Cuba necesitaría US$10.000 millones para superar los apagones, ¿cuál es el origen de la crisis?

En una entrevista, el cubano Jorge Piñón, reconocido experto de la Universidad de Texas, ahonda en el porqué de la difícil situación energética que padece la isla.

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Bloomberg Línea — Cuba ha registrado cuatro apagones nacionales en el último año, el más reciente de ellos, el 10 de septiembre, debido a una falla en la central termoeléctrica Antonio Guiteras, una de las ocho plantas de este tipo en el país.

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Los cortes de luz diarios en la isla se han intensificado y el Gobierno, que además de hacer mantenimiento a los viejos sistemas de generación de energía eléctrica, apuesta por instalar parques solares en busca de una solución, ha reconocido la “gravedad” del colapso.

Jorge Piñón, director del Programa de Energía para Latinoamérica y el Caribe de la Universidad de Texas en Austin, dice a Bloomberg Línea que los apagones en Cuba no tienen solución en el corto plazo. Por el contrario, requeriría de tres a cinco años de trabajo, además de una inversión de hasta US$10.000 millones.

El experto también ahonda en el porqué de la crisis energética que afronta la isla y cómo la biomasa de la caña de azúcar podría ser clave para afrontarla.

Bloomberg Línea (BL): ¿Por qué se ha estado agudizando la crisis energética en Cuba en los últimos años?

Jorge Piñón (JP): Porque las termoeléctricas son viejas, tienen más de 35 años de explotación y no han tenido el mínimo mantenimiento operativo y casi ningún mantenimiento capital.

En los últimos seis meses, por lo menos un 40% de las unidades de generación base de energía han estado fuera de servicio, ya sea en mantenimiento o en mantenimiento capital. Y aquellas que están operando, lo hacen con menos de un 80% de capacidad, porque son unidades débiles y no se les puede pedir más.

Estas termoeléctricas representan un 40% de la generación de energía. Lo demás lo aportan los grupos electrógenos, las plantas eléctricas flotantes en barcazas turcas y, en menor medida, las energías renovables.

BL: ¿Con qué se relaciona esa falta de mantenimiento? ¿Tiene que ver con las sanciones de Estados Unidos a Cuba?

JP: Si Cuba tuviera las divisas y el dinero disponible, ya no para hacer el mantenimiento operativo, sino capital, hubiera podido hacerlo. Es verdad que el embargo pone obstáculos financieros para la capitalización o recapitalización del sistema cubano. Pero esa no es la principal causa.

<b>“Cuba necesita una transformación económica, yo creo que ese esa es la realidad, y la principal causa de todo esto es la centralización del modelo económico cubano”.</b>

Jorge Piñón.

Hay varios proyectos que Cuba no pudo terminar, como el de un parque eólico en La Herradura, Las Tunas, un proyecto 100% financiado por la China. Otro ejemplo es Ciro Redondo, una planta de biomasa que costó US$186 millones, también pagados por China, para generar 62 MW, que se encuentra inactiva debido a la falta de biomasa de caña de azúcar.

BL: Y los mantenimientos que está adelantando ahorita la Unión Eléctrica (UNE) de Cuba, ¿no son suficientes?

JP: No, porque se trata de un problema estructural y ellos lo están resolviendo con parches, como decimos nosotros. El problema es que las plantas, ya obsoletas, operan con petróleo nacional extra-pesado con alto contenido de azufre, que es dañino, muy dañino, para ellas. Entonces es un círculo vicioso: reparan las plantas, pero se vuelven a romper por el crudo con que las alimentan.

BL: ¿Cuál es la situación con los grupos electrógenos y las barcazas turcas?

JP: Los grupos electrógenos, o lo que se llama energía distribuida, fueron instalados en 2006, durante la famosa revolución energética, pero también requieren alto mantenimiento y funcionan con petróleo con alto contenido de azufre. Son una copia en carbón de las termoeléctricas.

Las plantas flotantes en barcazas turcas ayudaron a Cuba por lo menos durante dos años. El problema es que la isla arrendaba todo el equipo, pero además tenía que suministrar el combustible, y como no tenía efectivo disponible para pagar el arriendo, quedan dos nada más de los ocho años que tenían originalmente. Las demás se han ido para Ecuador, Guyana y República Dominicana.

