Bancos internacionales ven horizonte sin cepo y desaceleración de la inflación en Argentina

Morgan Stanley y HSBC esperan que la inflación de 2025 sea la más baja desde 2020. Qué número anticipan, en cuánto cerrará este año y qué riesgos ven para el plan Milei

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Buenos Aires — La inflación es hoy una de las principales preocupaciones que tiene la sociedad argentina y bajarla, una prioridad para el Gobierno de Javier Milei. En ese contexto, en las últimas horas dos bancos internacionales de primera línea le ofrecieron al oficialismo motivos para creer que está en el camino correcto: prevén una brusca aceleración de los precios en 2025, año en el que el proyecto de la Libertad Avanza será evaluado por los argentinos en las urnas.

El banco de inversión Morgan Stanley, uno de los más importantes de Wall Street, proyecta que la inflación de 2025 será de 31,6%, después de cerrar el corriente año en 207,7%. El HSBC, por su parte, espera que el año próximo la inflación en Argentina se ubique en 40%. “Desinflación más temprana, recesión más dura”, anticipó la entidad británica en un informe.

Si estas proyecciones se verifican, el índice de precios en Argentina del año próximo será el más bajo desde 2020. Para el Gobierno de Milei bajar la inflación a esos niveles no será solo un hito económico en un año electoral. Quien logre domarla, han explicado analistas, podría quedarse años en el poder.

Morgan Stanley: bullish en lo fiscal y el upside para bonos

Para los analistas de Morgan Stanley, la estabilización macroeconómica de Argentina avanza rápidamente. Las autoridades, señalaron en un reciente informe, están cumpliendo sus promesas sin precedentes de consolidación fiscal al tiempo que recomponen reservas.

En ausencia de una apreciación considerable del tipo de cambio real, una fuerte cosecha proporcionará una mejora cíclica de las cuentas exteriores”, anticipó la firma. Y en esa línea, el trabajo planteó: “Si a partir del segundo semestre las restricciones al capital y a la importación se levantan gradualmente (…), como esperamos, entonces prevemos que la balanza comercial de hidrocarburos arroje su primer superávit ya en 2024, seguido de una rápida expansión hasta US$18.000 millones a finales de la década”.

Desde Morgan Stanley también reconocen que son más optimistas que el consenso sobre el ajuste fiscal, al que proyectan en 3,8 puntos porcentuales del PIB en un año y de 5 puntos porcentuales en dos años. Eso, marcaron, lo situaría en el percentil 90 de los ajustes fiscales históricos.

Asimismo, la entidad indicó que supone que el Congreso aprobará el capítulo fiscal de la ley bases, que contiene una reversión del impuesto a las Ganancias, una nueva fórmula jubilatoria, cambios en el impuesto sobre el patrimonio y algunos elementos de un blanqueo fiscal. “Este avance significa que Argentina no tendrá que reestructurar su deuda en 2025, lo que deja a los bonos soberanos en dólares muy atractivos con otro 33% de upside”.

El principal riesgo para los bonos en dólares, advierten, es que el ajuste fiscal no se mantenga, y que un eventual rechazo a las medidas fiscales por parte del Congreso, deje un déficit primario. Por otro lado, advirtieron que si el crecimiento de las reservas queda por debajo de lo previsto este año, también aumenta la probabilidad de una reestructuración de la deuda en 2025.

Por el contrario, expresaron los analistas de Morgan Stanley, si el capital político sigue siendo elevado y las reformas se aprueban sin cambios, lo que a su vez da paso a una apertura del cepo y a un tipo de cambio flotante, anticipan un escenario alcista para la economía y los activos. En ese caso, proyectaron, ese escenario impulsaría una suba de los bonos en dólares hasta el 55%.

En lo que respecta a la hoja de ruta hacia la estabilización y las reformas, Morgan Stanley señaló que los esfuerzos de las autoridades por estabilizar las condiciones macroeconómicas van por buen camino.

Y si bien destacaron que están avanzando considerablemente en la consolidación fiscal, la acumulación de reservas, la refinanciación de la deuda local, la eliminación de la monetización del déficit y el exceso de pesos en la economía, también advirtieron que “los tan necesarios avances en las reformas por el lado de la oferta han mostrado por ahora un progreso limitado”, por lo que consideran que “hay dudas sobre la sostenibilidad de los ajustes”.

Por otra parte, los analistas de Morgan Stanley respaldaron la decisión del equipo económico del Gobierno de apelar al ancla cambiaria para controlar la inflación. “Creemos que la política cambiaria es probablemente adecuada para anclar expectativas de inflación”, indicaron. Sin embargo, creen que esa política estará sujeta a cambios a medida que las autoridades preparen el terreno para un nuevo sistema monetario en el que el dólar acabe compitiendo con el peso.

“Creemos que este eventual sistema monetario requerirá un tipo de conversión competitivo, y tasas reales positivas para que el peso pueda competir”, dijeron.

Pese a ello, anticiparon que “los riesgos siguen siendo importantes” ya que “la inflación podría ser más persistente de lo previsto” y las exportaciones del agro podrían debilitarse dependiendo cómo sea percibido el tipo de cambio por los exportadores.

HSBC: mayor contracción permitiría desinflación más rápida

Desde el HSBC, en tanto, consideran que la economía argentina transitará turbulencias en el corto plazo antes de que se observe una mejora. La actividad económica, señalaron en un informe, “ya era más débil de lo que pensábamos a finales de 2023 y se contrajo drásticamente a principios de 2024″.

Ante ese panorama, indicaron que ahora prevén una contracción del PIB del 4,0% en 2024 tras un descenso del 1,6% en 2023, recortando su proyección previa de que la contracción sería de 2,0% este año tras cerrar en -1,0% el 2023. Si se excluyera el agro, en tanto, dijeron que la contracción la caída del producto este año alcanzaría el 5,5%.

Esta peor performance que anticipan para 2024, sin embargo, llevó a los analistas de HSBC a elevar su previsión para la expansión de 2025, a la que ahora sitúan en 3,0%, 0,5 puntos porcentuales por encima de la previsión previa. Esto, expresaron supone que la Administración puede estabilizar la economía y situarla en la senda del crecimiento sostenible.

“No obstante, los riesgos de aplicación siguen siendo elevados”, advirtieron.

En esa línea, desde el HSBC recortaron sus previsiones de inflación para el acumulado de 2024 al 176% desde el 210% previo. Eso, explicaron, se dará asumiendo “que el proceso de estabilización en curso tenga éxito”, lo que llevaría a una inflación mensual de un dígito en algún momento del segundo trimestre y a la zona del 5% para el último trimestre.

También suponemos una unificación del tipo de cambio en 2024″, expresaron, aunque también marcaron que “todavía no hay claridad” respecto de cuál será la estrategia oficial.

La revisión, recordaron, se produce tras una caída de la inflación más rápida de lo previsto, que se situó en el 13,2% intermensual en febrero y acumulando un 37% en enero-febrero, frente a su previsión del 48%.

“Creemos que dos factores impulsan este descenso: la mayor contracción del PIB y la dinámica estable del tipo de cambio”, explicaron en su informe. Esta dinámica estable del tipo de cambio, aclararon, incluye tanto al crawling peg del 2% del tipo oficial como el declive de la brecha cambiaria, que se situó en 24% a mediados de marzo.

Pese a ello, alertaron: “Con esta previsión más baja, creemos que los riesgos para nuestra previsión están ahora sesgados al alza, dada la incertidumbre inherente al actual entorno macroeconómico y los retos de la estabilización”.