Bloomberg Línea — Las finanzas abiertas se perfilan como una herramienta con potencial para transformar el mercado de capitales colombiano, en un momento en el que el país avanza en la definición de su marco regulatorio y observa experiencias internacionales que ya muestran impactos concretos.
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El Autorregulador del Mercado de Valores (AMV) plantea que este esquema puede facilitar el desarrollo de nuevos productos, mejorar la eficiencia del mercado y ampliar el acceso a la información para los inversionistas.
“Una de las tendencias de transformación digital que se ha venido estudiando en años recientes en los mercados financieros son las finanzas abiertas”, señala el documento, al explicar que este modelo busca el “intercambio de datos financieros, de manera que los clientes tengan la oportunidad de acceder a soluciones acordes a sus necesidades y los participantes del mercado puedan crear productos o servicios que las atiendan”.
Las finanzas abiertas permiten el intercambio autorizado de datos financieros entre entidades, vía APIs estandarizadas, para ampliar productos, impulsar la competencia y abaratar costos.
El texto destaca que la relevancia de las finanzas abiertas no es marginal. De acuerdo con estudios citados, “una adopción generalizada de ecosistemas de datos abiertos podría aumentar entre el 1% a 1,5% del PIB para 2030 en economías avanzadas”, mientras que en países como India el impacto estimado sería mayor, asociado a “inclusión y productividad”.
En esa misma línea, el Cambridge Centre for Alternative Finance indica que “alrededor de 95 jurisdicciones han implementado o están evaluando las oportunidades para incorporar esquemas de banca o finanzas abiertas”.
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Colombia se inscribe en esa tendencia. El documento recuerda que desde 2022 existe un marco de finanzas abiertas de carácter voluntario, orientado principalmente al mercado intermediado.
Sin embargo, con la expedición del Plan Nacional de Desarrollo, “se han evaluado criterios para adoptar el esquema de datos abiertos, partiendo de un esquema de finanzas abiertas que involucre otro tipo de instituciones financieras como participantes del esquema”, incluyendo el mercado de capitales.
Según el AMV, este modelo permite pasar de “un modelo de arquitectura de información cerrado” a uno “que facilita el intercambio estandarizado de información y servicios entre entidades financieras reguladas y otros proveedores, siempre con el consentimiento explícito del cliente”. Esta apertura de datos no se limita a información bancaria, sino que incluye inversiones, pensiones y seguros, con el objetivo de “facilitar la comparación de productos y promover la competencia”.
La evidencia internacional refuerza el argumento. Un estudio citado en el documento muestra que la creación de plataformas gubernamentales de datos abiertos tuvo “un impacto causal positivo y significativo sobre la liquidez del mercado de renta variable en China”, sugiriendo que la infraestructura digital puede fortalecer la eficiencia del mercado incluso sin reformas financieras tradicionales.
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Los casos de Brasil e India ilustran aplicaciones concretas en el mercado de capitales. En Brasil, el esquema de open finance ya incluye “datos sobre inversiones” y ha permitido desarrollar herramientas de “gestión financiera integrada” y “asesoría más personalizada”.
En India, el modelo de agregadores de cuentas permite compartir, bajo consentimiento, información sobre “fondos mutuos, seguros e inversiones de capital”, facilitando una visión integral de la situación financiera del usuario.
El documento subraya que los beneficios potenciales van más allá de la innovación tecnológica. “Los casos de uso analizados demuestran un impacto positivo en la transparencia y en la democratización de la información financiera”, con objetivos comunes como “promover la innovación, inclusión financiera e impulsar el desarrollo de los mercados”.
En las consideraciones finales, el AMV advierte que Colombia enfrenta un escenario de transición. Aunque el esquema ha sido voluntario, “hay una propuesta regulatoria que busca migrar a un modelo de carácter obligatorio”.
En ese contexto, el texto concluye que las finanzas abiertas representan “una oportunidad estratégica para robustecer la inclusión financiera y la confianza del inversionista”, siempre que se garantice la protección de los datos y un marco regulatorio sólido.
El documento cierra con una definición de rumbo clara: “El futuro del mercado de capitales es colaborativo y abierto”, una afirmación que resume el desafío y la oportunidad que enfrenta el mercado colombiano en esta nueva etapa.