Bloomberg — Brookfield Asset Management disolverá una filial de autopistas de peaje que opera las dos carreteras más transitadas de Perú debido a pérdidas insostenibles que la compañía atribuye a las autoridades locales.
La subsidiaria, Rutas de Lima, opera concesiones de carreteras que se habían convertido en un punto de conflicto para el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, un conservador agitado que llegó al cargo prometiendo terminar con los pagos de peajes por acusaciones de que se originaron a partir de corrupción.
RdL declaró en un comunicado que sus ingresos habían disminuido más del 60% en los últimos años debido a la suspensión de los puntos de cobro de peajes. La compañía continuará operando las carreteras por ahora, añadió.
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La repentina disolución de una filial extranjera de este tamaño es un acontecimiento extremadamente raro en Perú, un país que ha tratado de posicionarse como un destino seguro para la inversión extranjera, especialmente para las gigantescas corporaciones mineras y de infraestructuras. Brookfield gestiona unos US$222.000 millones en activos de infraestructuras, incluidos centros de datos y gasoductos, y está considerada como uno de los principales actores a nivel mundial.
Brookfield había estimado el valor empresarial de las autopistas de peaje en US$2.700 millones, la misma cifra que el gestor de activos está intentando cobrar ahora a Perú en un arbitraje internacional, alegando una expropiación ilegal de RdL.
Brookfield compró una participación mayoritaria en RdL en 2016 por US$430 millones a la brasileña Odebrecht SA, un conglomerado que más tarde se vio envuelto en escándalos de sobornos en toda América Latina. Odebrecht sigue siendo socio minoritario de RdL y ha negado cualquier soborno en ese caso concreto, aunque un exalcalde está siendo juzgado actualmente por haber recibido presuntamente sobornos a cambio del contrato de peaje.
La disolución de RdL permitirá a Lima revocar la concesión y explotar la carretera directamente, cumpliendo así una de las promesas de campaña de López Aliaga para la alcaldía. Hacerse cargo de la concesión también permitirá a la ciudad cancelar los peajes restantes si así lo decide.
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López Aliaga, conocido como Porky debido a su aparente parecido con el personaje de los Looney Tunes, Porky Pig, ha comparado en el pasado a Odebrecht y Brookfield con la mafia, prometiendo expulsarlos del país. Se cree que aspira a la presidencia en las elecciones del próximo año y las primeras encuestas lo muestran como favorito.
Las acusaciones de corrupción han eludido al proyecto durante años, con múltiples procedimientos de arbitraje y casos judiciales en Estados Unidos. RdL niega esas acusaciones y ha ganado US$200 millones en arbitraje, aunque esas reclamaciones siguen sin pagar.
Los problemas financieros de RdL eran bien conocidos. Los analistas de Fitch habían estimado que la compañía podría quedarse sin efectivo e incumplir su deuda este mismo año. Gran parte de esa deuda está en manos de gestoras de fondos de pensiones privadas peruanas.
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