¿Hasta dónde es capaz de llegar el presidente Donald Trump?
Un ejemplo es su diatriba en las redes sociales del Día de Acción de Gracias, en la que criticó duramente a los Estados Unidos por estar “divididos, desestabilizados, despedazados, asesinados, golpeados, asaltados y ridiculizados” por culpa de las políticas de inmigración de líderes como el gobernador de Minnesota, Tim Walz, a quien tildó de “gravemente retrasado”.
Esto sucedió después de que dos miembros de la Guardia Nacional fueran abatidos a tiros, uno de ellos mortalmente, por un supuesto refugiado afgano en una emboscada cerca de la Casa Blanca.
Otro es “quiet, Piggy” (cállate, cerdita), el despectivo insulto que Trump le lanzó a una corresponsal de Bloomberg en la Casa Blanca cuando ella le preguntó qué sabía sobre Jeffrey Epstein, uno más de los numerosos desaires que Trump ha proferido hace poco contra las mujeres que le hacen preguntas duras.
“Esto es verdaderamente grave y peligroso para nuestro país. No puede permitirse que sus palabras queden impunes. ¡COMPORTAMIENTO SEDICIOSO DE TRAIDORES! ¿ENCARCELARLOS?”, escribió Trump en una publicación. “¡COMPORTAMIENTO SEDICIOSO, castigado con la MUERTE!”. (No sorprende que las amenazas de muerte contra los legisladores aumentaran tras la diatriba de Trump).
Otra de las respuestas a la pregunta de hasta dónde puede llegar Trump es el 36%, porcentaje de aprobación de Trump según Gallup, el nivel más bajo de su segundo mandato. Cerca del 60% de los ciudadanos de EE. UU. desaprueban la gestión de Trump, un incremento de 12 puntos desde que asumió su segundo mandato.
El pueblo estadounidense llevan mucho tiempo presenciando la ira y la actitud de Trump. Lo que ha cambiado ahora es que el político que antes podía detectar y moldear el espíritu de la época ahora parece estar desfasado: enclaustrado, rodeado de la élite y motivado por un claro interés personal.
Y para el Partido Republicano, las preocupaciones de Trump durante su segundo mandato, dirigir la política exterior, indultar a delincuentes de cuello blanco, castigar a sus oponentes políticos, los han dejado a la deriva y sumidos en el caos de Trump.
Todo esto sucede en un momento en que Trump, el estadounidense de más edad en ser investido presidente, se enfrenta a un mayor escrutinio sobre su energía.
De acuerdo con un artículo reciente del The New York Times, las apariciones públicas de Trump son cada vez más breves, sus viajes domésticos han disminuido y se le observa a menudo sentado detrás de un escritorio en la Casa Blanca.
Esto ha supuesto un cambio con respecto a su primer mandato y su vertiginoso estilo de campaña, en el que los bulliciosos mítines le llevaron por todo el país.
“Uno de los peores errores que puedes cometer es prometer demasiado y cumplir poco”,escribió la representante de Georgia Marjorie Taylor Greene en X.
En lo que atañe a los precios y la inflación, el 60% de los estadounidenses considera que Trump presenta un panorama mejor del que realmente es. Entre aquellos que lo juzgan sobre todo por su gestión económica, el 77% opina que Trump no dedica el tiempo suficiente a este tema.
En la misma encuesta se observa que la mayoría de las personas de todas las edades y razas desaprueban el desempeño de Trump, siendo los votantes menores de 45 años, las personas de color y las mujeres quienes muestran un mayor rechazo. Es poco probable que insultando a los periodistas, denunciando a los demócratas y pintando un panorama distópico de EE.UU. se les pueda recuperar.
En términos más generales, la degradación de Trump tiene implicaciones para su partido, un grupo de políticos que dieron su lealtad y poder a Trump, pero que ahora se encuentran con poco con qué sustentar su campaña.
En un distrito de Tennessee que Trump ganó por 22 puntos hace apenas un año, el Partido Republicano no ha publicado ni un solo anuncio que mencione a Trump ni la importancia de elegir a alguien que impulse su agenda.
Esto se debe a que la agenda de Trump es… ¿qué exactamente?
Será una batalla cuesta arriba para un demócrata ganar este escaño, pero Trump hizo que la contienda pareciera más competitiva debido a su enfoque distraído y caótico en su trabajo.
Se suponía que su sensibilidad disruptiva estaría al servicio de mejorar la vida del estadounidense promedio, que se sentía excluido y abandonado. Ahora, se encuentra aislado y protegido por sus propios agravios.
Este lunes por la noche, entre las 7 p.m. y la medianoche, Trump publicó más de 160 mensajes en Truth Social, su plataforma de redes sociales, atacando a sus oponentes demócratas y reenviando mensajes de teóricos de la conspiración y contenido generado por IA. El martes, concluyó una reunión de gabinete llamando a la congresista Ilhan Omar y a sus amigos “basura”.
Lamentablemente, es poco realista esperar que Trump dedique menos tiempo a atacar a los demócratas y a reiterar todas las formas en que cree que le han perjudicado. Pero sus cifras en las encuestas, su partido y el país estarían mejor si lo hiciera.
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