EXCLUSIVA: “La desaceleración le ha costado a las empresas y genera desazón”: Gerente Banrep

En entrevista con Bloomberg Línea, Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, dijo que la desaceleración del crédito ha implicado un deterioro de la cartera, lo que hace parte de un proceso de ajuste para tener tasas más bajas en el futuro

Leonardo Villar, gerente del Banco de la República
08 de abril, 2024 | 01:00 AM

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Bogotá — Culminó el primer trimestre del año. Marzo cerró con la decisión de la Junta Directiva del Banco de la República de reducir 50 puntos básicos la tasa de interés, ubicándola en 12,25%, niveles que no se veían desde diciembre de 2022. Y abril arrancó con un significativo fortalecimiento del peso colombiano (COP), que se cotiza en la franja de los COP$3.700 y vuelve a tocar montos de hace más de 20 meses.

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En medio de ese panorama, Bloomberg Línea habló en exclusiva con Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, quien también se refirió a la crisis que atraviesa el sector salud y a la propuesta del presidente Gustavo Petro de hacer una Constituyente para cambiar la política monetaria.

BL. El presidente Gustavo Petro ha hablado de la necesidad de una Constituyente para, entre otras, garantizar que la política monetaria priorice el empleo y la producción. ¿Usted qué opina?

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Leonardo Villar: El crecimiento económico es una consideración que toma en cuenta con mucha seriedad la Junta Directiva del Banco de la República en sus decisiones. Esa consideración está incorporada de manera explícita y clara en la estrategia de inflación objetivo que sigue el Emisor y la cual se trata de cumplir permanentemente con la meta de inflación, pero minimizando las desviaciones del crecimiento con respecto al crecimiento potencial de la economía, que depende de factores no monetarios.

BL. Cuando llegó Gustavo Petro al poder se vio un dólar a COP$5.000. A medida que ha pasado el tiempo la situación ha mermado, a pesar de que han seguido los anuncios del jefe de Estado. ¿Ya el mercado no está reaccionando a la voluntad del Presidente?

L.V. Lo que yo diría es que el mercado ve la forma cómo vienen evolucionando las principales variables macroeconómicas, que son las que afectan fundamentalmente a los inversionistas de portafolio y a la inversión directa internacional. Lo que ven es un proceso de ajuste importante en la economía, unas variables que vienen comportándose de una manera adecuada para las circunstancias colombianas, con una inflación bajando, con tasas de interés con perspectivas de bajar en la medida que la inflación se consolide en su convergencia hacia la meta y con un déficit fiscal que está cumplimiendo con la regla establecida por las instituciones.

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Todo eso genera confianza y ayuda a que se vea, por ejemplo, la reducción en los márgenes de riesgo de nuestra deuda externa.

BL. El sistema de salud en Colombia está en crisis: van dos EPS intervenidas y una más que solicitó liquidación voluntaria. ¿Usted cree que esa situación terminará por golpear al mercado?

L.V. Hay un problema sectorial muy complejo sobre el cual yo no quisiera opinar porque no corresponde al campo de acción del Banco de la República, pero los problemas que allí se presentan no impiden destacar que la situación macroeconómica en el país viene mejorando. La confianza en esa mejoría se refleja en la apreciación del peso, la reducción de los márgenes de riesgo de la deuda pública colombiana, en la reducción de la inflación y en el hecho mismo de que el Banco de la República ha podido iniciar un proceso de reducción de las tasas de interés que, seguramente, contribuirá a la recuperación de la actividad económica en el futuro.

BL. Al hablar con empresarios colombianos se vislumbra en ellos incertidumbre sobre la situación económica del país y sobre las garantías que tienen, por ejemplo, para invertir. ¿Usted cómo ve el panorama?

L.V. La economía colombiana está en una situación compleja porque estamos en un punto crítico de un proceso de ajuste que ha sido doloroso y que ha implicado una desaceleración muy fuerte en el ritmo de crecimiento de la economía. Eso ha sido indispensable para ayudar a reducir la inflación y un desequilibrio externo importante que teníamos, con un déficit de la balanza de pagos que representaba el 6,2% del PIB en 2022 y que afortunadamente ya en 2023 se redujo de forma sustancial a 2,7% del PIB, que hace mucho más sostenible la situación.

La desaceleración le ha costado a las empresas y genera fácilmente desazón. La desaceleración del crédito ha implicado un deterioro de la cartera que obviamente es doloroso para el sistema financiero y aún más doloroso para las personas que no han podido pagar sus obligaciones, pero eso es parte de un proceso de ajuste que, en principio, puede contribuir a que las tasas de interés en el futuro sean más bajas, a que con una inflación controlada la economía vuelva a crecer. Las proyecciones del equipo técnico del Banco sugieren un crecimiento superior al 3% en 2025, ya con una inflación normalizada alrededor de la meta, pero obviamente existe incertidumbre en varios frentes sectoriales que generan ansiedad y preocupación.

BL. El peso colombiano se ha fortalecido y se cotiza ahora en la franja de los COP$3.700. Una de las razones de ese fortalecimiento es el diferencial de tasas de interés con otros países de la región y con Estados Unidos. Si el Banrep acelera su recorte de tasas, ese diferencial se va a ir cerrando y el peso será menos atractivo. ¿Le preocupa que el dólar vuelva a subir?

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L.V. La apreciación que hemos visto en los últimos días ha sido generalizada en varias economías de la región y ha sido particularmente fuerte en países como Colombia, en los que las exportaciones del petróleo tienen un peso importante. Podría deducirse que el hecho de que el precio del petróleo haya superado los US$90 el barril está relacionado con esa apreciación observada recientemente.

