Bloomberg Línea — El cierre de 2025 con la tasa de interés del Banco de la República en 9,25% no estaría marcando un punto de inflexión hacia recortes, sino el inicio de un período en el que el riesgo dominante es el de nuevas alzas, según coinciden análisis recientes de Bancolombia, Banco de Bogotá y BBVA Research, que ven un escenario crecientemente condicionado por la inflación, la demanda interna y el frente fiscal.
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Desde la óptica de Bancolombia, la decisión de diciembre consolida una postura que deja poco margen para una flexibilización en el corto plazo. “Esta decisión va en línea con nuestra expectativa y mantiene la narrativa de cautela que ha caracterizado la Junta en sus posturas más recientes”, señala el análisis de la entidad, que advierte que los riesgos inflacionarios han aumentado frente a meses anteriores.
Uno de los factores que está inclinando el balance hacia un sesgo más restrictivo es el comportamiento de las expectativas.
Bancolombia destaca que “las expectativas de inflación continúan muy por encima del límite superior del rango de tolerancia del Emisor”, una señal que limita la posibilidad de reducir tasas sin afectar la credibilidad del banco central.
En su escenario, ese deterioro en las expectativas eleva “la probabilidad de iniciar un ciclo de ajuste en 2026, con una tasa que podría aumentar el próximo año hasta 10,00%”.
El análisis del Banco de Bogotá coincide en que el escenario central ha cambiado de forma relevante. Tras la reunión de diciembre, la entidad considera que la estabilidad dejó de ser un puente hacia recortes y se transformó en una antesala a movimientos alcistas.
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“Investigaciones Económicas ajustó sus expectativas de tasa de interés, previendo ahora aumentos en enero, marzo y abril, en montos de 25 puntos base en cada reunión”, lo que llevaría la tasa del banco central a 10%.
Ese giro responde, en buena medida, a la fortaleza de la actividad económica. El Banco de Bogotá resalta que “la economía avanzó 3,4% frente a la expectativa de 3,0% del equipo técnico” en el tercer trimestre y que el consumo total creció 5,6%, lo que sugiere que el efecto restrictivo de la política monetaria ha sido menor al previsto.
En ese contexto, el informe señala que los resultados “sugieren que esa ‘restrictividad’ es bastante menor”.
BBVA Research, a través del análisis de su Economista Jefe, Juana Téllez, también subraya que el dinamismo del consumo está jugando en contra de un relajamiento monetario.
En su lectura, el banco central hace “énfasis en la buena dinámica de la actividad económica sostenida en un elevado dinamismo del consumo”, un elemento que presiona la inflación y refuerza la cautela de la Junta.
En materia de precios, aunque la inflación mostró una moderación en noviembre, los tres análisis coinciden en que el nivel sigue siendo incompatible con un ciclo de recortes.
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BBVA Research destaca que, si bien la inflación bajó a 5,3%, “permaneció elevada y por encima de los niveles observados a finales de 2024”, mientras que la inflación básica, aunque menor, “sigue siendo alta”.
A esto se suma que “las expectativas de inflación futura a uno y dos años aumentaron en mayor grado que la inflación observada”.
El Banco de Bogotá refuerza esa lectura al advertir que, de no retomarse con fuerza el proceso de desinflación, el riesgo no es solo mantener la tasa estable, sino endurecerla.
En la rueda de prensa, su análisis recoge una frase clave del gerente del Banco de la República: “De otra forma, habría que hacer un poco más restrictiva la política monetaria”, dependiendo del comportamiento de la inflación y las expectativas.
El frente fiscal aparece como un nuevo factor de presión hacia adelante. BBVA Research señala que el comunicado de Emisor incluyó “un llamado al Gobierno Nacional a tomar acciones para equilibrar el Presupuesto General de la Nación ante la no aprobación de la Ley de Financiamiento”, un tema que ganó protagonismo en la rueda de prensa.
En ese espacio, el ministro de Hacienda anunció la declaratoria de emergencia económica, con la que busca aumentar el recaudo en 2026 por COP$16,3 billones.
Para el Banco de Bogotá, aunque haya acción del Gobierno, el riesgo fiscal sigue siendo alto. Su informe advierte que “el poco apoyo político y dificultades legales podrían llevar a que el presupuesto de 2026 quede efectivamente desfinanciado”, lo que se traduce en mayores presiones macroeconómicas y un entorno menos favorable para una política monetaria laxa.
BBVA Research agrega que las decisiones futuras de la Junta estarán condicionadas por múltiples frentes.
“Las decisiones de la Junta de banco seguirán dependiendo de los datos relevantes que tengan para cada reunión”, incluyendo el aumento del salario mínimo, la indexación de precios, el comportamiento del consumo y el gasto público.
En ese marco, aunque BBVA espera que la inflación continúe bajando y cierre 2026 en 4,5%, reconoce que el proceso será gradual y sujeto a riesgos.
“Esperamos que el proceso de desinflación continúe”, dijo el gerente del banco central, pero los analistas coinciden en que el margen de error es reducido.
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Así, el consenso emergente entre los tres análisis apunta a que el principal riesgo para 2026 no es una prolongación indefinida de la estabilidad, sino un ciclo de alzas graduales, posiblemente desde enero, si la inflación, las expectativas y el entorno fiscal no muestran señales claras de corrección.