Refuerzos evitan de manera eficaz infecciones con delta y ómicron: estudios

Terceras dosis de vacunas de ARN mensajero fabricadas por Moderna y Pfizer y BioNTech fueron al menos 90% efectivas en la prevención de hospitalizaciones

Un trabajador de la salud administra una cuarta dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech covid-19 en el centro médico Sheba, en Ramat Gan, Israel, el 31 de diciembre de 2021.Fotógrafo: Kobi Wolf/Bloomberg
Por Fiona Rutherford
21 de enero, 2022 | 11:47 AM

Bloomberg — Las dosis de refuerzo de las vacunas contra el Covid-19 aumentaron la protección contra las variantes delta y ómicron en tres estudios que analizaron infecciones, ingresos hospitalarios y muertes en miles de pacientes estadounidenses.

Las terceras dosis de vacunas de ARN mensajero fabricadas por Moderna Inc. (MRNA) y Pfizer inc. (PFE) y BioNTech SE (BNTX) fueron al menos 90% efectivas en la prevención de hospitalizaciones durante las olas de las variantes delta y ómicron, según un análisis de cientos de miles de hospitalizaciones y visitas a clínicas. La protección de las vacunas contra las muertes por Covid-19 disminuyó después del auge de la variante ómicron, pero siguió siendo significativa, según un estudio separado de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

La urgencia por administrar vacunas y refuerzos ha perdido fuerza en medio de informes de que ómicron causa una enfermedad más leve que las variantes anteriores. Sin embargo, muchos hospitales siguen sobrepasados por la gran cantidad total de pacientes infectados con ómicron, lo que hace que la prevención sea una parte clave de la batalla contra el coronavirus.

Las dosis de refuerzo han causado controversia, ya que muchos países de ingresos bajos y medianos no han podido asegurar ni siquiera las primeras vacunas para sus poblaciones. Covax, el programa respaldado por Organización Mundial de la Salud (OMS) para distribuir dosis equitativamente en todo el mundo, alcanzó recientemente el hito de entregar mil millones de dosis, mientras que más de 500 millones se han administrado solo en EE.UU. La OMS no ha respaldado el uso de refuerzos a excepción de las poblaciones vulnerables, como los enfermos y los ancianos.

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Alrededor del 63% de la población de EE.UU. está completamente vacunada y solo el 24% ha recibido una dosis de refuerzo, según el Rastreador de vacunas de Bloomberg. Eso se compara con un 49% de la población con refuerzos en Alemania y un 55% en el Reino Unido.

El estudio de hospitalizaciones, publicado en el Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad de los CDC, analizó más de 300.000 visitas por enfermedades similares al Covid-19 en departamentos de emergencia, clínicas de atención urgente y hospitalizaciones en 10 estados entre agosto y enero. Los refuerzos redujeron el riesgo de hospitalización en un 94% durante la ola de la variante delta y en un 90% después del auge de ómicron.

En el otro estudio publicado por los CDC, las personas no vacunadas tenían un riesgo 53 veces mayor de muerte por Covid-19 durante octubre y noviembre en comparación con las que estaban vacunadas y contaban con dosis de refuerzo. El aumento del riesgo para los no vacunados se redujo a 13 veces durante la ola de ómicron, que ha demostrado capacidad para evadir la protección que ofrecen las vacunas.

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Los refuerzos fueron respaldados por un tercer estudio que encontró que las dosis adicionales brindan una protección significativa contra el Covid-19 sintomático causado tanto por delta como por ómicron. Las personas que recibieron una tercera dosis tenían menos probabilidades de buscar atención por infecciones sintomáticas que las que recibieron solo dos o ninguna, según el estudio en la revista médica JAMA.

Los funcionarios de salud han estado buscando otras formas de limitar la propagación de ómicron, como alentar un uso más generalizado de mascarillas de grado médico que habían sido destinadas a los trabajadores de la salud. La variante altamente transmisible se detectó por primera vez a fines del año pasado en Sudáfrica y Botsuana y se extendió rápidamente por todo el mundo en cuestión de semanas.

La variante se confirmó por primera vez en un paciente de EE.UU. el 1 de diciembre, pero la evidencia genética de aguas residuales indica que comenzó a propagarse en el país días o semanas antes.

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