interpuso una denuncia penal en la Fiscalía y que luego de ello citó a la Junta Directiva para que conociera el caso, explicando todos los términos en los que inició el proceso en el órgano judicial. Asimismo dijo que enviaron una carta a los propietarios para informarles de la situación y que convocó a una asamblea extraordinaria para “poner la cara, porque finalmente yo soy el responsable de esto”. A ese encuentro fue el abogado, la contadora, el especialista en seguros y el revisor fiscal.
En esa línea comentó que el proceso ya está para que llamen a indagatoria a todas las personas que dependen de los procesos de administración para que cuenten cualquier cosa que pueda tener relación con lo sucedido. Sin embargo, resaltó que con ese token bancario el rastreo es fácil y que en los extractos está que todo iba a la cuenta de la asistente contable. No obstante, la Fiscalía debe confirmar o descartar si hay otras personas que conocían de dicho desfalco.
“Obviamente que acá hay unas fallas del revisor fiscal y de la contadora, no se hizo algo para que se haya detectado lo sucedido a tiempo. Hacían otros procesos y no se concentraban donde tenían el control”, dijo el gerente.
En cuanto a las finanzas del centro comercial, cuyos ingresos anuales están en $3.500 millones, el directivo anotó que se encuentran equilibradas y que de aquí a diciembre podrán cubrir ese hueco. “Ahí tenemos que hacer una labor con nuestro broker de seguros para recuperar lo que esté amparado y, finalmente, hacer más para que podamos generar más ingresos”, señaló.