Bloomberg — Airbus SE está produciendo aviones a un ritmo acelerado en los últimos días del año, con una confianza creciente en el fabricante de aviones europeo de que puede alcanzar el objetivo de entregas que se vio obligado a recortar hace solo unas semanas, según personas familiarizadas con la situación.
La empresa ha entregado unos 90 aviones civiles en lo que va de diciembre, con otros 35 más o menos pendientes de entrega, lo que significa que han completado los vuelos de aceptación de los clientes, dijo una de las personas, que pidió no ser identificada porque las cifras no son públicas.
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Otra persona dijo que la dirección no tiene indicios en este momento de que pueda necesitar reducir de nuevo su objetivo.
Los responsables de Airbus declinaron hacer comentarios. La compañía tiene previsto desvelar sus cifras oficiales de pedidos y entregas en diciembre a principios del mes que viene, y Airbus también fijará un nuevo objetivo de entregas anuales.
Airbus pretende evitar la ignominia de no alcanzar el objetivo de entregas, muy vigilado, que rebajó a principios de este mes. La empresa hizo la revisión tras una serie de fallos en su modelo A320 más vendido, incluida una retirada masiva para una actualización de software y luego el descubrimiento de paneles de fuselaje en el mismo modelo de avión que no cumplían las especificaciones y requerían inspecciones adicionales.
Según su última proyección, la compañía pretende entregar unos 790 aviones este año, 30 menos que su objetivo original. Eso requiere la entrega de 133 reactores este mes, casi el doble que en noviembre. Aunque Airbus suele acelerar el trabajo en fábrica en las últimas semanas del año, la carrera de este año hacia la línea de meta casi no tiene precedentes por su ferocidad.
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Las entregas de aviones tanto en Airbus como en Boeing Co. (BA) son métricas de rendimiento muy vigiladas porque son la mayor fuente de liquidez de las dos empresas y proporcionan una buena indicación de la estabilidad de la red de suministro.
Airbus en particular ha tenido problemas durante años para abastecerse de componentes -desde piezas interiores hasta motores- a tiempo, lo que a menudo le ha dejado con aviones que no están del todo listos para su entrega.
Boeing, por su parte, ha conseguido salir de una larga crisis. El fabricante de aviones estadounidense ha elevado sus cifras de producción mensual y ha reservado más pedidos, en parte gracias al respaldo político del presidente de EE.UU., Donald Trump, que ha utilizado a la empresa como herramienta de diplomacia económica para hacer tratos con otros países.
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