Tras la concreción de acuerdos comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea, los economistas de Deutsche Bank Research consideran que el riesgo de una guerra comercial ha quedado suficientemente “neutralizado” como para descartarlo de sus escenarios base.
En consecuencia, proyectan que la tasa de depósito del Banco Central Europeo (BCE), actualmente en 2%, se mantendrá como tasa terminal, y que la próxima subida de tasas ocurriría recién hacia fines de 2026.
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Perspectiva para la renta fija
Desde el punto de vista del mercado de tasas, los estrategas de Deutsche Bank ven menos obstáculos para que los bonos alemanes a 10 años (los llamados Bunds) alcancen rendimientos del 3%.
Hasta ahora, dos factores impedían esa subida, según los analistas: el riesgo de mayores aranceles y la estacionalidad típica del verano, cuando suele haber menos movimiento en los mercados.
Con los acuerdos comerciales ya sellados con Japón y la UE, la presión geopolítica se redujo, y los analistas anticipan que empezarán a aumentar su exposición bajista en tasas (es decir, apostar a una subida de los rendimientos) de cara al feriado del Día del Trabajo en Estados Unidos, el próximo 1 de septiembre.
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Sin embargo, destacan que tanto los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años como los Bunds alemanes presentan una fuerte estacionalidad positiva en julio y especialmente en agosto, lo que podría retrasar una subida sostenida de los rendimientos. En el caso estadounidense, esta tendencia estacional es más pronunciada debido a la trayectoria estructuralmente descendente de los rendimientos del Bund desde el año 2000 hasta fines de 2021.
Desde entonces, los Bunds han recuperado solo la mitad de esa caída, mientras que los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años están actualmente apenas 70 puntos básicos por debajo del nivel de fines de 1999.
Una posible explicación para este comportamiento es la pausa estacional en la emisión corporativa durante julio y agosto, lo que lleva a que el exceso de liquidez se destine temporalmente a deuda soberana, antes de ser reubicado en septiembre con el repunte de emisiones. Además, agosto ha concentrado numerosos episodios de aversión al riesgo en los últimos años, muchas veces amplificados por la baja liquidez del mercado.
Así, aunque el sesgo estructural de los rendimientos parece alcista, en especial en Europa, los factores estacionales sugieren que el movimiento podría postergarse hasta después del verano.