En cualquier caso, es importante decir que la apreciación se ha visto en muchas otras economías, incluso algunas que tienen ya la tasa de interés mucho más baja que la colombiana, como es el caso de la chilena. Y no se puede adjudicar, por lo tanto, a una tasa de interés que en Colombia ya fue reducida en el último mes en 50 puntos básicos.

Sobre la política cambiaria, lo que puedo reiterar es que la tasa de cambio se mueve libremente. La política consiste en permitir que la tasa de cambio sea un primer mecanismo de ajuste y eso está sucediendo en el periodo reciente. La depreciación del peso había sido atípicamente fuerte en 2021 y 2022, y desde finales de 2022 viene una corrección que nos ha llevado en la dirección de una tasa de cambio con un comportamiento más parecido al del resto de países latinoamericanos comparables.

Desde ese punto de vista el comportamiento de la tasa de cambio es una fuente de información importante para la toma de decisiones por parte del Banco, pero el Emisor no tiene metas específicas sobre dónde debe ubicarse.

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Leonardo Villar, gerente general del Banco de la República de Colombiadfd

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BL. El desempleo subió en febrero y no se espera que el indicador mejore este año. ¿Qué análisis hace del mercado laboral?

L.V. En el mercado laboral hay una situación paradójica. Por un lado, habiendo visto un ajuste macroeconómico de las dimensiones que hemos tenido, con una desaceleración tan grande, es notable ver que la tasa de desempleo hoy es menor que la que se veía un año atrás. Sin embargo, hay que reconocer que cuando se analiza la evolución de los indicadores laborales mes tras mes y se los ajusta por factores estacionales, hay un deterioro en el margen en el mercado laboral, en la tasa de desempleo y en las tasas de ocupación, que podría profundizarse a lo largo de este año.

El equipo técnico del Banco ha dicho que la tasa de desempleo esperada para este año puede ser superior a la que vimos el año pasado. Es un factor de preocupación que, esperamos, no se materialice. Y si lo hace, ojalá pueda revertirse relativamente rápido con el mayor crecimiento que esperamos para 2025.

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BL. ¿Y de la Inversión Extranjera Directa?

L.V. La Inversión Extranjera Directa se ha mantenido bastante positiva. La inversión de portafolio, por su parte, se había reducido de manera importante, tanto en Colombia como en el resto de América Latina, durante 2023, pero en el periodo reciente ha mostrado un cierto repunte.

No es un tema que genere preocupación. La fuerte reducción que tuvo Colombia en su déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos hace al país mucho menos vulnerable y menos dependiente de lo que suceda con los flujos de recursos internacionales, lo cual es una buena noticia.

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BL. La codirectora del Emisor, Olga Lucía Acosta, dijo recientemente en un panel que si se quiere reducir desigualdades hay que pagar más impuestos, ¿usted coincide con ese pronunciamiento?

L.V. Yo creo que el contexto en el que ella lo planteó fue de mediano y largo plazo. Colombia está aumentando sus niveles de gasto -que estaban anteriormente por debajo de países comparables de la región-, y mayores niveles de gasto exigen más tributación. Es algo que genera coincidencia entre muchos analistas. Creo que no se estaba haciendo una predicción de reformas tributarias hacia un futuro cercano, sino de la necesidad de que Colombia, para mantener un nivel de gasto como el que ya está teniendo, cuente con un recaudo tributario mayor al que se tenía en el pasado. Esto se está logrando con las dos reformas tributarias recientes.

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BL. ¿Ese aumento del gasto público que está haciendo el país es excesivo?

L.V. Lo que es absolutamente fundamental es que la decisión que tome el país sobre cuál es su nivel de gasto vaya acompañada con que ese nivel de gasto sea adecuadamente financiado. Para los equilibrios macroeconómicos que afectan las decisiones que toma el Banco de la República, lo importante es que el gasto no sea financiado con deudas excesivas. Ese es el propósito de la regla fiscal y, en la medida que se cumpla con la regla fiscal, el nivel de deuda va a estar bajo control.

De hecho el nivel de deuda público como porcentaje del PIB bajó de una manera significativa el año pasado. Este año podría tener un aumento pero lo importante es que en la medida que se siga cumpliendo con la regla, tanto este año como los siguientes, el nivel de deuda pública como porcentaje del PIB se mantendría equilibrado y eso generaría condiciones adecuadas para el manejo monetario.

BL. El equipo técnico del Emisor bajó su pronóstico de inflación, de 5,9% a 5,4% para finales de 2024. ¿Le preocupan los efectos del Fenómeno de El Niño o qué otros factores de riesgo ve para poder cumplir esa meta?

L.V. Es una proyección que está sujeta a riesgos, que pueden ser a la baja o al alza, pero es importante destacar que esa proyección del equipo técnico coincide con la que tiene la mayor parte de los analistas del mercado.

El Fenómeno de El Niño afortunadamente no parece estar teniendo implicaciones graves sobre los precios de los alimentos. Todavía hay algunas inquietudes sobre el impacto que pueda tener sobre las represas, y a través de eso sobre los precios de la electricidad y otros servicios públicos. Sin embargo, hay que reconocer que los riesgos asociados a esos impactos son menores hoy de lo que se percibía a comienzos del año.

Hay otros factores de riesgo importantes, varios de los cuales tienen que ver con la situación financiera internacional y la perspectiva de unas condiciones laxas que nos ayuden en el proceso de reducción de las tasas de interés. Muchos esperan que la Reserva Federal de Estados Unidos baje su tasa de interés en tres oportunidades el resto de este año, cada una de 25 puntos básicos. Eso, obviamente, ayudaría a mantener un ambiente internacional propicio para la reducción de las tasas de interés en nuestros países, pero sobre eso hay una incertidumbre que se mantiene. Obviamente habrá que estar muy atentos a cómo se desenvuelve ese panorama financiero global.