Bloomberg — El gasto de consumo en Estados Unidos se estancó en septiembre, lo que sugiere que los estadounidenses ya estaban en dificultades antes del cierre del gobierno frente a una inflación persistente.
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El gasto del consumidor, ajustado a la variación de precios, se mantuvo prácticamente sin cambios en septiembre, según datos de la Oficina de Análisis Económico publicados el viernes. Esto siguió a un aumento del 0,2% revisado a la baja en agosto. El informe estaba previsto para el 31 de octubre, pero se retrasó debido al cierre del gobierno.
El llamado índice básico de precios del gasto en consumo personal, que excluye alimentos y energía, aumentó un 0,2% con respecto a agosto, según datos de la Oficina de Análisis Económico publicados el viernes. Con respecto al año anterior, había subido un 2,8%.
La caída de los consumidores sugiere que el principal motor de crecimiento de la economía estadounidense se estaba desacelerando antes de que comenzara el cierre gubernamental más largo de la historia el 1 de octubre.
Datos más recientes muestran que las ventas del Viernes Negro fueron sólidas ya que los compradores buscaron ofertas, pero los consumidores están cada vez más ansiosos por el mercado laboral y el gasto está siendo impulsado en gran medida por los hogares más ricos.
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Datos separados publicados el viernes mostraron que la confianza del consumidor mejoró a principios de diciembre por primera vez en cinco meses. El aumento en el índice de la Universidad de Michigan reflejó un mayor optimismo sobre las perspectivas de las finanzas personales, a medida que mejoraron las expectativas de inflación.
Los funcionarios de la Reserva Federal rara vez han estado tan divididos: algunos prefieren volver a reducir las tasas de interés la próxima semana para apoyar un mercado laboral en desaceleración, mientras que otros se muestran cautelosos ante una inflación persistente.
La baja cifra de gasto y el moderado avance mensual de la inflación subyacente que se observan en este informe, aunque anticuados, respaldan a quienes abogan por una reducción de tipos. La gran mayoría de los inversores espera que las autoridades implementen otro recorte de tipos.
Tras el informe, el S&P 500 y los rendimientos de los bonos del Tesoro se mantuvieron al alza. La BEA aún no ha reprogramado la publicación de octubre, prevista inicialmente para el 26 de noviembre.
Lo que dice Bloomberg Economics...
Los datos de ingresos y gastos personales de septiembre apenas cambiarán la opinión de los responsables de la política monetaria antes de la reunión del FOMC del 9 y 10 de diciembre. La elevada inflación subyacente inquietará a los miembros más agresivos del comité, pero los más moderados podrían centrarse en el débil crecimiento del gasto real. - Stuart Paul y Estelle Ou
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La moderación del gasto se debió en gran parte a la mayor caída en el gasto en bienes desde mayo, según BEA. Esto se debe a que los precios de las mercancías aumentaron un 0,5% en el mes, el mayor aumento desde principios de año. Los consumidores experimentaron un aumento en los precios de bienes no duraderos como gasolina, ropa y comestibles.
El gasto ajustado a la inflación en vehículos de motor y repuestos, ropa y calzado disminuyó. Un informe publicado la semana pasada también mostró que las compras minoristas, sin ajustar a la inflación, se desaceleraron en septiembre y disminuyeron drásticamente en categorías como electrónica, ropa y artículos deportivos.
La ansiedad de los estadounidenses se ha hecho evidente en los recientes informes de ganancias corporativas. El debilitamiento del mercado laboral y las dificultades económicas de los hogares han presionado a los compradores de ingresos medios de Kroger Co., mientras que estas tendencias están impulsando a más estadounidenses hacia cadenas de descuento como Dollar General Corp. y Five Below Inc.
Aun así, los sólidos informes de empresas como Victoria’s Secret & Co. y Gap Inc. apuntan a la resiliencia del consumidor.
La renta real disponible apenas aumentó por segundo mes consecutivo. Los sueldos y salarios, una métrica no ajustada a la inflación, subieron un 0,4%, y los ingresos por activos —un pilar fundamental para los hogares más ricos— repuntaron. La tasa de ahorro se mantuvo sin cambios en el 4,7%.
Una métrica muy vigilada de la inflación de los servicios que excluye la energía y la vivienda se desaceleró.
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