BL: Cuba tiene pensado instalar 50 parques solares en 2025 y apunta a que el 37% de la energía sea generada mediante fuentes renovables a partir de 2030, ¿usted cree que es posible lograrlo?

JP: Yo apoyo las energías renovables, como la solar, eólica y biomasa que contempla ese plan, pero tú no puedes poner todos los huevos en una sola canasta.

Cuba ha apostado por pequeños parques solares, cada uno de 21 MW, en toda la isla, pero sin sistema de batería de abastecimiento, así que nada más pueden ayudar el sistema eléctrico en días soleados, y cuando hay días nublados, la contribución es baja. Y en las noches, por cierto, no pueden contribuir.

Los franceses acaban de construir un parque solar en las afueras de Houston, aquí en Texas, 720 MW, con 225 MW de almacenamiento en baterías.

BL: Entonces, ¿cuál es la fórmula para salir de la crisis energética que atraviesa Cuba?

JP: Debe haber un balance, ¿de dónde va a salir el restante de energía que necesita la isla? Van a seguir quemando combustible o crudo nacional, que, por cierto, está bajando. Los pozos cubanos lo descubrieron los rusos en los años 1972-1973.

Aplaudimos el objetivo de llegar a un 37% de energías renovables, ¿y el resto? Debería ser gas natural licuado, siguiendo los pasos de República Dominicana, Puerto Rico, Panamá.

El gas natural licuado se puede traer de Trinidad y Tobago, de una futura Venezuela, de Angola, de un sinnúmero de mercados, para abastecer las plantas termoeléctricas en vez de hacerlo con líquidos de alto contenido de azufre.

BL: Además de optar por plantas que usen gas natural licuado, ¿qué más puede funcionar?

JP: Cuba tiene un gigantesco potencial de la biomasa, igual que Brasil, que usa la biomasa de la caña de azúcar para generar electricidad. Pero de 56 ingenios que, entre comillas, están operables, solo 15 pudieron terminar la zafra más reciente, y la isla tuvo que importar azúcar el año pasado.

<b>“Si tú mañana me dices: ‘Oye, aquí tienes un billete de US$20, ¿tú dónde lo pones?’. Te respondo que en biomasa, porque me da azúcar, electricidad y etanol, que, como combustible, puede reducir la necesidad de importar gasolina". </b>

Jorge Piñón.

Yo me olvidaría de perforar para encontrar petróleo y apostaría por el campo cubano, por arreglar las centrales azucareras y aumentar la producción de caña.

BL: ¿Hay una solución en el corto plazo para los apagones eléctricos en la isla?

JP: No hay solución en el corto plazo. No hay solución con parches aquí y allá. Es un problema estructural. La alemana Siemens y la francesa Total estuvieron en Cuba en 2018, y después de dos años allí, pensando construir una planta eléctrica de gas natural, no pudieron. Iba a tomar de tres a cinco años y no había dinero para construirla, ni financiamiento.

El consumidor cubano no puede pagar y el Estado tampoco. Y Cuba no pertenece a los sistemas bancarios internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Interamericano de Desarrollo para para pagar por estos proyectos, porque un banco le va a demandar al país ciertas garantías.

Como ves, lo único es que los rusos o los chinos le regalen nuevas plantas de generación eléctrica. No veo solución a corto plazo.

BL: ¿Cuánto dinero podría requerir Cuba para reemplazar todas las termoeléctricas obsoletas?

JP: Nosotros hicimos el cálculo usando una base de datos de Agencia Internacional de Energía y tomando el proyecto de energías renovables de Cuba para 2030. Partiendo de generar el 60% energía con plantas que usen 100% gas natural, requeriría entre US$8.000 y US$10.000 millones y de tres a cinco años de trabajo.

BL: ¿Cree usted que, eventualmente, China o Rusia puedan destinar este rubro para renovar el sistema energético de Cuba?

JP: No, Cuba es como el peón en un ajedrez, una pieza pequeña. Para Rusia y China es más importante una Venezuela y una Guyana. Ellos quieren demostrar su apoyo político a Cuba, pero no un apoyo económico que garantice una renta a largo plazo.

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