Oportunidades y desafíos para empresas del demorado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea

La eliminación progresiva de aranceles y el fomento de sectores estratégicos generará un entorno desafiante para las compañías. El vínculo entre ambos bloques engloba a una población de 780 millones de personas.

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Buenos Aires — La firma del acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea fue aplazada ante la falta de consenso entre miembros del viejo continente, que ahora propuso el 12 de enero como fecha tentativa para rubricar finalmente el nuevo marco comercial entre los bloques regionales. Un informe arrojó números sobre lo que hay en juego en la negociación.

La Unión Europea ya es un socio clave del Mercosur (integrado por Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay). Es el segundo socio comercial con un intercambio que asciende a los US$110.000 millones anuales, con el 14% de las exportaciones del bloque sudamericano y el 20% de las importaciones, según un informe de Llorente y Cuenca (LLyC).

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De concretarse, el acuerdo implicará la eliminación progresiva de aranceles y el fomento de sectores estratégicos. Para la consultora, repercutirá en el impulso al crecimiento económico, “facilitando el acceso a mercados, inversiones y nuevas oportunidades de internacionalización en ambas regiones”.

Mientras que la UE apunta a “fortalecer y diversificar sus relaciones comerciales, seguridad económica, expansión de las exportaciones y estabilidad en sus cadenas de suministro”, el Mercosur busca “ampliar su inserción internacional mediante acceso a bienes de capital, tecnología e inversión extranjera directa”.

El vínculo entre ambos bloques engloba a una población de 780 millones de personas que representan un 25% del PIB mundial. “Sin duda eso lo convierte en uno de los pactos birregionales más relevantes del sistema internacional, tanto por su dimensión económica como por su impacto geopolítico”, destaca LLyC. De llevarse a cabo, el acuerdo aumentaría el comercio birregional el 37%.

Este acuerdo puede a largo plazo “reconfigurar la estructura económica birregional, posicionando al Mercosur como un actor más integrado en cadenas globales de valor de alto valor agregado”.

Oportunidades y desafíos del acuerdo regional

Para LLyC la puesta en marcha del acuerdo conlleva también desafíos de adaptación para las empresas. Entre otros, la presión competitiva que implicará para las empresas locales la importación de productos europeos a menores costos tras la apertura arancelaria. Mientras que las compañías, para exportar sus productos a Europa, deberán cumplir con “los exigentes estándares europeos en materia ambiental, sanitaria y de trazabilidad, lo cual implica inversiones adicionales y ajustes productivos profundo”.

Eso desde el lado de los desafíos. Mientras que en las oportunidades, la consultora marca que las transformaciones “pueden convertirse en palancas de modernización para las empresas”, al destacar “la reducción de costos por insumos más baratos y economías de escala podría aumentar la productividad local, a la vez que la adopción de mejores prácticas y tecnologías podría fortalecer la competitividad de las empresas”.

El informe señala que será fundamental que las empresas de ambos lados afronten estratégicamente estos desafíos, con un “análisis profundo sobre cómo el acuerdo modificará el panorama competitivo, identificando sectores y productos con potencial de crecimiento, nichos de mercado y posibles alianzas estratégicas”.