Bloomberg Línea — La inflación energética en Latinoamérica volvió a repuntar en septiembre hasta el 1,31% interanual, luego de un período de tres meses a la baja, según la Organización Latinoamericana y Caribeña de Energía (OLADE).
“La inflación energética anual cambia de tendencia, y luego de bajar tres meses consecutivos, este mes sube, reflejando un crecimiento del índice de precios de la canasta energética“, indicó OLADE en el reporte.
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En todo caso, la inflación energética de septiembre fue menor a la registrada en el mismo mes de 2024 (1,62%).
En el año corrido, la inflación aumentó desde el 3,64% de agosto a 4% en septiembre.
De acuerdo a OLADE, la inflación energética mensual de América Latina y el Caribe en septiembre de 2025 fue de 0,21%.
Olade detalló que de los 20 países analizados en la región, en 12 hubo aumentos en los índices de precios.
Entre tanto, en seis se presentaron variaciones negativas y en dos no se presentaron variaciones.
En comparación, la inflación energética en los países Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pasó del 0,82% en agosto a 3,14% en septiembre pasado.
Por segundo mes consecutivo, las cifras de la OCDE superaron a las de la región en términos de inflación energética interanual.
El índice internacional de precios del petróleo cayó 0,4% en septiembre, mientras que el del gas natural subió 0,5%.
Aunque el índice de soberanía energética en la región sigue en niveles favorables, barreras estructurales y la dependencia creciente de importaciones amenazan esa ventaja y ponen presión sobre la autosuficiencia.
Garantizar la soberanía energética sigue siendo un desafío para América Latina y el Caribe en medio de las trabas para la entrada en operación de proyectos estratégicos, la falta de voluntad política y el aumento de las importaciones en países que antes no eran tan dependientes.
Theodore Kahn, director del equipo de Análisis de Riesgos Globales de la consultora Control Risks en Bogotá, señaló en una reciente entrevista que, aunque la transición energética es una realidad inevitable en el mediano y largo plazo, la mayoría de países de América Latina seguirá dependiendo en el corto y mediano plazo de los combustibles fósiles para cubrir sus necesidades energéticas.
Subrayó que convertir ese potencial renovable en seguridad energética real exige superar esas barreras estructurales y sociales que aún frenan los grandes proyectos.
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