Bloomberg — La presión de Emmanuel Macron para retrasar una votación clave de la Unión Europea sobre el acuerdo comercial Mercosur corre el riesgo de descarrilar el pacto por completo.
El presidente francés está preocupado por la situación a la que se enfrentan los agricultores franceses y cree que el acuerdo, en su forma actual, no proporciona las salvaguardas adecuadas, según un asesor. Por ello ha pedido al jefe del brazo ejecutivo de la UE, la Comisión, que posponga la firma del acuerdo.
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Tras 25 años de negociaciones que se han estancado cerca de su conclusión en múltiples ocasiones, la UE está a punto de finalizar esta semana el histórico pacto con cuatro naciones, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, destinado a diversificar los lazos de Europa con las economías ricas en recursos de Sudamérica.
Aunque Macron es ampliamente favorable al libre comercio y el acuerdo reforzaría la influencia geopolítica de Europa frente a las amenazas arancelarias de EE.UU. y el armamentismo de China sobre materias primas críticas, el momento para él difícilmente podría ser peor. Los agricultores del suroeste de Francia han estado bloqueando carreteras y prendiendo fuego a pacas de heno en protesta contra las normas sanitarias del gobierno que exigen el sacrificio del ganado para evitar la propagación de una enfermedad altamente contagiosa.
Proteger a los ganaderos
Durante el fin de semana, el gobierno francés declaró que las medidas de salvaguardia propuestas por la Comisión Europea para apaciguar a París eran insuficientes. No llegan a proteger a los agricultores locales de los repentinos aumentos de las importaciones ni de la volatilidad de los precios de los productos sensibles, según los ministros. Estas medidas deben concluirse aún esta semana entre el Parlamento Europeo, donde está prevista una votación mañana, y los Estados miembros.
Francia pretende ahora aplazar la votación al menos hasta enero, cuando solo quedan un puñado de días laborables en diciembre, según una persona familiarizada con su postura.
Aunque los agricultores representan una parte relativamente pequeña del electorado, unas 400.000 personas explotan granjas, según la agencia estadística francesa, ejercen una influencia política enorme. El año pasado, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, dijo que no reprimiría su movimiento, a pesar de los bloqueos de carreteras y los montones de estiércol, calificando a los manifestantes de “patriotas” mientras exigían una regulación más laxa y expresaban su oposición al acuerdo con Mercosur, hasta que el gobierno les otorgó concesiones.
La menguante influencia interna de Macron, desde que perdió su mayoría relativa en la cámara baja del parlamento el año pasado y no puede presentarse a las elecciones presidenciales de 2027, hace aún más difícil que se oponga a los agricultores. Éstos planean manifestarse contra el acuerdo en Bruselas el jueves, mientras se reúnen los líderes europeos.
El papel de Meloni
Dinamarca, que actualmente ostenta la presidencia rotatoria de la UE, planea convocar una votación esta semana para que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, pueda firmar el acuerdo en Brasil el 20 de diciembre, según un portavoz de la presidencia danesa de la UE.
Si la Comisión procede a la votación a pesar de la petición francesa de posponerla, no está claro si París podrá reunir suficientes aliados para bloquear el acuerdo. La incertidumbre deja a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en un papel potencialmente decisivo, según los funcionarios de la UE, y añade una gran presión sobre von der Leyen.
Si no se firma el acuerdo a finales de año, se corre el riesgo de deshacer años de trabajo, han advertido los funcionarios europeos. Chipre e Irlanda, los próximos países que ostentarán la presidencia rotatoria de la UE, pueden tener menos ganas que Dinamarca de impulsar el acuerdo hasta el final. Macron se reunirá con el presidente chipriota el lunes por la mañana.
“Van a aprovechar cada minuto para conseguirlo”, dijo el lunes el jefe de comercio de la UE, Maros Sefcovic, en una entrevista con Bloomberg TV. Añadió que incluso si las conversaciones fracasan esta semana, no cree que el proceso esté muerto.
El calendario político en Brasil añade otra capa de riesgo. Unas elecciones presidenciales el año que viene podrían cambiar la postura del país, sobre todo si Luiz Inacio Lula da Silva, firme defensor del acuerdo, no consigue la reelección.
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El pacto pretende crear un mercado integrado de unos 780 millones de consumidores, ofreciendo un impulso al sector manufacturero europeo, en dificultades, y a la vasta industria agrícola del Mercosur. Ayudaría a ambas regiones a reducir su dependencia de EE.UU. tras la imposición por parte del presidente Donald Trump de aranceles globales diseñados para remodelar el comercio a favor de Estados Unidos.
El acuerdo también reforzaría la presencia de la UE en una región en la que China se ha convertido en un proveedor industrial dominante y en el principal comprador de materias primas.
Con la colaboración de Augusta Saraiva y Andrea Palasciano.
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